Unos "aprendices" que se juegan la vida en las plazas
Parece verdad que la organizaci¨®n de novilladas puede no ser, rentable para los empresarios e incluso, en algunos casos, traducirse en fuertes p¨¦rdidas. Nadie tiene culpa de ello, salvo los propios empresarios, que se desbocaron por el triunfalismo de los a?os sesenta, y aquel dinero f¨¢cil que hubo entonces -el desarrollo, el boom tur¨ªstico, las plazas se abarrotaban de p¨²blico-, en lugar de distribuirlo con un cap¨ªtulo suficiente para el futuro del espect¨¢culo, llen¨® sus bolsillos y no hubo m¨¢s.Ahora se echan las manos a la cabeza y buscan ayuda estatal. Ahora contemplan el panorama de la torer¨ªa y lo ven yermo. Es natural: las figuras son de una calidad superficial y se pasan de moda en seguida; por a?adidura, llevan muchos a?os en una falsa posici¨®n de primac¨ªa, que s¨®lo aguantan porque les a¨²pa toda la fuerza del monopolio empresarial; no aparecen novilleros con fuerza, para el relevo, y es l¨®gico que sea as¨ª, pues los que empiezan no tienen oportunidad de ejercitarse en el oficio, ni maestros, ni posibilidades de actuar.
Pretenden muchos empresarios que la organizaci¨®n de las novilladas no les cueste dinero (una pretensi¨®n muy l¨®gica, por otra parte) y para ello no han encontrado mejor medio que cercenar los honorarios de los espadas'noveles. Y aportan su argumento, y todo: ?Esto es un aprendizaje y el que aprende no tiene por qu¨¦ ganar dinero; como en la universidad pasa, donde cada cual se paga los estudios y s¨®lo cuando termina la carrera empieza a sacarle rentabilidad a lo que aprendi¨®.?
?Listos empresarios! Pero del ejemplo a la realidad de los novilleros hay un abismo: ¨¦stos, a diferencia del estudiante, se juegan la vida durante el aprendizaje; y mientras se juegan la vida, ofrecen espect¨¢culo, por el cual paga el p¨²blico; y ese espect¨¢culo puede y debiera ser negocio para el empresario que lo mont¨®.
Pedro Giraldo es un caso entre tantos. Lleva cuatro a?os en ese aprendizaje; sin romper (como gusta decir a los taurinos), pero quiz¨¢ no rompe porque las oportunidades que tuvo no fueron claras, y mientras aprende, se ha llevado una barbaridad de comadas, tres de ellas en la ¨²ltima temporada, y de ¨¦stas una que fue la m¨¢s grave de cuantas se produjeron en un a?o en que los toros les pegaron fuerte a los matadores de alternativas (casos de Frascuelo y Palomo, entre otros). El ejemplo de Pedro Giraldo demuestra que este aprendizaje es a la vez oficio; y con la vida en juego.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.