"Pieza imcompleta para piano mec¨¢nico", Concha de Oro
La Concha de Oro al mejor cortometraje la mereci¨® Expediente, de Carlos Rodr¨ªguez Sanz y Manolo Coronado; el premio especial del Jurado, a La question, de Laurent Heyneman, por su importancia pol¨ªtica, y la Concha de Plata a la Direcci¨®n fue concedida a Bernard Sinkel y Alf Brustellin, codirectores de La guerra de las muchachas.La Perla del Cant¨¢brico a la mejor pel¨ªcula en espa?ol la mereci¨® A un dios desconocido, de Jaime Ch¨¢varri, cuyo protagonista, H¨¦ctor Alterio, obtuvo adem¨¢s el premio de interpretaci¨®n masculina. El de interpretaci¨®n femenina fue para Katerine Hunter, por su interpretaci¨®n en La guerra de las muchachas. Una nueva Concha de Oro, ?a una vida dedicada al cine?, fue concedida a Luis Bu?uel, con motivo de la presentaci¨®n de su pel¨ªcula Cel obscur objet du desir y su presencia en el festival.
Todos los festivales tienen un filme revelaci¨®n, todos deben contar con alguna historia que, concebida y contada fuera de lo normal, al margen de los cauces tradicionales, venga a justificar, en cierto modo, tantas horas de proyecci¨®n trivial por caminos ya conocidos de antemano.
Tal es el caso de Tigres de papel, filme nuevo de Fernando Colomo que ya ven¨ªa precedido de cierta fama desde antes del certamen Hay que reconocer que tal fama no ha sido defraudada. Presentada en la secci¨®n de nuevos creadores, es la pel¨ªcula que mejor, y m¨¢s r¨¢pidamente ha llegado al p¨²blico por su espontaneidad y humor, tanto como por la vigencia de su tema y la forma de tratarlo. Basado, a la manera de Lelouch, en unas cuantas situaciones y unos di¨¢logos recreados por los mismos actores, su sensaci¨®n de realidad va creciendo desde las primeras im¨¢genes hasta componer un retrato de Carmen Maura, sobre todo, que aqu¨ª, al final, ha encontrado un papel a su medida, un personaje que es ella misma a la vez y al que sabe dar validez en todo momento, desde los momentos m¨¢s ¨ªntimos hasta los m¨¢s triviales.
Mezcla de ficci¨®n y realidad documental all¨ª donde ¨¦sta acaba, la pel¨ªcula contin¨²a retratando momentos claves de nuestra sociedad actual no s¨®lo en la actual peripecia pol¨ªtica, sino en las variantes amo rosas de esos dos matrimonios que m¨¢s all¨¢ de la moral convencional, ofrecen, por fin, una sincera representaci¨®n de la vida, a la vez l¨²cida sincera y divertida.
Heinrich von Kleist, a. caballo entre dos ¨¦pocas, precursor delel romanticismo, cruz¨® por la vida sin apenas dejar huella entre sus contempor¨¢neos. S¨®lo Goethe puso en escena alguna de sus obras y sin embargo hoy su original personalidad, en la que ¨¦tica y pasi¨®n se enfrentan, se reconoce como las m¨¢s importantes de su siglo en Alemania. Su exaltaci¨®n del individuo le llevar¨¢, a trav¨¦s de una rica experiencia humana, a trav¨¦s de la angustia y la soledad, hasta las puertas mismas del existencialismo.
Una vida tal entre vacilaciones y amores varios que habr¨ªa de llevarle desde los brazos de sus amigos ¨ªntimos hasta los tambi¨¦n hombrunos de su hermana, ha acabado inevitablemente en el cine narrada un tanto p¨²dicamente y de modo tan prolijo que para un p¨²blico no iniciado corre el riesgo de parecer mon¨®tona. Quiz¨¢ para los espectadores alemanes no resulte tal y es preciso a?adir que bien realizada, salvo alguna ingenuidad evidente, se nos presenta como una obra total.
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