La defensa patrimonio nacional
LOS VALORES positivos de la democracia no son exclusivamente pol¨ªticos. Tambi¨¦n la democracia entra?a valores inherentes al respeto y disfrute del patrimonio cultural de toda una sociedad. Es una argumentaci¨®n que tiene su env¨¦s: las dictaduras o las autocracias tambi¨¦n se distinguen por su desprecio (o por su codicia) hacia el arte y el patrimonio de los pueblos. Desprecio y codicia por los tesoros de la cultura desde perspectivas pol¨ªticas no democr¨¢ticas se resumen perfectamente en la frase de un pol¨ªtico europeo contempor¨¢neo llamado Herman G¨¹ering: ?Cada vez que escucho la palabra cultura saco mi rev¨®lver.? El padre de tan lapidaria filosof¨ªa deven¨ªa en uno de los m¨¢s grandes depredadores de obras de arte en el continente.Ser¨ªa banal y escasamente constructivo remitirse constantemente a los errores y vilezas del r¨¦gimen anterior como punto de referencia de lo que debe ser la monarqu¨ªa democr¨¢tica. Pero se entender¨¢ que persisten casos no ya de urgencia, sino dejuzgado de guardia. Y uno de ellos es el del.destino, infortunio y caos en el que ha ca¨ªdo el patrimonio cultural de este pa¨ªs. Del que caben serias sospechas de que ha sido, en parte, vendido o usufructuado.
Un partido pol¨ªtico est¨¢ elaborando un informe sobre la gesti¨®n del Patrimonio Nacional. No es mala cosa que a las Cortes lleguen estos temas. Pero el asunto es de tama?a gravedad que no hace falta que nadie ejercite la acci¨®n c¨ªvica sobre la desidia? -y acaso el dolo- que padece nuestro patrimonio. En este peri¨®dico se ha publicado hace un par de semanas una lista de cuadros defirma que figuran en todos los cat¨¢logos como ornato y gloria del Real Monasterio de San Lorenzo, en El Escorial. Esos cuadros no est¨¢n donde deber¨ªan de estar,y nadie en catorce d¨ªas ha sido capaz de aclararnos el misterio de su ubicaci¨®n. La cesi¨®n o arriendo a bajo precio de terrenos y edificios propiedad del Patrimonio Nacional deben igualmente ser objeto de investigaci¨®n parlamentaria. Porque cuando la UNESCO ha creado, el pasado verano, un organismo dedicado exclusivamente a la confecci¨®n de un inventario mundial de arte, cultura y bienes naturales, la imagen de Espa?a queda harto deteriorada cuando esos bienes comunes son objeto de especulaci¨®n, escamoteo o abandono.
En vida del general Franco se adujo que las cuentas de la Seguridad Social pod¨ªan ser el detonante del derribo de su r¨¦gimen. A menos escala se especula -y con raz¨®n- sobre los hipot¨¦ticos esc¨¢ndalos que subyacen bajo los presupuestos de Radiotelevisi¨®n Espa?ola. Pues bien, todo lo anterior puede quedar sepultado ante el previsible esc¨¢ndalo de un patrimonio art¨ªstico dependiente del Estado, e ignorante de dos cosas: del deseo de la Corona de salvaguardarlo para todos los espa?oles y de la manipulaci¨®n de que est¨¢ siendo objeto por parte de sus viejos responsables, incapaces a estas alturas de contarnos d¨®nde reposan muchos cuadros de val¨ªa que deber¨ªan estar colgados en edificios oficiales y que han desaparecido.
No parece una petici¨®n desorbitada el que, con cierta urgencia, se unifiquen los departamentos estatales o gubernamentales que entienden del Patrimonio Art¨ªstico, y puedan responder ante toda la sociedad de loque se ha hecho y se hace con las obras de arte, que son propiedad del pueblo espa?ol.
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