La alternativa escuela p¨²blica-escuela privada, el gran tema del nuevo curso
No debe olvidarse que ¨¦ste es realmente el primer curso escolar de la Espa?a posfranquista. El primero despu¨¦s de las tambi¨¦n primeras elecciones generales en muchos a?os. Y resulta en estos momentos digno de meditaci¨®n un hecho singular en el que quiz¨¢ no se repare suficientemente. Y es que el aula en la que el espa?olito volvi¨® ayer a su pelea diaria con la tabla de multiplicar y la lista de los r¨ªos pen¨ªsulares, sucede que es precisamente el mismo escenario en que, hace tan s¨®lo unos meses, su padre dijo que no, un no rotundo, a un buen n¨²mero de cosas de nuestro pasado inmediato y entre ellas, probablemente, a algunas de las tradicionales lacras de nuestra ense?anza.Verdaderamente no tendr¨ªa ning¨²n sentido el cambio que el pa¨ªs parece decidido a dar si en materia de educaci¨®n no se plantearan con car¨¢cter inmediato profundas revisiones. Y sucede que las revisiones que se necesitan y que se prev¨¦n afectan, esencialmente, a lo que se ha dado en llamar la alternativa escuela p¨²blica-escuela privada.
Hace escasos d¨ªas, fuentes ministeriales de Educaci¨®n y Ciencia, al referirse a las previsiones sobre la pol¨ªtica inmediata a seguir en cuanto a las subvenciones a la ense?anza privada, admit¨ªan que el gran caballo de batalla de las Cortes en materia de pol¨ªtica educativa iba a ser con toda seguridad el futuro del apoyo econ¨®mico a ese sector de la ense?anza.
Est¨¢n, s¨ª, y dar¨¢n su juego, los problemas del encarecimiento de los libros de texto, las subidas de las tarifas de los centros privados, las todav¨ªa insatisfechas reivindicaciones econ¨®micas del profesorado estatal, que el curso pasado motivaron una importante huelga, el incierto porvenir de los interinos o contratados, el callej¨®n sin salida de la prometida gratuidad y un largo etc¨¦tera, en el que sin duda ocupar¨¢ un puesto de honor la reivindicaci¨®n de una mayor atenci¨®n al problema de la ense?anza preescolar. S¨®lo un tercio de la poblaci¨®n total de ni?os de dos a cinco a?os estuvo escolarizada duran te el pasado curso. Pero inequ¨ªvocamente el gran protagonista del nuevo curso, ya queda dicho, ha de ser el espinoso tema de la alternativa de la escuela p¨²blica.
?Por qu¨¦ espinoso? Basta echa una ojeada a las cifras que se refieren al curso 1976-77 para darse cuenta del volumen que en todos los aspectos representa actualmente la ense?anza privada. Es de tal magnitud que escalofr¨ªa pensar los considerables esfuerzos econ¨®micos que har¨¢n falta para arrostrar la empresa de lograr que se convierta en realidad la igualdad de oportunidades ante la educaci¨®n, que es el objetivo primordial, no debiera ser otro, de quienes est¨¢n por la alternativa que representa la aspiraci¨®n de una escuela p¨²blica.
Como se ve, el sector privado representa casi la mitad del alumnado total de EGB., y el 60 % de la matr¨ªcula de la ense?anza preescolar. Se observa tambi¨¦n que, incluso en la educaci¨®n especial, grav¨ªsima responsabilidad de cualquier Estado que se considere moderno, fue mayor el n¨²mero de alumnos por la iniciativa privada que los educados bajo la tutela del Estado.
Es cierto que, en relaci¨®n con el curso 1975-76, la ense?anza estatal experiment¨® en el pasado curso un incremento considerable: 42.000 alumnos m¨¢s en preescolar, y cerca de 88.000 en EGB, mientras que en uno y otros niveles educativos, en el sector no estal se produjo una disminuci¨®n, tambi¨¦n significativa.
Pero quiz¨¢ sea oportuno fijar la atenci¨®n en el hecho de que determinados servicios complementarios, como el cap¨ªtulo de transporte escolar y comedor, experimentan cada curso un aumento importante en el sector de la ense?anza privada. En efecto, el promedio de alumnos trasladados diariamente a la escuela en medios de transporte estatales disminuy¨® en el curso 76-77 en un 11,5 % con respecto al curso anterior, en tanto que en el caso de los alumnos transportados por los colegios privados, se produjo un incremento del 6,4 %.
Este hecho tiene singular importancia, porque los precios de comedor y transporte de los centros privados no est¨¢n sometidos al mismo control que el Estado ejerce sobre los precios de los servicios estrictamente docentes, con lo que estos dos cap¨ªtulos han venido a convertirse en una fuente incontrolable de ingresos para los empresarios del sector.
Sin duda, cuando empiecen a sonar en las Cortes las voces en defensa de una pol¨ªtica que, a medio y a largo plazo, vaya poniendo fin a este estado de cosas, determinados sectores sociales, desplegando las banderas del principio de la subsidiariedad del Estado y de las garant¨ªas para la pluralidad ideol¨®gica, elevar¨¢n las suyas con m¨¢s fuerza para impedir, una vez m¨¢s, que los espa?oles comiencen a ser iguales desde la escuela.
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