La red de locales municipales, insuficiente y desfasada
El organigrama del Ayuntamiento de Madrid, en su esquema m¨¢s resumido, es el siguiente: la Corporaci¨®n, presidida por el alcalde y compuesta, adem¨¢s, por tres tenientes de alcalde y 32 concejales, y el secretario general, la Secretar¨ªa General, la Vicesecretar¨ªa General, Intervenci¨®n, Depositar¨ªa, Delegaci¨®n de Abastos y Mercados, Delegaci¨®n de Circulaci¨®n y Transportes, Delegaci¨®n de Educaci¨®n, Delegaci¨®n de Hacienda, Rentas y Patrimonio, Delegaci¨®n de Obras y Servicios Urbanos, Delegaci¨®n de Relaciones Sociales, Delegaci¨®n de Saneamiento y Medio Ambiente, Delegaci¨®n de Sanidad y Asistencia Social, delegaci¨®n de Seguridad y Polic¨ªa Municipal, y Gerencia Municipal de Urbanismo.Este esquema se expande en un enorme abanico de departamentos, negociados, servicios, secciones y subsecciones, que se ubican esparcidos por la ciudad, en un conjunto de inmuebles, cuyo n¨²mero aproximado es de doscientos. De ellos, unos est¨¢n bien conservados, otros peor; unos re¨²nen condiciones, otros no; en unos se da cabida a servicios homog¨¦neos, en otros se mezclan actividades por completo dispares.
La extensa red de sedes sociales municipales, lejos de redundar en beneficio y comodidad del vecindario, no logran ser cauce de un racional servicio. La escasa presencia municipal en los distritos se acusa especialmente en la ?carencia de locales para las m¨¢s elementales oficinas de las juntas municipales o antiguas tenencias de alcald¨ªa?, como, precisamente ya ha sido recogido en el Informe previo para una revisi¨®n correctora de la organizaci¨®n actual, elaborado por un equipo de expertos del Ayuntamiento en la ¨²ltima etapa del intento reorganizativo, a¨²n incompleto.
Si anacr¨®nica resulta la red de inmuebles, tambi¨¦n el organigrama, en s¨ª mismo, parece un aparato ortop¨¦dico oxidado. Las delegaciones de servicios, consecuencia de la ley Especial del Municipio de Madrid, se han manifestado, en el tiempo, como ineficaces. Por contra, algo que, hasta ahora, ha estado minimizado, parece empezar a cobrar fuerza: las Juntas municipales de distrito. Estas pueden ser en el futuro quienes canalicen las inquietudes aut¨¦nticas del vecindario, al tiempo que sirvan de elementos descentralizadores de aquellas actividades municipales susceptibles de ello.
Estas ideas, fruto de la experiencia, ya existen en el ¨¢nimo de los reorganizadores de la maquinaria administrativa municipal. La cuesti¨®n, cada vez m¨¢s urgente, es ver c¨®mo y cu¨¢ndo se llevan a t¨¦rmino.
En perjuicio del ciudadano
Hoy por hoy, la triste realidad es que, por ejemplo, las juntas municipales se agolpan, en algunos casos, de dos en dos, en el mismo local: Arganzuela y Villaverde, en Ribera de Curtidores, 2. Retiro y Moratalaz, en paseo del Prado, 30, Tetu¨¢n y Fuencarral, en Bravo Murillo, 357, Vallecas y Mediod¨ªa, en avenida de la Albufera, 42; y San Blas y Hortaleza, en plaza de Mora de Rubielos, 4.Esta multiplicidad de funciones de un mismo local es bastante frecuente.
Otro problema es que, para seguir la pista -o la gesti¨®n- a un solo tema, hay que recorrerse medio Madrid, pues un impreso habr¨¢n de sellarlo en una oficina y otro impreso para el mismo asunto ser¨¢ visado en otra oficina distante de aquella varios kil¨®metros.
Todo este desajuste de servicios y dependencias municipales redunda en perjuicio del ciudadano. Este, cuando recurre a la junta municipal del distrito correspondiente, al no encontrar suficiente soluci¨®n a sus problemas -como m¨¢s arriba se ha indicado- termina por perderse en un laberinto de despachos que, desde la plaza de la Villa, se esparce por todo el casco urbano de forma incoherente.
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