Grupo Manouchian
Contar, a estas alturas, un nuevo episodio de la Resistencia francesa, con su habitual desenlace ante el pelot¨®n de ejecuci¨®n alem¨¢n, corre el riesgo de caer en lo trillado y, en el mejor de los casos, en la monoton¨ªa.El cine franc¨¦s ha cultivado asiduamente, con mejor o peor fortuna, tal tipo de historias y por ello el primer problema que se plantea hoy a cualquier realizador consciente, al volver sobre el tema, es el de darle un tratamiento distinto sin perder eficacia y, a la vez, dentro de los cauces de un cine actual, vivo y moderno.
Cuando tantas veces en estos casos se f¨ªa el ¨¦xito a la acci¨®n por la acci¨®n a la reflexi¨®n desmesurada o a las acostumbradas truculencias, Frank Cassenti ha utilizado como llave maestra capaz de abrirle el ¨¢nimo y el coraz¨®n de los especta dores, el teatro dentro del cine, tratamiento no del todo original, pero s¨ª aqu¨ª personal, en el que la influencia de Brecht aparece evidente.
L'affiche rouge
Gui¨®n de Frank Cassenti y Ren¨¦ Rich¨®n. Director: Frank Cassenti. Fotograf¨ªa: Phifippe Rousselot. M¨²sica: Juan Cedr¨®n y Carlos Carlsen. Int¨¦rpretes: Roger Ib¨¢?ez, Pierre Clementi, Laszlo Szabo, Maja Wodeska. Francia. Dram¨¢tico, 1976. Local de estreno: Rosales
As¨ª, pues, mezclando lo real con lo supuestamente imaginario y los actores que van a interpretar, con algunos de los aut¨¦nticos protagonistas de la historia, ha montado un filme en el que se hermanan la narraci¨®n y el espect¨¢culo de igual modo que los c¨®micos con sus personajes. Tan importante viene a ser en ¨¦l lo que se cuenta -y en ¨¦l se incluyen escenas admirables-, como las conversaciones y anotaciones, unas veces en torno al argumento y otras al margen, -pero siempre dentro de ese camino de recuerdo, en torno a unos d¨ªas tr¨¢gicos hoy presentes todav¨ªa, actualizados en otras latitudes por parecidas circunstancias tr¨¢gicas.
La historia del grupo Manouchian, integrado en su mayor¨ªa por hombres no nacidos en Francia, pero que en Francia lucharon y murieron, se nos ofrece, por encima de posibles virtuosismos no siempre v¨¢lidos, a la vez como homenaje y testimonio a un personaje m¨²ltiple y a un momento hist¨®rico. Exactamente lo contrario de la intenci¨®n con que los alemanes quisieron explotar sus nombres, escritos en un cartel rojo para escarmiento ejemplar de los que tras ellos vendr¨ªan y vinieron.
Filmado con recursos modestos, pero con inteligencia y cultura suficientes como para asumirlos sin necesidad de enmascararlos, adecu¨¢ndose a ellos, esta lecci¨®n de historia contempor¨¢nea, escrita en un principio con caracteres menores, va cobrando, a medida que avanza, un rigor militante y una pasi¨®n insospechada, capaces de justificar los versos de Arag¨®n sobre sus veintitr¨¦s protagonistas, aquellos que ?dieron su coraz¨®n antes de tiempo, el d¨ªa en que los fusiles florecieron?.
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