La guerra de los Balcanes
La impotencia del arbitraje del zar Nicol¨¢s II trajo como consecuencia la segunda guerra de los Balcanes. La est¨²pida actuaci¨®n del colegiado ingl¨¦s mister Burns propici¨® ayer en Belgrado una guerra, cruenta, de la que, como primera consecuencia, deber¨ªa aplicarse inmediatamente la suspensi¨®n del responsable de lo sucedido.Hab¨ªa guerra de nervios en Belgrado, y hasta Kubala mand¨® cambiar el vino de las comidas porque de su extra?o sabor pod¨ªa pensarse en un contradoping. Antes del encuentro hubo excesivo calentamiento. A la hora del encuentro los jugadores yugoslavos se olvidaron de todas las normas deportivas. Fueron a por Pirri y consiguieron acabar con ¨¦l en menos de quince minutos. El ¨¢rbitro, pasivo con los balc¨¢nicos, se apresur¨® a amonestar a los espa?oles. Los yugoslavos se crecieron a la hora de dar le?a y los hispanos, salvo alg¨²n gesto de infantil picaresca, las recibieron casi todas.
Juanito, en un gesto provocador al salir del terreno de juego, recibi¨® un botellazo en la cabeza. Lamentable el gesto de Juanito e intolerable la reacci¨®n del irascible espectador. Apuesto a que el hecho no tendr¨¢ oficialmente las sanciones a las que nos tiene acostumbrados la UEFA.
El Madrid, probablemente, ha perdido dos jugadores para los pr¨®ximos encuentros de Liga. De un partido bronco, malhumorado, en el que la selecci¨®n espa?ola acert¨® a cumplir su papel, el de la clasificaci¨®n sin m¨¢s florituras, han salido dos claros ganadores: Kubala, que al fin ha logrado un objetivo importante, y Argentina, que contar¨¢ con una selecci¨®n taquillera en la fase final del campeonato. Enhorabuena.
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