La dimisi¨®n de alcaldes, pr¨¢cticamente descartada
El pasado viernes, d¨ªa 30 de septiembre, EL PAIS public¨® una informaci¨®n en la que, bajo el t¨ªtulo de Posible cadena de dimisiones en los ayuntamientos de la provincia, se analizaba la eventualidad de que se produjera en la provincia de Madrid un acuerdo entre alcaldes especialmente representativos, por la entidad de sus poblaciones, para presentar su dimisi¨®n a la Administraci¨®n, caso de que no se tomaran medidas sobre lo que ellos consideraban una p¨¦rdida acelerada de autoridad municipal.
En aquella ocasi¨®n, al igual que en d¨ªa sucesivos, fue consultado el Gobierno Civil, donde se desminti¨® este rumor y se adujo la noticia a una mala interpretaci¨®n de las reuniones que Juan Jos¨¦ Ros¨®n, con car¨¢cter de protocolarias, deber¨ªa mantener con la casi totalidad de los alcaldes de la provincia.El 13 de septiembre dimiti¨® Antonio Hern¨¢ndez de su carg¨® de presidente del distrito de Villaverde, por las agresiones verbales y contra su vivienda que protagonizaron grupos de manifestantes. El 22, por motivos similares, dimite el alcalde de Legan¨¦s, Manuel Mateos, con el que se solidariz¨® el resto de la Corporaci¨®n. El 30 del mismo mes, Jos¨¦ Ba?ales, presidente del distrito madrile?o de Carabanchel-Latina, fue agredido por un grupo de personas, y presenta su dimisi¨®n en el pleno del d¨ªa siguiente, al tiempo que pide que hagan lo mismo todos los alcaldes de Madrid y sus compa?eros concejales. La petici¨®n fue muy aplaudida por la Corporaci¨®n, aunque no lleg¨® a aprobarse.
Las razones de Jos¨¦ Ba?ales en aquella ocasi¨®n coinciden en algunos puntos con lo que luego ser¨ªa una carta de los alcaldes de la provincia: falta de autoridad municipal, falta de respaldo administrativo y fuerte cerco cr¨ªtico a su gesti¨®n por parte de entidades pol¨ªticas de oposici¨®n y ciudadanas. Las razones de Manuel Mateos antes. hab¨ªan sido muy similares, aunque con el agravante del d¨¦ficit de noventa millones que arrastra el Ayuntamiento de Legan¨¦s.
D¨ªas despu¨¦s, Juan de Arespacochaga confirmaba su decisi¨®n de no dimitir, pese a las cr¨ªticas y peticiones recibidas en ese sentido. Sin embargo, este deseo de permanecer viene indicado m¨¢s de altas instancias pol¨ªticas que del propio parecer del alcalde de Madrid.
Una carta, de pueblo en pueblo
La idea de redactar un documento en el que se reflejasen las dif¨ªciles circunstancias por que atraviesan los ayuntamientos surgi¨® de unos pocos alcaldes de pueblos grandes de la provincia (Getafe, Alcal¨¢, Aranjuez), y el principal promotor del proyecto, al parecer, fue el alcalde de Getafe, Angel Arroyo Sober¨®n. Esta tesis la confirma el hecho de que durante el pleno municipal de Getafe, celebrado ayer por la tarde se discuti¨® sobre una propuesta de enviar una carta al Congreso, Senado, presidente del Gobierno, etc¨¦tera, en la que se exponen pr¨¢cticamente los mismos puntos ya descritos. Adem¨¢s de exponer la necesidad urgente de convocar elecciones municipales en el plazo m¨¢s breve posible, como ¨²nica forma de serenar una situaci¨®n en la que los alcaldes se ven inmersos.El pasado martes aumentaron los rumores de dimisi¨®n de alcaldes en bloque. Exist¨ªa una carta, firmada por m¨¢s de 150 miembros de corporaciones locales, en la que se ped¨ªa apoyo administrativo, que se potenciase la autoridad municipal y que los partidos pol¨ªticos cesasen, o al menos remitiesen, en su ofensiva contra los alcaldes.
Una nueva carta, que ser¨ªa entregada al gobernador civil, circul¨® despu¨¦s, a nivel privado de alcaldes, en laque se atemperaban en parte los duros t¨¦rminos de la primera. Los promotores eran los mismos, pero dada la dimensi¨®n que el tema hab¨ªa tomado, con amplio eco en los medios de difusi¨®n, comenzaron las dificultades para obtener un ascenso, total de los alcaldes y, especialmente, en los partidos judiciales de San Lorenzo del Escorial y Colmenar, numerosos alcaldes se negaban a plantearse la posibilidad de dimisi¨®n. La comisi¨®n de alcaldes que deber¨ªa entregar la carta al se?or Ros¨®n ayer por la ma?ana no estaba al completo, ya que dos de ellos se hab¨ªan descolgado por razones familiares y de salud.
Laactitud del Gobierno Civil, desde el principio, fue negar la posibilidad de una dimisi¨®n de alcaldes en bloque aunque, por los contactos del se?or Ros¨®n con muchos de ellos, se sab¨ªa del malestar reinante en las corporaciones locales, poco acostumbradas a la cr¨ªtica de entidades vecinales y menos a¨²n de partidos pol¨ªticos. La creaci¨®n de una junta de control en los ayuntamientos, que se compondr¨ªa de partidos pol¨ªticos y vecinos, sembr¨® la inquietud entre los alcaldes. Tras la dimisi¨®n del alcalde de Legan¨¦s, a¨²n en suspenso porque el Gobierno Civil no se ha definido, se mantuvieron contactos en e ste organismo con el PCE, PSP y PSOE para estudiar el problema creado con el vac¨ªo de poder municipal. Las autoridades municipales de la provincia vieron en este hecho una amenaza a su independencia, integridad e impunidad mantenidas durante a?os. Justamente cuando el Gobierno Civil se reun¨ªa con representantes de la comarca de Alcal¨¢ y se desment¨ªa la, amenaza de dimisi¨®n colectiva, present¨® su dimisi¨®n el alcalde de San Fernando, Jes¨²s Ambr¨®s, aludiendo a una serie de incompatibilidades entre su vida p¨²blica y su vida privada y profesional. El se?or Ambr¨®s es maestro y falangista.
Al final han sido las negativas de algunos alcaldes a firmar, atemorizados por el alcance de su decisi¨®n, junto a la actitud tranquilizadora adoptada por Juan Jos¨¦ Ros¨®n, que explic¨® a los alcaldes que la cr¨ªtica es inherente a la democracia, quienes han hecho remitir lo que pudo suponer un vac¨ªo total de poder en los ayuntamientos de la provincia.
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