Maestra de gitanos
Soy maestra de gitanos. Vocacionalmente maestra, y voluntariamente de gitanos, ya que considero que son las personas m¨¢s marginadas de nuestra sociedad, ellos son ?un mundo aparte?, y hoy m¨¢s que nunca se me ha hecho ver esta realidad. Voy al caso.Esta tarde he salido al encuentro de dos religiosas -una de ella responsable de C¨¢ritas parroquial- y muy optimista al verlas venir hacia las chabolas -nunca las he visto por aqu¨ª-, cre¨ª que ven¨ªan a interesarse por un caso de desahucio de una familia gitana. Al preguntarlas si era as¨ª, me contest¨® una de ellas que el objeto de su visita era una viejecita de ochenta a?os, ciega, que vive cerca de las chabolas, a quien los ni?os gitanos hab¨ªan insultado y tirado piedras. Nos interesamos por el caso para llamar la atenci¨®n a los ni?os, pero cual no ser¨ªa mi sorpresa cuando, con gran desprecio, nos respondi¨® que no quer¨ªa saber nada de gitanos, que no se puede hacer nada con ellos, que hab¨ªa tenido algunos en el colegio, ahora ten¨ªan tres, y que estaban deseando no volviesen pues no traen.m¨¢s que problemas, etc¨¦tera.
Al esgrimir argumentos y razones de su comportamiento, su respuesta fue: ?Si tanto inter¨¦s tienen por esa gente, pongan una escuela para ellos solos?. La contestamos que as¨ª lo hab¨ªamos hecho, que pronto empezar¨ªamos, pero no como un aparte definitivo, sino como una escuela ?puente? de adapaci¨®n, de tr¨¢nsito, para que luego pasen a escuelas normales, porque son ciudadanos como los dem¨¢s, con los mismos derechos, y que s¨®lo necesitan un per¨ªodo de adaptaci¨®n, y lucharemos para conseguirlo. Tambi¨¦n la hicimos ver que a nosotras nos aceptan plenamente, sin agresividad, y que quiz¨¢ la causa sea que ellos pagan con la misma moneda que reci¨¦n: ?cari?o con cari?o, rechazo con rechazo?.
La pol¨¦mica fue dura, amenazando con llamar a la Guardia Civil si se repet¨ªa lo de la anciana. La reproch¨¦ su desprecio hacia unos seres humanos, su postura contraria a Cristo y al Evangelio, respondi¨¦ndome: ?Yo tengo mi Evangelio?.Yo me pregunto: ?este es un testimonio de un cristiano? M¨¢s grave a¨²n.: ?esto es propio de una persona doblemente comprometida, como cristiana y como religiosa? Yo creo que Cristo luch¨® por ¨¦stos y aqu¨¦llos, fue crucificado por defender los derechos de los m¨¢s pobres, de los m¨¢s marginados, de los que m¨¢s necesitan de amor, de comprensi¨®n, de aceptaci¨®n, igual que por esa anciana de ochenta a?os, que con tanto amor ella trataba -yo tambi¨¦n sent¨ª deseos de abrazarla, porque es d¨¦bil, porque est¨¢ indefensa, porque es una posible marginada, como tantos ancianos de nuestra sociedad-
Esto ¨²ltimo se lo hice ver a los ni?os gitanos despu¨¦s, y se arrepintieron y prometieron no volverlo a hacer, pero se lo dije con amor, confiando y desconfiando, al mismo tiempo, de que vayan a cumplirlo, como cuando me lo prometen mis hijos tras una travesura, y son ?payos?, hijos de una buena familia, como tantos otros, que rompen, destrozan, faltan, y no nos ?rasgamos las vestiduras?, y es que, ante todo, son ni?os, y si todo ni?o tiene disculpa, ¨¦stos m¨¢s que nad¨ªe, porque hasta ahora, ?qui¨¦n se ha preocupado de que est¨¦n civilizados, de que tengan colegios, de su integraci¨®n? Porque el gitano quiere aprender, quiere avanzar, pero sin dejar de ser gitano, sin perder su identidad, sin renunciar en este avance a valores sagrados para su comunidad.
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