Es posible crear un nuevo partido socialista en la RFA
?Este ha sido un domingo negro para la socialdemocracia alemana.? As¨ª comentaba el liberal-conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, el resultado del congreso celebrado por los j¨®venes socialistas (jusos) en Hamburgo el 20 de marzo pasado. Este congreso y la nueva l¨ªnea dominante desde entonces se han convertido progresivamente en uno de los problemas claves del SPD. En Hamburgo, los delegados de los 350.000 jusos alemanes eligieron, aunque por exigua mayor¨ªa, un nuevo presidente ?izquierdista?: el abogado berlin¨¦s de treinta a?os Klaus-Uwe Benneter, representante del ala stamokap dentro de la organizaci¨®n juvenil socialdem¨®crata.En el propio congreso de Hamburgo comenzaron las tensiones con el Partido Socialdem¨®crata al decidir el 80 % de los delegados la presencia de los jusos, en una manifestaci¨®n organizada por el ?Comit¨¦ para la paz, el desarme y la cooperaci¨®n?, para reclamar la reducci¨®n de los efectivos militares en la RFA. Los dirigentes del SPD denunciaron entonces que esta manifestaci¨®n, al igual que el comit¨¦, estaban controlados por los comunistas del DKP, aunque el presidente de ¨¦ste es el te¨®logo Niem?ller, un profesor protestante de setenta a?os de reconocidas ideas liberales.
La expulsi¨®n de Benneter del Partido Socialdem¨®crata, que ahora vuelve a cobrar actualidad, y el veto de los dirigentes socialdem¨®cratas a un nuevo congreso juso marcan en estos momentos una etapa en la progresiva disidencia de parte de las juventudes de esta tendencia pol¨ªtica.
EL PAIS: La directiva social dem¨®crata ha reducido al silencio al menos por ahora, al sector juso que en Hamburgo le dio su con: fianza. ?Qu¨¦ queda de la aspiraci¨®n de formar un nuevo partido socialista, a la izquierda del SPD?
Benneter: En estos momentos no veo muy clara esta posibilidad. Sin embargo, esto ser¨ªa posible si el SPD se resiste a dar cabida en su seno a las tendencias izquierdistas de la socialdemocracia, como la nuestra, y no tolera al menos una colaboraci¨®n entre actitudes distintas dentro del socialismo democr¨¢tico. Si se llega a una clara limitaci¨®n del SPD por la izquierda, como quieren el ministro de Justicia, Vogel, y el alcalde de Munich, Kronawitter, el peligro de un nuevo partido izquierdista es mayor.
El PAIS: En cualquier caso, hay quien es anticipan una serie de pruebas para la socialdemocracia durante los pr¨®ximos meses, en torno al congreso del SPD de noviembre, en Hamburgo...
B.: Efectivamente. Si en las elecciones que tendr¨¢n lugar dentro de tres a?os se presentara, por ejemplo, en Hamburgo una nueva formaci¨®n socialista de izquierda, es posible que no resultase malparada. Hay que tener en cuenta la problem¨¢tica especial de la ciudad-estado: prohibici¨®n de ejercicio profesional a sectores cr¨ªticos, que comenz¨® en Hamburgo y luego se extendi¨® a toda la RFA; cercan¨ªa de la central nuclear de Brokdorf, s¨ªmbolo de la resistencia popular contra la proliferaci¨®n at¨®mica... Estas circunstancias y otras similares crean realmente las posibilidades de un nuevo partido socialista. Por supuesto tambi¨¦n debe tenerse en cuenta la actitud pr¨®xima de los sind¨ªcatos en la actual crisis.
Peligro derechista
EL PAIS: El terrorismo se ha convertido en obsesi¨®n dentro de la RFA. ?Qu¨¦ actitud adoptan los jusos frente a ¨¦!?B: Creo que debe considerarse como un fen¨®meno de impacientes y de gentes que carecen de realismo pol¨ªtico. Pienso que el terrorismo debe combatirse con toda la fuerza y las posibilidades con que cuenta un estado democr¨¢tico de derecho. Este estado debe caracterizarse, a mi modo de ver, por que no ?produce? leyes especiales contra los grupos activistas. Un estado totalitario se caracterizar¨ªa, por ejemplo, con una ?ley Baader? para reprimir a estos sectores terroristas. En el caso de la RFA vemos que se prefiere recurrir a leyes especiales. Una normativa especial, como la que establece la exclusi¨®n de abogados defensores de los tribunales, contra la pr¨¢ctica anterior, puede significar que dentro de un tiempo alguien puede apoyarse en estas leyes para desmontar el estado de derecho. Basta observar la reacci¨®n en Alemania ante la huida de Kappler.
El peligro de un radicalismo de la derecha es serio
EL PAIS: ?Consideras serio el peligro de un radicalismo de la derecha?B.: A mi entender, s¨ª. Basta examinar el vocabulario de algunos pol¨ªticos, como uno que podr¨ªa llegar a ser ministro del Interior de la RFA y que pide la formaci¨®n de ?comandos para la caza de terroristas?. Parece que aqu¨ª se quiere, sobre todo, dar golpes, abandonando cualquier actividad racional. En cuanto al ?caso Kappler?, basta releer los comentarios de la prensa alemana. Ya no se trata de la per sona como tal sino del contexto en que se ha producido la huida del ex jefe de las SS de Roma. Parece que domina el prop¨®sito de minimizar los cr¨ªmenes de Kappler, como si todo aquello no tuviese que ver con nosotros.
EL PAIS: ?Qu¨¦ trasfondo tiene para usted, pues, la nueva ?ola Hitler??
R: Creo que es sintom¨¢tico el que, tras ver la pel¨ªcula de Fest (Hitler, una carrera), cualquiera pueda sacar la impresi¨®n de que el dictador no fue m¨¢s que ?un buen muchacho? que desde luego, tuvo sus defectos. ?Y qui¨¦n no los tiene! Al silencio de a?os siguen ahora verdaderas mentiras hist¨®ricas en torno al personaje. La misma petici¨®n de la pena de muerte contra los terroristas indica hasta qu¨¦ punto se deteriora el clima. Un ministro de Baviera ha llegado a decir que el art¨ªculo constitucional que la aboli¨® no encaja con el esp¨ªritu de las leyes fundamentales del pa¨ªs. Sin embargo, la desaparici¨®n de la pena capital se debi¨® a razones hist¨®ricas y a una inveterada costumbre alemana.
Un verdadero partido socialista
EL PAIS: Volviendo al tema de la confrontaci¨®n entre los jusos y la directiva socialdem¨®crata, ?Cu¨¢les son realmente sus pretensiones dentro del partido?B.: Nosotros hemos procurado durante los ¨²ltimos a?os que el SPD fuese un partido consecuentemente socialista. Para ello hemos buscado reformas estructurales y una movilizaci¨®n de la base. Sin embargo, la directiva del SPD fij¨® en 1971 l¨ªmites a la cooperaci¨®n con otras formaciones socialistas. En 1975 se puso ya en entredicho la misma autonom¨ªa de la organizaci¨®n juvenil, de los jusos. Seg¨²n la directiva. cualquier actividad exterior de los j¨®venes socialistas tendr¨ªa que ser aprobada previamente por aqu¨¦lla. Hasta 1972 nuestras diferencias con los dirigentes del SPD, que empezaron a manifestarse en 1969 por esta causa, no fueron tan graves como ahora. Entonces el partido estaba representado efectivamente por Willy Brandt, lo cual ya es muy diferente a la situaci¨®n actual con Schmidt. Ahora se nos exige que respaldemos la pol¨ªtica del Gobierno, que no tiene nada que ver con una pol¨ªtica de reformas. El Gobierno tan s¨®lo pretende convertirse en manager de una crisis, buscando, por supuesto, una salida capitalista.
EL PAIS: En Hamburgo los jusos inauguraron una ?pol¨ªtica de uni¨®n de la izquierda?, que ahora ha quedado hibernada por la intervenci¨®n de la directiva del SPD. ?Qu¨¦ hay de la intervenci¨®n de los socialdem¨®cratas en el sur de Europa?
B.: Esto es precisamente un contencioso dentro del SPD. Los jusos suspendimos hace a?o y medio los actos de solidaridad con los socialistas portugueses porque su pol¨ªtica de restauraci¨®n del capitalismo no es para nosotros un modelo aceptable.
EL PAIS : ?Cu¨¢l es tu posici¨®n personal respecto del llamado eurocomunismo?
B.: Como socialdem¨®crata tengo una posici¨®n de principios diferente a la de los comunistas del sur de Europa. Est¨¢ referido al modo como hay que instaurar el socialismo y a c¨®mo debe ser ¨¦ste. Por mi parte, veo positivo que en algunos partidos comunistas como el espa?ol, franc¨¦s e italiano, aparezcan tendencias socialdem¨®cratas.
Espa?a y la CEE
EL PAIS: Desde una posici¨®n ?stamokap?, es decir, de denuncia de la vinculaci¨®n del Estado capitalista a los intereses del gran empresariado, ?c¨®mo juzg¨¢is los jusos las aspiraciones espa?olas al ingreso de Espa?a en el Mercado Com¨²n?B.: No veo claro que les interese a los espa?oles ingresar en la Europa del capital. Hablo, claro est¨¢, del trabajador espa?ol. Dadas las actuales estructuras, quiz¨¢ se llegase a una liquidaci¨®n de los intereses nacionales espa?oles por el gran capital internacional.
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