La energ¨ªa at¨®mica divide radicalmente a los suecos
Suecia es, en la actualidad, el pa¨ªs m¨¢s nuclearizado del mundo. ?Per capita?, se entiende.Su entrada en la era nuclear se fue produciendo paulatinamente. En 1947 se cre¨® una compa?¨ªa para la investigaci¨®n de la energ¨ªa nuclear, AR Atomenergi. Una de las funciones de AB Atomenergi era proporcionar al Gobierno los conocimientos necesarios para tomar decisiones en ese campo de la t¨¦cnica. En 1,956 el Parlamento decidi¨®, por unanimidad, continuar las investigaciones en torno a la energ¨ªa nuclear. El Parlamento tom¨® su decisi¨®n pr¨¢cticamente sin debate y bas¨¢ndose en unos datos, en unas informaciones muy elementales. Nada se dijo sobre los ingentes gastos ni sobre los peligros que implicaba la energ¨ªa nuclear. Eran los tiempos en que reinaba un desenfrenado optimismo en esa energ¨ªa.
En 1963 se construy¨® cerca de Estocolmo un peque?o reactor experimental.
A finales de 1960 las industrias suecas, bas¨¢ndose en la decisi¨®n parlamentaria de aceptar la energ¨ªa at¨®mica como una fuente de energ¨ªa utilizable y de aprobar cr¨¦ditos para la investigaci¨®n, comenzaron a planificar la construcci¨®n de veinticuatro reactores. Se contaba con finalizar su construcci¨®n hacia 1990.
Pero la opini¨®n p¨²blica fue evolucionando, y a principios de 1970 una encuesta de opini¨®n se?alaba que m¨¢s del 50 % de los suecos estaban en contra de la nuclearizaci¨®n del pa¨ªs. Los partidarios de la energ¨ªa nuclear apenas pasaban del 20 %.
Fue, sin duda, la evoluci¨®n de la opini¨®n p¨²blica lo que motiv¨® el debate parlamentario que tuvo lugar en 1975 en torno a la energ¨ªa nuclear. El Parlamento redujo la cifra de veinticuatro reactores -que se hab¨ªa estado manejando hasta entonces- a doce. Dos partidos apoyaron esta proposici¨®n: el Partido Conservador y el Partido Socialdem¨®crata. El Partido Liberal aceptaba once reactores, lo que, en realidad, lo colocaba junto a los partidarios de la nuclearizaci¨®n del pa¨ªs.
El Partido del Centro y el Comunista votaron en contra. Su posici¨®n era muy similar: aceptaci¨®n durante un per¨ªodo de transici¨®n de los reactores en funcionamiento y preparaci¨®n de un plan para desmantelar la energ¨ªa nuclear. Se decidi¨®, pues, por mayor¨ªa que Suecia construir¨ªa doce reactores, y esa decisi¨®n estaba apoyada por dos partidos burgueses, conservadores y liberales, y un partido obrero, el Socialdem¨®crata.
La energ¨ªa nuclear derriba a los socialistas
Pero la nuclearizaci¨®n del pa¨ªs se convirti¨® en un tema extraordinariamente discutido en Suecia.
Durante la campa?a electoral de 1976 fue, sin duda alguna, el problema que domin¨® los debates finales. Durante la. conferencia de prensa que dio el primer ministro, Olof Palme, apenas conocida su derrota electoral, se?al¨® la cuesti¨®n de la energ¨ªa nuclear como la causa de su derrota.
La coalici¨®n burguesa que tom¨® el Poder est¨¢ formada por el Partido del Centro, el m¨¢s grande enemigo de la energ¨ªa nuclear, y el Partido Conservador y el Liberal, ambos partidarios de ella.
Las cuestiones energ¨¦ticas son b¨¢sicas para el Partido del Centro (un partida de origen agrario), y en la declaraci¨®n gubernamental sobre la energ¨ªa se subrayaba como objetivo del Gobierno la sustituci¨®n de la energ¨ªa nuclear por otras. Se nombr¨® una Comisi¨®n Nacional de Energ¨ªa, formada por quince personas. Esta comisi¨®n deber¨¢ presentar sus principales propuestas en marzo del a?o que viene, y terminar sus trabajos en julio. Una de sus proposiciones, por lo menos, debe tener como objetivo el desmantelamiento de la energ¨ªa nuclear para mediados de la d¨¦cada de 1980, sin que afecte negativamente a la industria, el empleo, etc¨¦tera, y se?alar la forma de conseguirlo.
Pero la creaci¨®n de esta comisi¨®n no borra la enorme sensaci¨®n de traici¨®n de promesas electorales que provoc¨® la decisi¨®n del Gobierno de permitir la puesta en marcha del reactor n¨²mero dos de Barseb?ck.
El presidente del Partido del Centro, se?or F?lldin, hoy primer ministro, hab¨ªa prometido al pa¨ªs, por televisi¨®n, de una manera extraordinariamente convincente, que un Gobierno en el que participase el centro no permitir¨ªa poner en marcha ning¨²n nuevo reactor. En marzo de 1977, apenas seis meses m¨¢s tarde, el reactor dos de Barseback se pon¨ªa en marcha. Evidentemente, los conservadores y liberales hab¨ªan ganado la primera batalla. Lo que consigui¨® el Partido del Centro fue el poner una condici¨®n a la empresa que explota Barseb?ck de que debe ?solucionar los problemas de seguridad inherentes a la manipulaci¨®n de residuos radiactivos?.
Evidentemente, la situaci¨®n es complicada. Un Gobierno dividido en una cuesti¨®n que la. opini¨®n p¨²blica considera vital, ?podr¨¢ seguir contando con la confianza de su pueblo? ?Ceder¨¢n los conservadores en sus exigencias de expansi¨®n nuclear, tan importante para los intereses industriales suecos?
Se siguen construyendo centrales
?Cu¨¢l es la situaci¨®n actual de las centrales nucleares? El Parlamento aprob¨® la construcci¨®n de doce reactores situados en cuatro centrales levantadas en la costa.
Hoy d¨ªa funcionan cinco reactores, mejor dicho, funcionan seis, si contamos Barseb?ck dos, el reactor que el hoy primer ministro Falldin prometi¨® no poner en marcha.
A pesar de ello, el primer ministro sigue repitiendo a hora y a deshora que ?para 1985 ya no habr¨¢ en Suecia energ¨ªa nuclear?.
No obstante se siguen construyendo, ante el asombro de una buena parte de ciudadanos, cuatro reactores m¨¢s, sin que nadie sepa el destino de las costos¨ªsimas instalaciones. Obviamente, si el primer ministro piensa seguir siendo primer ministro, estos miles de millones de coronas que est¨¢n costando los reactores no producir¨¢n ni un vatio de energ¨ªa, si el se?or F?lldin cumple sus promesas.
Los otros dos reactores que completan el cupo aprobado por el Parlamento en 1975 han visto frenado el comienzo de las obras en las construcciones, pero no la de la maquinaria, es decir. el propio reactor, las turbinas, etc¨¦tera. El asombro ante esta ?pol¨ªtica? es extraordinario.
La t¨¦cnica que se utiliza en las centrales es en buena parte sueca. La mayor¨ªa de los reactores han sido fabricados por ASEA-ATOM (empresa formada por el grupo ASEA y el Estado, 50 % cada uno). Son ?reactores de agua en ebullici¨®n? (boiling water reactor).
Tambi¨¦n es importante subrayar que en Suecia no se utiliza el reactor r¨¢pido regenerador (llamado en ingl¨¦s breeder reactor) por consider¨¢rsele pr¨¢cticamente como una peligros¨ªsima f¨¢brica de transformaci¨®n de uranio 238 en plutonio 239.
El combustible de los reactores se fabrica en Suecia. Lo fabrica la empresa ASEA con materia prima, es decir, uranio enriquecido, proviniente de Estados Unidos. La. t¨¦cnica existe, pero no una planta enriquecedora de uranio.
Lo que s¨ª existe en el pa¨ªs es uranio. En Rannstad est¨¢ el yacimiento m¨¢s grande del mundo (de los conocidos hasta la fecha), donde se est¨¢ efectuando una cierta extracci¨®n de car¨¢cter experimental.. Pero tambi¨¦n en esa materia existen problemas. El municipio de Rannstad acaba de negar el permiso para ampliar la explotaci¨®n de uranio en su territorio por consideraciones de defensa de la naturaleza.
En Suecia, la legislaci¨®n es terminante a este respecto. Un municipio tiene derecho a vetar ?cierto tipo de actividades ?. Entre esas actividades est¨¢ la explotaci¨®n minera del uranio.
Ya hemos se?alado que tanto el Partido Conservador como el Liberal est¨¢n a favor de la energ¨ªa nuclear. El Partido Socialdem¨®crata tiene problemas internos: una minor¨ªa quiere una ampliaci¨®n del empleo de la energ¨ªa nuclear, otra minor¨ªa est¨¢ completamente en contra de la energ¨ªa nuclear, y la gran masa del partido acepta, muchos a rega?adientes.
De las contradicciones, al refer¨¦ndum
El centro se encuentra en una situaci¨®n extraordinariamente dif¨ªcil: el Gobierno del que forma parte, y del que su presidente es primer ministro, est¨¢ realizando una pol¨ªtica que va en contra de la l¨ªnea del partido.
El Partido Comunista est¨¢ en contra de la energ¨ªa nuclear y propone un desmantelamiento de las centrales existentes para 1990, aproximadamente, es decir, cuando se haya solucionado el problema energ¨¦tico del pa¨ªs de manera satisfactoria sin la energ¨ªa nuclear.
?C¨®mo llenar el vac¨ªo que se producir¨ªa al eliminar la energ¨ªa nuclear? Las respuestas son muy convencionales: energ¨ªa producida por r¨ªos, viento, sol, bosques energ¨¦ticos, etc¨¦tera.
El Partido Comunista no cree que esto pueda solucionarse en el marco de la sociedad de consumo. El Partido del Centro, s¨ª, y subraya la importancia del ahorro de energ¨ªa voluntario en la soluci¨®n de la crisis (cosa que ha fracasado rotundamente).
Ninguno de los dos partidos, Centro y Comunista, estar¨ªa dispuesto a aceptar la construcci¨®n de centrales hidroel¨¦ctricas en los cuatro grandes r¨ªos del pa¨ªs, por consideraciones de defensa de la naturaleza. (Se considera que la energ¨ªa que podr¨ªan producir esos r¨ªos equivale a la producida por cinco reactores nucleares.) Y es que la Asociaci¨®n de Salvadores o Conservadores de los R¨ªos del Norte ya ha puesto el grito en el cielo ante el mero pensamiento de romper el equilibrio ecol¨®gico de unos paisajes intocados de Europa.
Se mantiene un cierto escepticismo sobre estas encuestas, y los partidos de Centro y Comunista proponen un refer¨¦ndum nacional sobre ¨¦ste asunto.
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