Fracasa la segunda "cumbre" de la izquierda francesa
El segundo fracaso de la cumbre de la izquierda destinada a concluir la actualizaci¨®n del programa com¨²n para los comicios legislativos de marzo de 1978, consumado a la 1.20 de la madrugada de ayer, fue valorado por muchos observadores como una ruptura, de hecho, de la uni¨®n de la izquierda. Por el contrario, comunistas, socialistas y radicales de izquierdas redoblaron sus juramentos: ?No hay m¨¢s estrategia que la de la uni¨®n, no hay ruptura, no caben otras alianzas.?
Pero tras veinticuatro horas de dram¨¢ticas discusiones y de solemnes llamamientos a la opini¨®n de izquierdas, las tres delegaciones se separaron sin fijar fecha para una nueva reuni¨®n. La derecha, por su parte, como el gran capital y los medios burs¨¢tiles, estimaban que ayer se hab¨ªa roto el mito de la izquierda, que el paisaje pol¨ªtico franc¨¦s hab¨ªa cambiado y que la Uni¨®n hab¨ªa perdido sus posibilidades de ganar las legislativas del 78.Los trabajos iniciados anteayer, en la sede del Partido Comunista Franc¨¦s (PCF) con el fin de ultimar el programa de gobierno, chocaron, desde el principio al fin, con el mismo obst¨¢culo: las nacionalizaciones.
Ni las concesiones hechas por el PCF anteayer, renunciando a la nacionalizaci¨®n de la firma automovil¨ªstica Peugeot-Citro?n y la petrolera Total ni las nuevas proposiciones ofrecidas ayer por los socialistas, en materia de nacionalizaci¨®n de filiales de los nueve grupos destinados a pasar a la propiedad p¨²blica, consiguieron reconciliar a los comunistas por un lado y, por el otro, a los socialistas y radicales de izquierdas. La opini¨®n francesa, cuando ayer, al alba, se separaron las delegaciones presididas por los tres l¨ªderes, Francois Miterrand (socialistas), Marchais (comunista) y Robert Fabre (radical de izquierdas), crey¨® asistir a un final dram¨¢tico e incomprensible
A las dos de la madrugada, el se?or Mitterrand y los miembros de su delegaci¨®n se reunieron en su casa para deliberar. El PCF a media tarde de ayer, convoc¨® excepcionalmente el pleno del Comit¨¦ Central.
Las declaraciones de unos y otros han atizado un fuego que el Gobierno ha explotado maravillosamente poniendo, d¨ªa y noche, a disposici¨®n de los l¨ªderes de la izquierda, el monopolio de la radio y la TV para que la querella entrase a todas horas en el hogar de los franceses. Un sondeo de la opini¨®n p¨²blica, tras el primer fracaso, la semana ¨²ltima, ya indic¨® una baja del 2 % de las intenciones de voto en favor, de la izquierda para los comicios de marzo del 78. En la Bolsa, ayer, la noticia de la ruptura aument¨® en un 4 % los valores franceses. Los medios allegados al presidente de la Rep¨²blica, Valery Giscard d'Estaing, hicieron saber que los hechos confirmaban la estrategia presidencial consistente en laborar en favor del aborto de la Uni¨®n, imposible a su juicio porque ?el PCF a¨²n no se ha liberado de la influencia de Mosc¨²?. ?El Partido Comunista no ha cambiado?, era ayer el slogan de toda la derecha francesa, distribuido en forma de comentarios y de titulares en los medios de informaci¨®n. Nadie dudaba ni en la derecha ni en la izquierda, que todos estos elementos, a seis meses vista de los comicios legislativos, influir¨ªan negativamente a la hora del escrutinio. S¨®lo un milagro, se o¨ªa comentar en las sedes pol¨ªticas de la Uni¨®n, ser¨ªa capaz de rehacer la din¨¢mica unitaria que, desde principios de los a?os 60, nunca hab¨ªa sufrido un rev¨¦s tan grave, probablemente irreparable, y que a cada cual le inspira la misma pregunta: ?por qu¨¦?
En efecto, tras un verano de pol¨¦micas y querellas despiadadas del PCF contra el PS y cuando muchos cre¨ªan que la hora de la verdad (la confecci¨®n definitiva del programa) subsanar¨ªa todos los errores, de repente, al margen de las cuestiones t¨¦cnicas de actualizaci¨®n del programa com¨²n, la batalla de las sospechas multiplicada por la decepci¨®n del fracaso, ha vuelto a dominar la atm¨®sfera de consternaci¨®n de la izquierda francesa. Los comunistas culpan al PS de una pretendida estrategia destinada a gobernar ?a lo Soares?, solos. Y para confirmarse les bast¨® una declaraci¨®n, ayer, del dirigente nacional y alcalde de Marsella, Gast¨®n Defferre: ?D.e no llegar a un acuerdo, sufrir¨¢ el con junto de la izquierda, pero el PS puede pasar, en las legislativas, del 30 al, 40%.?
Por su lado, los socialistas ya han declarado abiertamente que el PCF es v¨ªctima de las tensiones internas que produjo el aggionarmento del ¨²ltimo Congreso (abandono de la dictadura del proletariado) y que el se?or Marchais ha sido forzado al crescendo de exigencias que ha conducido al callej¨®n sin salida actual. ?Cu¨¢l de los dos grandes de la izquierda no quiere subir al poder unido al otro?
Nadie encuentra respuesta l¨®gica a esta pregunta. Hace tres lustros que los se?ores Mitterrand y Marchais no han jugado m¨¢s que a la baza de la Uni¨®n. El fracaso de esta ¨²ltima equivaldr¨ªa a su fracaso personal.
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