M¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa
Quien quiera que sea capaz de aceptar una Sofia Loren escritora de ¨¦xito, mujer de un Richard Harris m¨¦dico y premio Nobel; una Ava Gardener esposa de un fabricante de armas internacional, amante de un joven traficante en drogas, y una Ingrid Thulin doctora dura y hier¨¦tica como la misma imagen del destino, sin duda no se aburrir¨¢ con este filme de Pan Cosmatos, realizador nacido en Egipto, de padres griegos, cuyos esfuerzos por mantener viva la atenci¨®n del p¨²blico resultan no s¨®lo evidentes, sino conmovedores.Para ello, en colaboraci¨®n con Robert Katz, ya coautor de su anterior filme, Represalia, ha encerrado a todos estos monstruos sagrados y otros de menor nombre o resonancia en un expreso europeo que debe ir de Ginebra a Estocolmo. Al tren llega, al margen de tanto viajero ilustre o pintoresco, un terrorista sueco portando, no su cl¨¢sico equipaje, sino una temible enfermedad en proceso de experimentaci¨®n por los EEUU en Europa. Comoquiera que ello va en contra de los tratados internacionales al uso, Burt Lancaster, en su papel de jefe de los servicios secretos americanos en Europa, desv¨ªa el convoy hacia un lejano lugar de Polonia, donde se llega cruzando el puente que da t¨ªtulo al filme, y que por su mal estado de conservaci¨®n promete cubrir con un manto tr¨¢gico de cad¨¢veres y ruinas toda publicidad que empa?e el buen nombre de EEUU y sus peligrosas armas experimentales.
El puente de Casandra
Gui¨®n de Robert Katz y Jorge Pan Cosmatos. Direcci¨®n: Jorge Pan Cosmatos. Int¨¦rpretes: Sof¨ªa Loren, Richard Harris, Ava Gardner, Burt Lancaster, Ingrid Thulin, Martin Sheen, Lou Castel, Lee Stasberg. Dram¨¢tica. Italia, 1976. Local de Estreno: Palacio de la M¨²sica, Mola y Cartago.
Se trata, pues, de embutir en un esquema cl¨¢sico, una serie de consideraciones pol¨ªticas elementales. Planteado el duelo entre la jurisdicci¨®n y la ¨¦tica militar y civil, es decir, entre Burt Lancaster y Richard Harris, una serie de secuencias m¨¢s espectaculares que dram¨¢ticas se van desarroIlando en un ?m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa? que llevar¨¢ al tren hasta su destino s¨®lo cumplido a medias, quiz¨¢ para que ninguna de las dos competencias antes aludidas salga ni vencida ni triunfante.
Novela de aventuras a medias, entre la narraci¨®n cl¨¢sica y la actual fantas¨ªa pol¨ªtica, quiz¨¢ esta forzada combinaci¨®n le acerque a un p¨²blico que subraya con amplios murmullos y prolongados comentarios la aparici¨®n en la pantalla de cada uno de los rostros anta?o famosos y hoy a¨²n en pie, a fuerza de maquillaje.
La carga pol¨ªtica -el mensaje, tal como se dec¨ªa cuando estos mismos rostros eran a¨²n j¨®venes-, aparece bastante simple, pero suficiente dentro del cine actual, donde un toque de tal ¨ªndole parece tan imprescindible como una escena de amor o un final con cat¨¢strofe como el que cierra esta historia.
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