Union de Centro Democr¨¢tico y las internacionales
Diputado de UCD por GranadaSorprende al votante de la UCD y a amplios sectores de su militancia, leer en los peri¨®dicos estos d¨ªas, tanto las declaraciones, como las idas y venidas de ilustres personajes, que est¨¢n tratando de inducir hacia sus respectivas internacionales a la UCD, sin haber previamente contrastado en el interior del partido y con sus bases la ideolog¨ªa que inspira al partido centrista.
Vayamos por fases; el atractivo del partido centrista est¨¢ en ser un partido ex novo, formado mayoritariamente por gentes nuevas en la pol¨ªtica, que no han tenido a¨²n el tiempo necesario para contrastarse ideol¨®gicamente, pero que tienen elementos afines suficientes para poner su generosidad y su lealtad a prueba, en el dif¨ªcil ejercicio de encontrar un lugar com¨²n bajo el sol.
Pues bien, que nadie condicione este proceso poniendo el carro delante de los bueyes. Definamos entre todos el camino a recorrer por esos bueyes y hasta su cabeceo derecha-izquierda, y despu¨¦s vendr¨¢ la carreta, el land¨® o simplemente la voluntad soberana de la militancia.
La UCD es un partido de convergencia, en el que hombres y mujeres desde perspectivas ideol¨®gicas diferentes -socialdem¨®cratas, democratacristianas y liberales- coinciden en un proyecto program¨¢tico com¨²n, capaz de conducir a Espa?a por la senda de la democracia y de armonizar la libertad y la justicia. Ser un partido de convergencia ideol¨®gica obliga a no tratar de imponer la respectiva l¨ªnea de procedencia. Exige intentar una labor de s¨ªntesis, de armonizaci¨®n, de coincidencia en lo fundamental. UCD no tiene ideolog¨ªa, es una suma de las ideolog¨ªas que han construido la Europa democr¨¢tica. Ideolog¨ªas que pretenden armonizar el principio de la libertad personal con el de la solidaridad social para luchar contra la injusticia, contra la explotaci¨®n del hombre por el hombre, contra la corrupci¨®n, contra toda violaci¨®n de los derechos humanos.
Por este motivo, nadie debe atribuirse la funci¨®n de monopolizar, en el seno de la UCD, los planteamientos ideol¨®gicos. Y mucho menos mientras el Congreso -¨®rgano soberano del partido- no se defina al respecto.
Las homologaciones internacionales pueden ser interesantes, pero no son en modo alguno esenciales. Entre otras cosas, porque a la vista del avance del eurocomunismo, las viejas coaliciones internacionalistas pueden saltar hechas pedazos, en busca de formaciones confederativas de grupos que coincidan en el valor supremo de la libertad, junto a la necesidad de luchar por la justicia, sin caer en ninguna clase de totalitarismo de derechas o de izquierdas.
Si la UCD deja de ser fiel a sus or¨ªgenes y cae en la tentaci¨®n de optar por alguna de las opciones ideol¨®gicas que existen en su seno, se habr¨¢ suicidado a s¨ª misma. UCD, repito, ha de ser ese gran partido de convergencia de las ideolog¨ªas centristas, que Espa?a necesita para no quedar a merced de los extremismos.
Los socialdem¨®cratas de la UCD, que tenemos orfandad internacional, pero que no nos preocupa, queremos trabajar en ese apasionante proyecto de configurar el partido, aportando nuestro activo. Este est¨¢ constituido por el realismo pol¨ªtico y por unos principios ¨¦ticos para el pensamiento y la acci¨®n inspirados en: la conversi¨®n de las libertades formales en libertades reales, rasgo ¨¦ste, de tanta fuerza, que est¨¢n surgiendo imitadores tanto m¨¢s peligrosos cuanto su ideario hace imposible otra cosa que no sea una caricatura con el consiguiente riesgo de adulteraci¨®n; la igualaci¨®n social en el disfrute de bienes culturales y econ¨®micos; el repudio de toda forma de corrupci¨®n econ¨®mica y social, que dicho de otro modo significa el reconocimiento de la dimensi¨®n ¨¦tica de la vida social y pol¨ªtica; y la b¨²squeda del inter¨¦s general entendido como tarea propia del Estado y los ciudadanos.
Estas l¨ªneas b¨¢sicas se sustentan en los principios de libertad, justicia, solidaridad y progreso, que son firmes columnas para servir de apoyo a un Estado democr¨¢tico y moderno.
El ideal que propugnamos pretende transformar desde la libertad una sociedad que a nadie gusta. Un ideal que represente un modelo de sociedad y que pueda ser una alternativa electoral en s¨ª mismo. Un ideal que supere: el posibilismo del momento y las intrigas de sal¨®n para cohesionar a la militancia, al electorado y a las esferas de poder del partido. Un ideal que conlleve el ejercicio de la autoridad sin que ¨¦sta sea constantemente cuestionada. Un ideal que sea un conjunto de convicciones, que elimine la frivolidad y el entreguismo. Este ideal debe ser el reto para todos los que creemos en la posibilidad hist¨®rica de UCD. Lo dem¨¢s vendr¨¢ por sus propios pasos.
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