Cantigas orientales
Un libro, resultado de la confluencia de dos m¨®viles mantenidos a lo largo de una vida: la vocaci¨®n y una profesionalidad que exige un elevado nivel cultural y que proporciona constantes sugerencias para servir a la incitaci¨®n vocacional.Esta es la poes¨ªa. La otra, el servicio diplom¨¢tico. Confluencia de tareas y de afanes que parecen fundirse en el cargo de director del Instituto Hispano-Arabe de Cultura, que su autor ha dirigido alg¨²n tiempo.
Esta y anteriores vinculaciones con el mundo ¨¢rabe y jud¨ªo han dado origen, en nuestra opini¨®n, a las partes m¨¢s interesantes de su libro. Me refiero a las poes¨ªas que lo inician y dan t¨ªtulo, las Cantigas orientales, excursi¨®n por el todav¨ªa no estimado en toda su extensi¨®n mundo sefard¨ª. Cantigas populares procedentes de Jerusal¨¦n, de Rodas, de Smirna, guardadoras todas de mi esp¨ªritu l¨ªrico espa?ol que a veces nos recuerda el tono de jarchas y z¨¦jeles y otras llega a la coincidencia -gracias a la transmisi¨®n por otros caminos con cancioncillas de Lope de Vega, incluso hasta en la similitud de algunos versos -?morenica a m¨ª me llaman / yo blanca nac¨ª?.
Cantigas orientales
Francisco UtrayEditorial H¨ªspalis Madrid 1977
Pero la tarea de Francisco Utray no es la de un celoso recolector, sino algo m¨¢s. Como dice Jes¨²s Riosalido, que presenta a autor y libro en p¨¢ginas preliminares, es ?un modo de creacionalidad en una l¨ªrica de tradici¨®n tan egoc¨¦ntrica como la castellana, es decir, tomando aqu¨ª y completando all¨ª Utray nos ofrece su visi¨®n, tan valiosa como pueda serlo un ¨®leo impresionista respecto a la realidad misma?.
An¨¢loga labor y concepto del tema po¨¦tico, aunque operando sobre otro material y otro tiempo da motivo a las Baladas de Sumeria, inspiradas en el Poema de Gilgames y otros textos de las culturas mesopot¨¢micas. Arabescos y atauriques forma tambi¨¦n cuerpo con los anteriores. Dimensi¨®n diferente m¨¢s intimista y vital, inseparable de sus experiencias personales, la constituyen Nuevas ant¨ªfonas, Romancerillo ginebrino, Rimas lusitanas y Juegos y proverbios.
Limpio de dicci¨®n y correcto en la forma, Francisco Utray descubre en sus versos, sobre todo, una sensitiva carga cultural y el trato con la buena poes¨ªa, especialmente, como se?ala su prologuista, con los poetas de la generaci¨®n de 1927.
La an¨¦cdota, la peque?a circunstancia, el hecho pol¨ªtico, la lectura o el o¨ªr un poema han hecho nacer estas poes¨ªas, que as¨ª se demuestran inseparables de Ia personalidad de su autor y fieles exponentes de su vocaci¨®n.
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