"Stirlitz" , el James Bond de la URSS
lulian Semionov vende diez millones de ejemplares desus novelas
De aspecto bonach¨®n y gran talla, lulian Semionov (Mosc¨², 1931) pertenece a esa raza de escritores que tienen a Hemingway como prototipo humano. La diferencia es que Semionov defiende a ultranza el r¨¦gimen sovi¨¦tico (perteneci¨® al ej¨¦rcito de su pa¨ªs en la segunda guerra mundial), mientras que el escritor norteamericano fue cr¨ªtico y autocr¨ªtico con constancia ejemplar. Las novelas de Semionov tienen un protagonista com¨²n: el coronel Maxim Isaiev, conocido por el apodo de Stirlitz, h¨¦roe nacional, que con habilidad e inteligencia descubre los complots de la Gestapo. La acci¨®n de sus aventuras pertenece a los ¨²ltimos meses de la guerra mundial. La primera pregunta versa sobre la posibilidad de que la utilizaci¨®n del h¨¦roe, como prototipo, no sea excesivamente maniquea y conservadora.
?Estoy en contra de los superhombres -declarar¨ªa Semionov a EL PAIS- Todas las novelas de Stirlitz son novelas hist¨®ricas. Concretamente, la que se, presenta ahora en Espa?a la escrib¨ª bas¨¢ndome en la correspondencia entre Roosvelt, Churchill y Stalin. En segundo lugar, para m¨ª resulta imposible escribir sobre mi personaje consider¨¢ndolo a ¨¦l muy inteligente y al resto, a sus enemigos, completamente imb¨¦ciles. No hay manique¨ªsmo. Pienso que los nazis y los fascistas eran muy fuertes y, en lo absoluto, tontos. Quiero se?alar tambi¨¦n que mis novelas, pese a la apariencia, no tratan tanto de la resoluci¨®n de conflictos mediante la violencia y persecuciones aparatosas, como de enfrentamientos dial¨¦cticos, ideol¨®gicos, en suma.??Personalmente creo que el fascismo, por su propio origen, es profundamente antiintelectual. Stirlitz act¨²a en compa?¨ªa de otros personajes que no son comunistas (sacerdotes, cient¨ªficos, etc¨¦tera). Es decir, que en mis novelas no se difunde tanto la ideolog¨ªa socialista como la antifascista.?
Semionov es un experto en las ideolog¨ªas autoritarias del siglo XX, y m¨¢s concretamente en las que imperaron en Alemania e Italia.
?En Italia y Alemania, en efecto, se ve resurgir movimientos neofascistas y neonazis. Estudi¨¦ sus textos y puedo decir que su hitlerismo est¨¢ encubierto por la m¨¢scara del nacionalismo. Son los pol¨ªticos que hablan constantemente del orden y que ofrecen a su electorado la soluci¨®n para el problema. Esa soluci¨®n no es otra que un nuevo Hitler "
Semionov procede del periodismo. Fue durante a?os especialista en reportajes y entrevistas de pol¨ªtica internacional. Entrevist¨® a gentes como el pr¨ªncipe Suwnavong, al presidente Allende, a Otto Scorzenni y a Ulrike Meinhoff, para el diario moscovita Pravda. Si a su juicio el fascismo se encubre bajo una capa de nacionalismo a ultranza nuestra pregunta se basa en la posibilidad de que los grupos anarquistas -como, en el caso de la Meinhoff-, y en general toda esa l¨ªnea ideol¨®gica que surge a ra¨ªz del Mayo del 68, con su declarado antinacionalismo e internacionalismo militante, tengan raz¨®n en su propuesta de rebeld¨ªa.
? Esta es una pregunta tr¨¢gica. Esta juventud de extrema izquierda creo que act¨²a sinceramente, pero por su origen de clase -estudiantes y profesionales liberales- no represntan en absoluto los intereses de la clase obrera. Aunque parezca muy fuerte lo que voy a decir, creo que los actos de estos grupos de extrema izquierda favorecen las actuaciones de los l¨ªderes de extrema derecha, que manipulan su significaci¨®n y reivindican la vuelta al autoritarismo.?
Semionov tiene una espl¨¦ndida dacha en las afueras de Mosc¨². Pertenece a la minor¨ªa de ciudadanos de su pa¨ªs que viaja por todo el mundo y paga importantes impuestos. Es, en definitiva, un representante de la intelligentsia oficial. Para concluir nuestra conversaci¨®n le indicamos nuestra extra?eza de que un r¨¦gimen con sesenta a?os de implantaci¨®n expulse de su pa¨ªs a un personaje como Soljenitsin. Le preguntamos si no existen otros m¨¦todos menos dr¨¢sticos que la deportaci¨®n para un disidente que tienen un ideario relativamente poco atractivo.
?Si usted lee y traduce cualquiera de los diarios moscovitas que se publican -responde Semioriov- se dar¨¢ cuenta de que por lo menos el 35 % de sus art¨ªculos e informaciones son cr¨ªticos, y lo son sobre las actuaciones de los ministros y altos ejecutivos, pero esas cr¨ªticas son constructivas: denuncian errores, que los hay, del sistema social y pol¨ªtico. Pero Soljenitsin rechaza globalmente el r¨¦gimen socialista y lo que hace no es cr¨ªtica. Si quiere hablar sobre eso que lo haga desde Espa?a o desde Suiza.? Una respuesta radical y en alguna manera ingenua, para un problema importante: el respeto a los que discrepan, incluso a los que discrepan globalmente.
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