La asfixia de Madrid
La conseguir¨¢n si el se?or De Arespacochaga consigue, cosa que dudo, el cargarse los pocos pulmones que le van quedando a nuestra ciudad en ciertas zonas amenazadas, y digo que lo dudo porque los tiempos que corremos son otros muy distintos de aquellos en que este tipo de ?maniobras? eran coser y cantar.Al art¨ªculo de Francisco Umbral en este peri¨®dico el pasado d¨ªa 17, ?Los chalets?, en el que enumera los enemigos mitol¨®gico-urban¨ªsticos de cada uno de los ¨²ltimos alcaldes, refrendados por el r¨¦gimen, a?adir¨ªa el siguiente comentario:
Mayalde se carg¨® los bulevares, ?con qu¨¦ inter¨¦s?... ?El de arreglar el tr¨¢fico?... ?Lo consigui¨®?. Arias Navarro, los palacios de la Castellana, y los reemplaz¨® por monstruosos rascacielos que han movido cientos de millones; ?qui¨¦n ha salido beneficiado? ?Madrid? Creo que no. Garc¨ªa Lomas, la plaza de Olavide; ?qu¨¦ beneficio ha aportado a nuestra urbe? Y De Arespacochaga, ?qu¨¦ persigue con la desaparici¨®n de estas colonias?; colonias limpias, descontaminantes y muy acordes con lo que aconsejan esos anuncios que nos est¨¢ metiendo por los ojos el Ayuntamiento de Madrid, por los que nos aconsejan cooperar en el logro de un Madrid mejor. ?Qu¨¦ inter¨¦s le puede mover a ello? ?Velar por nuestra intimidad?... Absurdo.
Quiz¨¢ sean demasiadas preguntas, y es que ¨¦stas se amontonan porque nunca son contestadas, pero por lo menos que nos dejen con nuestra falta de intimidad y se metan con la intimidad de ?El Viso?, ?Somosaguas?, ?Puerta de Hierro?, ?Conde de Orgaz?, que, a buen seguro, sus vecinos no se quedar¨ªan en la calle.
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