"Gobierno de concentraci¨®n, la mejor herramienta para resolver la crisis econ¨®mica"
EL PAIS: Desde su atalaya como senador por Madrid, ?c¨®mo ve la situaci¨®n pol¨ªtica a los tres meses de las elecciones generales?Joaqu¨ªn Satr¨²stegui: Soy tan optimista como antes en cuanto a la posibilidad de elaborar y aprobar una Constituci¨®n en la que realmente quepamos todos los espa?oles, y tambi¨¦n creo que, con m¨¢s o menos dificultades, pero nunca insuperables, llegaremos a establecer el marco en que se desarrollen las autonom¨ªas de las nacionalidades o regiones. Pero todo esto puede quedarse en utop¨ªa si no somos capaces de solucionar la grave crisis econ¨®mica que atraviesa el pa¨ªs. En este sentido estoy ahora mucho m¨¢s alarmado que hace tres meses.
EL PAIS: ?Juzga necesario, para la buena marcha del pa¨ªs, la elaboraci¨®n urgente de la Constituci¨®n?
J. S.: Creo que la Constituci¨®n quedar¨¢ aprobada dentro de unos meses, como estaba previsto, pero una Constituci¨®n no puede por s¨ª misma resolver los problemas econ¨®micos. Lo que a mi juicio resulta necesario es contar con un Gobierno que tenga la suficiente autoridad para implantar una serie de medidas que representar¨¢n sacrificios durante dos o tres a?os para todos los sectores de la sociedad espa?ola. No s¨¦ c¨®mo el actual Gobierno, que obtuvo menos del 35 % de los votos el 15 de junio pasado, puede pretender que esos sacrificios sean aceptados por el 65 % de los electores que no le votaron.
EL PAIS: Su respuesta parece apuntar al c¨¦lebre y debatido Gobierno de concentraci¨®n nacional.J. S.: Efectivamente. Desde que tuve conocimiento del resultado de las elecciones comprend¨ª que hab¨ªa que intentar esa soluci¨®n. Lo que nunca he comprendido es porqu¨¦ Su¨¢rez no lo intent¨® en aquel momento, en el que ya conoc¨ªa la grave situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs. La verdad es que pronto se manifestaron a favor del Gobierno de concentraci¨®n nacional personalidades como Tierno, Carrillo, Areilza, creo que Fraga con algunas matizaciones, Alvarez de Miranda, Ruiz-Gim¨¦nez y el peri¨®dico Ya. S¨®lo se han manifestado en contra o reticentes respecto a la procedencia de ese Gobierno la UCD y el PSOE.
EL PAIS: ?A qu¨¦ se debe, a su juicio, el rechazo de la f¨®rmula de Gobierno de concentraci¨®n por estos dos partidos?
J. S.: Creo que Su¨¢rez y la mayor parte de los dirigentes de UCD, as¨ª como la inmensa mayor¨ªa de los del PSOE, no cayeron en la cuenta a ra¨ªz del 15 de junio, por su juventud, en los riesgos que para toda situaci¨®n pol¨ªtica, pero muy especialmente para una naciente democracia, implica una grave crisis econ¨®mica. Yo nunca he sido republicano, pero, a fuerza de objetivo, he de reconocer que la II Rep¨²blica espa?ola, al ser implantada en otro momento de grave crisis econ¨®mica, encontr¨® en ¨¦sta una de las causas de su fracaso. Aquellos gobernantes obraron con un optimismo inconsciente, centr¨¢ndose en los temas puramente pol¨ªticos y descuidando los econ¨®micos o atac¨¢ndolos con procedimientos absolutamente distintos de los que se empleaban en Europa occidental. Esta fue su gran equivocaci¨®n. Yo conf¨ªo en que ahora no se repetir¨¢ la historia. Al fin y al cabo, los tres partidos marxistas, PSOE, PCE y PSP, tienen unos programas socialistas, pero cuando sus dirigentes han comparecido ante el electorado no le han dicho que se propon¨ªan implantar inmediatamente el socialismo. Le han dicho todo lo contrario. Le han dicho que sin renunciar para el futuro a sus programas respectivos pretend¨ªan ahora concentrarse en los temas fundamentales para el pa¨ªs: implantaci¨®n y consolidaci¨®n de la democracia y soluci¨®n de la crisis econ¨®mica.
EL PAIS: ?Quiere ello decir que los partidos marxistas citados est¨¢n obligados en este momento a salvar el capitalismo espa?ol?
J. S.: Creo que la pregunta tiene una gran carga demag¨®gica. La palabra capitalismo no tiene atractivo pol¨ªtico. Ocurre tambi¨¦n que la palabra comunismo o socialismo sovi¨¦tico tampoco tiene el menor atractivo pol¨ªtico. Los partidos marxistas espa?oles han requerido el voto para la libertad y para la democracia, y esto es la caracter¨ªstica de las naciones occidentales, donde lo que rige es la econom¨ªa social de mercado. Entiendo, por tanto, que si esos partidos son fieles a lo prometido a sus electores, est¨¢n obligados, por el momento, a salvar nuestra crisis econ¨®mica con las medidas que normalmente se aplican en ese modelo de econom¨ªa. Una vez salvada la crisis, cuando la enfermedad de nuestra econom¨ªa haya sido sanada, esos partidos tendr¨¢n, a mi juicio, perfecto derecho a concurrir a unas nuevas elecciones.
EL PAIS: Parece, por lo que usted dice, que la soluci¨®n de la actual crisis econ¨®mica depende del Partido Comunista de, Espa?a, del Partido Socialista Obrero Espa?ol y del Partido Socialista Popular. Sin embargo, ninguno de estos tres partidos est¨¢ todav¨ªa en el Gobierno, ni, por supuesto, lo han estado en los ¨²ltimos a?os y, desde luego, no han tenido la menor influencia y es posible que sigan sin tenerla, en los centros del poder econ¨®mico.
J. S.: Es cierto que esos partidos no tienen responsabilidad alguna de la situaci¨®n econ¨®mica a que hemos llegado, pero, puesto que han obtenido los votos para solucionarla, est¨¢n obligados a hacerlo con la mejor herramienta de que podamos disponer. Es p¨²blico y notorio que el Partido Socialista Popular y el Partido Comunista de Espa?a est¨¢n a favor de esa herramienta: el Gobierno de concentraci¨®n. Tambi¨¦n lo est¨¢n las otras personalidades y peri¨®dicos a que me he referido antes. Creo que en conjunto las ideas expuestas en los editoriales de EL PAIS tambi¨¦n van en esa direcci¨®n. Puedo asegurar que miembros del actual Gobierno y muchos miembros de UCD creen tambi¨¦n en la necesidad de un Gobierno de concentraci¨®n durante el per¨ªodo constituyente.
Queda, entonces, el enigma del PSOE. Sus dirigentes, hombres cuya inteligencia y sentido de la responsabilidad nadie podr¨¢ negar hasta la fecha, no han cerrado la puerta a la posibilidad de ese Gobierno, pero se muestran reticentes. Dan la sensaci¨®n de que podemos actuar aqu¨ª con un juego parlamentario como el que naturalmente se practica en democracias plenamente consolidadas. Pero yo no lo creo posible, porque durante este juego la econom¨ªa y la democracia pueden ¨ªrsenos al traste. Por eso, conf¨ªo en que abran definitivamente la puerta que no han cerrado para concertar entre todas as fuerzas pol¨ªticas, desde Afianza Popular a los comunistas, un programa de actuaci¨®n que sea la base de ese Gobierno formado por todas las fuerzas con representaci¨®n parlamentaria, que haga posible que entre todos, como siempre hemos dicho en la Oposici¨®n, establezcarnos y consolidemos una democracia pluralista.
EL PAIS: ?No le parece que un Gobierno de concentraci¨®n del que formar¨ªan parte elementos ideol¨®gicamente contradictorios podr¨ªa convertirse en una aut¨¦ntica leonera?J. S.: Si no se concertara previamente el programa a realizar, ese Gobierno ser¨ªa en efecto una leonera y no conducir¨ªa a nada. Pero si se concierta ese programa, porque la situaci¨®n lo exige para salvar la democracia, pienso que ese: Gobierno no ser¨¢ c¨®modo, pero, en definitiva, ser¨¢ eficaz. Cuando De Gaulle y De G¨¢speri tuvieron que enfrentarse con una situaci¨®n parecida: establecer la democracia y solucionar una grav¨ªsima crisis econ¨®mica, gobernaron duran te a?o y medio con los comunistas y, en definitiva, pasaron con ellos el bache. Luego, la guerra fr¨ªa, en la que los partidos comunistas obedec¨ªan ciegamente a Mosc¨², hicieron inviable su colaboraci¨®n en aquellos Gobiernos, pero pienso que, aunque los objetivos del eurocomunismo y de los socialistas marxistas son diametralmente opuestos a los de los partidos de ra¨ªz liberal (democristianos, liberales y socialdem¨®cratas), no hay de momento ning¨²n obst¨¢culo insalvable que impida la colaboraci¨®n de todos en un Gobierno que en definitiva, tendr¨ªa las caracter¨ªsticas de los que se llaman de salvaci¨®n nacional. En este caso, de evitaci¨®n de una nueva dictadura
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