Las aventuras del gato Fritz
Cuando el movimiento de la nueva cultura o contra cultura de los a?os sesenta recibe certificados de defunci¨®n, los lectores espa?oles pueden conocer la ¨²ltima aventura del gato Fritz, asesinado por su creador Robert Crumb en The peoples's comics (1972). El retraso de cinco a?os juega un papel ir¨®nico. Crumb se aburre de su personaje, el m¨¢s conocido del comic underground norteamericano, en el momento de su aceptaci¨®n como superestrella, consumido por una sociedad que ya no se ve reflejada en sus peripecias. La ¨²ltima aventura coincide con la circulaci¨®n de las obras de nuestros dibujantes de comic que, tras su primera mirada extasiada a los autores norteamericanos, realizan ideas y dibujos de su propio ambiente.La revista Star acaba de publicar un n¨²mero especial con aventuras in¨¦ditas, en nuestro pa¨ªs, del c¨¦lebre gato Fritz, un elemento que se pasea por todo el articulado de la, ley de Peligrosidad Social. Otros personajes de Crumb se hab¨ªan colado en varios n¨²meros, dentro del delicado equilibrio entre los temas propuestos y los vigilantes de la sanidad moral. Fritz se coloc¨® en la portada del n¨²mero trece, perseguido por varios pigs-polic¨ªas. En el interior, algunos momentos de la vida normal de este joven felino, universitario, sofisticado y moderno. Escenas de cama o de bosque, algo de yerba, media ,noche de org¨ªa, contactos con anarquistas, adjetivos al sistema capitalista, atentados a la moral p¨²blica, lucha contra la represi¨®n. Todo ello con un dibujo que huye de lo art¨ªstico y un vocabulario abierto a la expresi¨®n m¨¢s cotidiana. Aquellos animales no hab¨ªan salido del equipo de Walt Disney. La revista aument¨® lectores y Fritz fue secuestrado por la ira paterna.
Nuevas aventuras y la muerte de Fritz
the catRobert Crumb. Revista Star, n¨²mero 29.
El comic underground de EEUU tiene su historia en humoristas pioneros como Wilson, Hayes, Shelton, Monoro, Skurski, Rodr¨ªguez Spain, Moscoso, cuyos dibujos han circulado en los ¨²ltimos a?os, en revistas y antolog¨ªas con el mismo retraso de los dem¨¢s autores que se empe?aron en mostrar la realidad norteamericana.
Robert Crumb (1943), protagonista, a veces, de sus propias historias, quiere trasladar la otra sociedad yanqui y utiliza para ello el mismo veh¨ªculo de los tebeos que ofrecen imperialismo y h¨¦roes. Es el tiempo de la protesta estudiantil, la defensa de los derechos civiles, la oposici¨®n a la guerra del Vietnam, la experimentaci¨®n con alucin¨®genos, la formaci¨®n de comunas, la influencia de las filosof¨ªas orientales, la m¨²sica como expresi¨®n vital. La otra cultura se pone en marcha y una generaci¨®n tiene vibraciones.
Los personajes de Crumb surgen del Greenwich Village o del Haight-Ashbury, sienten el asco de la gran ciudad, son los sujetos a reprimir-exterminar porque no participan del modo de vida norteamericano. Cualquiera de ellos (Mr. Natural, Joe Blow, Bo Bo Bolinski, Angelfood McSpade, Bigfbot) llevan la perturbadora idea de que hay que gozar de la vida y rechazar todas las imposiciones.
El gato Fritz, en sus inquietantes aventuras, se convirti¨® pronto en el m¨¢s demoledor cr¨ªtico de una sociedad que adquir¨ªa en los animales, su historia verdadera y sin disfraces. Lo corrosivo y lo entra?able difundieron el ¨¦xito hasta llegar al cine. En 1972, Krantz y Bashki realizan una pel¨ªcula de dibujos animados. Poco despu¨¦s, el superstar Fritz, instalado en Hollywood en la antigua mansi¨®n del perro Pluto, hace declaraciones de divo: ?Creo que esos chicos tienen raz¨®n en algunas cosas de las que dicen. Algunas de sus quejas sobre nuestra sociedad son aut¨¦nticas. Claro que, buena parte de Yo que llaman contracultura es pura falta demadurez.? Viejo y c¨ªnico, bajo el peso de la popularidad, desprecia a sus antiguas amantes. Andrea, la avestruz, le clava un picahielo. As¨ª termina Fritz. En 1959, Crumb repart¨ªa su primera aventura por los barrios de San Francisco.
Babelia
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