"El hombre se rehace continuamente para crearse"
Hoy se presenta el ¨²ltimo libro de Carlos Gurm¨¦ndez
El bi¨®logo Faustino Cord¨®n presentar¨¢ a las ocho y media de esta tarde, en la librer¨ªa Cal y Canto, de Madrid, el libro El hombre, actor de s¨ª mismo, de Carlos Gurm¨¦ndez, publicado por Akal, un ensayo de antropolog¨ªa dial¨¦ctica.
Carlos Gurm¨¦ndez ha publicado varias obras que se presentan en una continuidad de pensamiento. ?Este libro -declara a EL PAIS- es resultado de un proceso de pensamiento de mis obras anteriores. Mis libros de ensayos nacen como respuestas a interrogantes sin resolver. As¨ª, de la experiencia de unas contradicciones ¨ªntimas naci¨® Ser para no Ser. Cuando comprend¨ª que toda la lucha por afirmarse y personalizarse llevaba a la nada de la propia individualidad, descubr¨ª los l¨ªmites de este libro y busqu¨¦ la ra¨ªz objetiva de esa imperfecci¨®n de la individualidad. A trav¨¦s de El secreto de la alienaci¨®n intent¨¦ demostrar c¨®mo la alienaci¨®n, esa objetividad, es la que nos destruye o empobrece. Al terminar este libro vi que permanec¨ªa una lucha interna, entre la alienaci¨®n subjetiva y la objetiva. Para intentar resolverla escrib¨ª El tiempo y la dial¨¦ctica, pero comprend¨ª que aunque el tiempo es la esencia de la dial¨¦ctica, tampoco aclaraba esta contradicci¨®n, por lo que escrib¨ª El hombre, actor de s¨ª mismo.?La primera parte de El hombre, actor de s¨ª mismo contiene una introducci¨®n metodol¨®gica y una reflexi¨®n sobre la visibilidad y la invisibilidad del mundo, su quiebra e inquietud, est¨¢tica y din¨¢mica, dualidades que llevan a la dial¨¦ctica, con an¨¢lisis de sus distintas corrientes: la positiva de Hegel, la negativa de Adorno y la subjetiva de Sartre.
?Me interesa el an¨¢lisis del hombre, ser natural y humano, que sirve para delimitar las fronteras del humanismo y del naturalismo, y abordar lo que es el hombre en su materialidad sensible. Con este fin, estudio los sentidos y la sensibilidad, para llegar a la conclusi¨®n de que la llamada inteligencia sensible es el resultado de la unidad de los sentidos materiales en su diversidad espec¨ªfica. En este libro me centro en la positividad de la alienaci¨®n, a trav¨¦s de las pulsiones, que son la interiorizaci¨®n de los sentidos o manifestaci¨®n de una carencia, los impulsos fundamentales en su pluralidad y, como consecuencia de ellos, el deseo y la revoluci¨®n sexual.?
El autor, despu¨¦s de la exploraci¨®n de estos campos, intenta formular una antropolog¨ªa dial¨¦ctica, basada en la contradicci¨®n permanente entre pasi¨®n y acci¨®n, necesidad y trabajo. ?Como conclusi¨®n de mi libro, puedo se?alar, tras el an¨¢lisis de los sentidos, que el hombre es el actor de s¨ª mismo, por la multiplicidad de actos que debe realizar para constituirse, ya que repite sus visiones, refleja sus movimientos y se rehace continuamente para crearse. Es como un actor obligado a interpretar continuamente una diversidad de personajes. Esta obra s¨®lo resuelve de forma parcial el problema de un conocimiento total del hombre, porque no podemos comprenderlo s¨®lo como materialidad sensible. Es necesario estudiar sus sentidos internos, espirituales, que son tambi¨¦n materiales y, concretos.?
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