Camino del final
ENVIADO ESPECIAL, Camino de su final, el festival se prolonga o, mejor, se estira en pel¨ªculas de cada vez m¨¢s larga duraci¨®n. La guerra de las muchachas cuenta la historia de una familia alemana que va a establecerse a Praga. Las peripecias de sus amores, en los que influir¨¢ decisivamente la ocupaci¨®n alemana y la guerra mundial, llenan apretadamente el amplio cauce de esta novela bien ambientada y correctamente realizada, con ciertos toques de humor germ¨¢nico, pero que no a?ade gran cosa, cinematogr¨¢ficamente hablando, a la historia de este ¨²ltima edici¨®n del certamen.
De donde son los cantares, breve antolog¨ªa de la canci¨®n popular cubana, explica la historia de esta Rep¨²blica desde sus primeros enfrentamientos con Espa?a hasta la fundamental aportaci¨®n de Matamoros, historia en la que se echa de menos una ¨²ltima parte contempor¨¢nea, dedicada a su definitiva independencia. Realizada fundamentalmente a base de entrevistas, fotograf¨ªas anejas y antiguas filmaciones, es buena muestra de un cine que busca su propia personalidad, al igual que La tierra y el cielo, de Octavio G¨®mez, y una de sus primeras realizaciones.En cuanto a Pedro P¨¢ramo, presentada por M¨¦xico, seg¨²n la famosa novela de Juan Rulfo, se resiente de un gui¨®n mal construido. Bien narrada y regularmente interpretada en su primera parte, la que concluye con la desaparici¨®n del muchacho con el que el filme se inicia, la segunda, aun siendo fundamental en la novela, queda aqu¨ª como un a?adido in¨²til, con el amor del protagonista por Susana San Juan, que frena el relato, prolong¨¢ndolo in¨²tilmente. Sin embargo, en lo que se refiere a la historia anterior la del pueblo de Comela, ambiente y actores consiguen evocar ese mundo espectral de ¨¢nimas y ecos descrito por el novelista, destacando en sus papeles respectivos Manuel Ojeda y Narciso Busquets.
No as¨ª Venetia Vianello, inexpresiva cuando no melodram¨¢tica, ajena en todo momento al relato y al estilo por el que discurre en sus primeras secuencias.
Finalmente, con Pieza incompleta para piano mec¨¢nico vuelve Chejov a este certamen, despu¨¦s de La Gaviota, al menos en esta ocasi¨®n hablando su propio idioma, aunque con pretexto parecido las reuniones que organiza en su finca la viuda Ana Petrovna. Diversos personajes de la peque?a burgues¨ªa de provincias se encuentran en ellas con sus pasados amor¨ªos, su amor por los humildes, a veces disparatado y a ratos verdadero, en torno a una moderna pianola s¨ªmbolo de c¨®mo un pobre diablo puede interpretar a Listz ante un p¨²blico de gustos elementales.
El desd¨¦n por los humildes, la a?oranza por los h¨¦roes de pasadas ¨¦pocas, el desamparo intelectual y moral, cuando no el candor de la provincia, aparecen tambi¨¦n a lo largo de esta jornada demasiado prolongada, bien interpretada y fotografiada al estilo de Il gabbiano, como si tal tipo de im¨¢genes fueran las que mejor se identificaron con el mundo decadente, tr¨¢gico y un tanto melanc¨®lico del gran autor ruso pionero de un nuevo estilo dram¨¢tico.
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