La Iglesia espa?ola reconsidera el papel de los medios de comunicaci¨®n
El primer paso que ha dado la Iglesia espa?ola en el replanteamiento de la funci¨®n de sus propios medios de comunicaci¨®n y de los medios, en general -posici¨®n cr¨ªtica paralela a la que se registra en los sectores laicos sobre el papel y la propiedad de los medios estatales y privados-, ha sido el de determinar sus fuerzas, num¨¦ricamente definidas por medio de una Gu¨ªa de medios de Comunicaci¨®n social de la Iglesia en Espa?a.
Seg¨²n esta gu¨ªa, son m¨¢s de setecientas las revistas (algunas con tiradas de 80.000 ejemplares), de car¨¢cter religioso que pertenecen a la jeraqu¨ªa eclesi¨¢stica espa?ola o entran directamente en el ¨¢rea de su influencia. Lo mismo se puede decir de las 45 emisoras de Radio Popular, de varias editoriales de libros y minimedios, y una red de distribuci¨®n de pel¨ªculas y salas de proyecci¨®n. En la ¨®rbita de influencia de la Iglesia, aunque no est¨¢n recogidos en la Gu¨ªa de medios, se pueden citar tambi¨¦n los peri¨®dicos y publicaciones de la Editorial Cat¨®lica (Ya, Hoy, Ideal, de Granada, Ideal Gallego, La Verdad, agencia Logos, El Correo de Andaluc¨ªa, Diario de L¨¦rida, Diario Monta?¨¦s), y las publicaciones del grupo Opus Dei, que, de alguna manera, son publicaciones confesionales.
El segundo paso que ha dado la Iglesia espa?ola, en relaci¨®n con los medios, es el de celebrar una asamblea plenaria episcopal monogr¨¢fica sobre el tema, que se va a celebrar el pr¨®ximo mes de febrero. ?En esta asamblea -ha dicho a EL PAIS Rafael de Andr¨¦s, director del Secretariado de la Comisi¨®n Episcopal de Medios de Comunicaci¨®n- nuestros obispos tomar¨¢n conciencia del tema en la panor¨¢mica mundial y concretar¨¢n un diagn¨®stico para calibrar el valor real de los medios de comunicaci¨®n de la Iglesia espa?ola y dar¨¢n directrices para su potenciaci¨®n y programaci¨®n para el futuro, a corto y a medio plazo. Es de suponer que la jerarqu¨ªa se ocupar¨¢ de la revitalizaci¨®n de las revistas religiosas y de los numerosos sacerdotes periodistas y radiofonistas que trabajan en prensa y radio. ?
La revisi¨®n real de la radio de la Iglesia se ha adelantado a la de otros medios. De momento, la Cadena Espa?ola de Ondas Populares (incluida Radio Popular de Madrid), propiedad del Episcopado, ha comenzado la revisi¨®n, a trav¨¦s, sobre todo, de sus nuevos estatutos y su programaci¨®n coordinada a nivel nacional.
Influencias y evangelizaci¨®n
La influencia que la Iglesia puede ejercer a trav¨¦s de un n¨²mero de medios tan elevado y de tan variada condici¨®n social, es clara. En estos momentos clave de transici¨®n y cambios sustanciales de ciertas estructuras sociales, la postura de la Iglesia oficial puede ser decisiva, sobre todo en los temas que m¨¢s directamente chocan con la religi¨®n cat¨®lica, como son los del divorcio, adulterio, anticonceptivos y aborto. En estos casos la Iglesia puede actuar como una empresa de aut¨¦ntica concentraci¨®n de la industria de la comunicaci¨®n, organizada, aunque no en cuanto industria, s¨ª al menos como ideolog¨ªa o postura fundamental ante la vida.?Qu¨¦ pretende la Iglesia espa?ola en el uso actual de los medios de comunicaci¨®n social? ?Qu¨¦ finalidad persigue? De nuevo la opini¨®n del director del Secretariado de la Comisi¨®n Episcopal de Medios de Comunicaci¨®n, cuya explicaci¨®n puede considerarse como respuesta compartida por la jerarqu¨ªa: ?La Iglesia de hoy, como la de ayer, echa mano de los medios de difusi¨®n para cumplir el mandato testamentario de Jes¨²s de transmitir su mensaje a todos los hombres y a todos los pueblos. Por tanto, la prensa y la radio en la Iglesia tienen como objetivo primario evangelizar desde las diversas ¨¢reas de la pastoral, desde la ciencia teol¨®gica hasta la divulgaci¨®n popular. Pero la Iglesia, sin pretender un papel de poder pol¨ªtico, no puede olvidar su labor prof¨¦tica y cr¨ªtica de una sociedad en la que el juego de las diversas fuerzas deber¨ªa tener como meta el bien com¨²n. Por eso, cuando la Iglesia, a trav¨¦s de sus medios de comunicaci¨®n social, defiende los derechos humanos, especialmente los de los m¨¢s d¨¦biles y marginados, de los hombres sin voz, no se le debe atribuir fines pol¨ªticos o t¨¢cticos, sino el cumplimiento m¨¢s estricto de su funci¨®n cr¨ªtica desde la ¨®ptica de la vida y Evangelio de Jes¨²s.?
La cadena m¨¢s fuerte de medios confesionales que pertenecen al sector privado, la Editorial Cat¨®lica, ha explicado a EL PAIS, por boca de Aquilino Morcillo, consejero delegado de redacci¨®n de Edica, SA, el papel en estos momentos de la cadena de la confesionalidad que representa, en los siguientes t¨¦rminos: ?Edica est¨¢ constantemente reconsiderando la situaci¨®n en todos los ¨®rdenes. La idea fundacional de esta empresa no ha cambiado, est¨¢ viva y operante. L¨®gicamente, los altos principios permanentes se aplican en cada situaci¨®n, cada d¨ªa y a los problemas del momento. Nuestros peri¨®dicos tratan de ser portavoces del sentido cristiano de la vida, sea cual sea el car¨¢cter de la sociedad. Lo sustantivo es siempre el concepto peri¨®dico. Somos quienes somos en una sociedad secularizada o no. En una sociedad pluralista nuestra posici¨®n enriquece el conjunto y aporta elementos importantes a la opini¨®n p¨²blica. ?
Tanto el grupo de Editorial Cat¨®lica -que edita, entre otros, el peri¨®dico Ya, uno de los de mayor difusi¨®n de nuestro pa¨ªs, como el grupo de publicaciones del Opus Dei (Sarpe y otros) entran dentro de la ¨®rbita de influencia directa de la Iglesia, aunque cada grupo, dentro de su confesionalidad, conserva su personalidad y matiz.
Prosici¨®n frente a los medios estatales
Adem¨¢s de la propia pregunta por el sentido de los medios que posee o sobre los que influye directamente, la Iglesia espa?ola se ha planteado tambi¨¦n el sentido que puede tener el actual debate nacional sobre los medios estatales o privados. ?Los medios, en general, y los estatales, en particular -ha se?alado de nuevo el director del Secretariado de la Comisi¨®n de Medios-, son un servicio p¨²blico en bien del derecho de opini¨®n, de informaci¨®n, de cultura, de pol¨ªtica, ae religi¨®n. El control monopol¨ªtico de los medios de comunicaci¨®n del Estado por los partidos puede ser tan nocivo como si los monopolizara el Gobierno. En este sentido y saliendo al paso de la com¨²n acusaci¨®n que se le puede hacer a la Iglesia de actuar como empresa de concentraci¨®n, hemos de decir que la Iglesia no reclama privilegios. S¨®lo pide que se reconozcan los derechos de los ciudadanos en cuanto cat¨®licos, en lo religioso y moral, y que a ella se le permita cumplir eficazmente su misi¨®n religiosa y moral para con ellos.??En cuanto a la tem¨¢tica religiosa, en general, la Iglesia espera que los diarios, revistas y emisoras de radio sigan dedicando la atenci¨®n que hasta ahora han dedicado a la informaci¨®n religiosa que merece la renovaci¨®n posconciliar y la mayor¨ªa de lectores y oyentes cat¨®licos. ?
Respecto a la pr¨®xima situaci¨®n auton¨®mica de Radiotelevisi¨®n Espa?ola, la postura de la Iglesia ha sido explicada por Rafael de Andr¨¦s de la siguiente forma: ?Trat¨¢ndose de un organismo con monopolio, de hecho, en su rama televisiva no parece que su control debiera estar en manos de los partidos pol¨ªticos, como algunos pretenden, por representar ¨¦stos s¨®lo a una parcela de la realidad social espa?ola. El ideal ser¨ªa que se adoptara el r¨¦gimen de los grandes Estados, que han puesto la televisi¨®n de sus pa¨ªses bajo el control de las regiones, las universidades y academias de ciencias y artes, de las grandes iglesias y de las asociaciones profesionales por medio de comit¨¦s para programar y para criticar su actuaci¨®n. ?
La Comisi¨®n Episcopal de Medios de Comunicaci¨®n Social controla directamente, a trav¨¦s de sus 64 delegaciones diocesanas de la Cadena de Ondas Populares Espa?olas (COPE), la Agencia de Prensa Asociada (PA), Radio Popular de Madrid, la Escuela de Periodismo de la Iglesia (actualmente congelada) y diversas oficinas relacionadas con los medios impresos y audiovisuales. Los medios impresos del Episcopado se rigen por un estatuto especial recogido en la actual ley de Prensa.
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