La filmograf¨ªa de un bienpensante
La actividad cinematogr¨¢fica de cantante desaparecido se concret¨® en 72 pel¨ªculas de muy distinta significaci¨®n. A grandes rasgos todo parece indicar que Crosby no pasar¨¢ a la historia de la interpretaci¨®n cinematogr¨¢fica -al menos si se mide con un baremo riguroso-, lo que no equivale a menospreciar su labor y, sobre todo, su enorme popularidad, en el sentido m¨¢s preciso del t¨¦rmino. Una popularidad t¨ªpicamente norteamericana en la que otro gran representante de un peculiar sentido del humor, Bob Hope, fue pieza clave.En 1933 intervino en Alegr¨ªa estudiantil, de Wesley Ruggles. En 1940 formar¨ªa t¨¢ndem con Bob Hope en la serie de los Caminos, concretamente el de Singapur y el de Marruecos, dirigidos por V¨ªctor Schertzinger y David Buttler, respectivamente. En 1944, en plena guerra mundial, Crosby aportaba su granito de arena para los biempensantes que, generalmente, necesitaban productos edulcorados y con ?final feliz?: Siguiendo mi camino, de Leo McCarey, que se completar¨ªa con Las campanas de Santa Mar¨ªa (1945), realizada por el mismo McCarey.
En 1950 trabaja con uno de los directores cl¨¢sicos de la alta comedia americana, lo que no era frecuente en la filmograf¨ªa crosbiniana. Nos referimos a Frank Capra y su Lo quiso la suerte. Nueve a?os m¨¢s tarde, en 1959, volver¨ªa a trabajar con otro de los nombres consagrados del moderno ?burlesque?, Frank Tashlin, en Say oneforme. En 1962 la pareja Crosby-Hope intentaba revivir los tiempos pasados, interpretando un nuevo Camino a Hong-Kong, que en castellano, por extra?as circunstancias de distribuci¨®n, se llamar¨ªan Dos frescos en ¨®rbita, firmada por Norman Panam¨¢. Cuatro gansters de Chicago (1964), de Gordon Dougias, y Hacia los grandes horizontes (1965), del mismo realizador, fueron los cantos del cisne de este cantante y qctor que represent¨® tan bien, y durante tanto tiempo, al prototipo del norteamericano de sonrisa brillante.
En 1944 obtuvo el codiciado ?Oscar? de la Academia de Holliwood, por su interpretaci¨®n de Siguiendo mi camino. Si a ello se le a?aden sus numerosos millones de d¨®lares, su conservadurismo pol¨ªtico y su enorme afici¨®n al golf, con Crosby muere una parte importante del american way of life.
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