Bithell y Kolodin, primeros premios de piano Reina Sof¨ªa

La dotaci¨®n del Concurso Internacional Reina Sof¨ªa, en su modalidad de piano, 500.000 pesetas para el primer clasificado y 300.000 pesetas para el segundo, se reparti¨® equitativamente entre el pianista ingl¨¦s Peter Bithell y la pianista polaca Elza Kolodin. La decisi¨®n del jurado de otorgar un premio de 400.000 pesetas a estos dos artistas es una forma elegante de declarar desierto el primer premio.

Menciones honor¨ªficas se concedieron a los otros dos participantes que llegaron a la prueba final: la grecochipriota, Helene Mouzalas y el franc¨¦s Jacques Gauthier.La prueba final, con la orquesta sinf¨®nica de RTVE dirigida por Od¨®n Alonso, se celebr¨® en el teatro Real de Madrid, totalmente lleno de p¨²blico, que sigui¨® el desarrollo de la prueba con gran inter¨¦s. Se interpretaron cuatro conciertos para piano y orquesta todos de corte rom¨¢ntico, si bien hab¨ªa diferencias importantes en el estilo y la ¨¦poca en que fueron escritos, comenzando con El emperador de Beethoven (1809), el 2.? de Saint-Sa?ns (1868), el 2.? de Rachmaninoff (1900) y el de Schumann (1845).

Los que hab¨ªan presenciado la prueba p¨²blica en el Real Conservatorio hubiesen apostado la cabeza por el triunfo absoluto del ingl¨¦s Bithell. Era el claro favorito, no s¨®lo por elegir el ¨²ltimo concierto de Beethoven, tan arriesgado t¨¦cnicamente y en el campo expresivo, sino porque su actuaci¨®n en la semifinal hab¨ªa impresionado por su calidad. Un concepto musical serio, de artista plenamente formado, puede verse en la formidable versi¨®n que ofreci¨® entonces de los Cuadros de una exposici¨®n, de Mussorgsky, aparte de un Granados muy sensible, lleno de encanto.

Las j¨®venes Helene Mouzalas y Elza Kolodin hab¨ªan demostrado, aunque de modo diferente, ser dos pianistas interesantes. La griega hab¨ªa sorprendido con una versi¨®n de cierto poder¨ªo de la Sonata de Liszt, pero eligi¨® para la final un concierto excesivamente as¨¦ptico como es el Segundo de Saint-Sa?ns, donde quiz¨¢ no pudo dar toda la medida de su arte.

El franc¨¦s Gauthie, bien dotado t¨¦cnicamente, me parece un hombre un poco corto todav¨ªa para enfrentarse con el Concierto en do menor de Rachmaninoff. Anduvo nervioso, se perdi¨® en el primer tiempo y acus¨® sus debilidades en el ¨²ltimo, aunque puede esperarse mucho todav¨ªa de ¨¦l, pues s¨®lo tiene ve¨ªnticuatro a?os.

La sorpresa para todos los que hemos seguido el concurso -y creo que en especial para el jurado- fue encontrarse con una formidable pianista que derroch¨® m¨²sica a raudales: la germano-polaca Elza Kolodin. Si las pruebas anteriores no hubiese puntuado y se juzgase ¨²nicamente por la final, la Kolodin se hubiese alzado, sin duda, con el triunfo. Mientras el favorito Bilhell se mostr¨® nervioso en su Beethoven, qued¨¢ndose ?enganchado? en el primer tiempo poco antes de la cadencia y tocando sin demasiada convicci¨®n el reste, por supuesto dentro de un buen nivel, la Kolodin hizo un Concierto en la menor de Chumann que fue todo un prodigio de musicalidad y precioso sonido.

La falta de ensayos con la orquesta hizo pasar a Elza Kolodin momentos dram¨¢ticos, en especial en el allegro vivace, pero ella salv¨® todos los escollos con habilidad y delicadeza, fraseando con verdadera gracia, mostrando una t¨¦cnica muy considerable. El p¨²blico la ovacion¨® con entusiasme, convencido, de la val¨ªa de esta exquisita artista.

Me parece, pues, justa la decisi¨®n del jurado, ya que si el triunfo de Bithell se preve¨ªa absoluto, la Kolodin hizo m¨¦ritos, m¨¢s que sobrados, para aguar la fiesta al excelente pianista ingl¨¦s.