Tormenta sobre Radiotelevisi¨®n Espa?ola
RADIOTELEVISION ESPA?OLA es un tema de Estado. Su gesti¨®n, sus niveles de calidad, sus techos informativos, su pol¨ªtica de personal, sus servidumbres partidistas, todo el abanico de sus problemas, debe afrontarse con la altura pol¨ªtica que reclama tan influyente aparato de comunicaci¨®n; una red audiovisual que incide desde el comportamiento de los ni?os hasta las inclinaciones de voto del electorado. RTVE es un tema, en suma, que no admite un tratamiento informativo de dimes y diretes ni el tono discursivo propio de las reyertas callejeras.RTVE -todo hay que decirlo- s¨¦ ha ganado a pulso, a base de secretos, silencios, triunfalismos, dependencias antiprofesionales y conocidos arbitrismos generalizados, el tener que ver ahora su ropa tendida en la ventana. Hasta la muerte de Franco RTVE no pudo ser sujeto de m¨¢s investigaci¨®n que la cr¨ªtica literaria y especulativa de su programaci¨®n. Ahora, tras algunos t¨ªmidos intentos anteriores y al socaire de la constituci¨®n de un Consejo Rector, de los trabajos de un ?Comit¨¦ Anticorrupci¨®n?, integrado por trabajadores de la empresa y del cambio del director general del organismo, la prensa escrita ha comenzado a levantar el c¨®modo manto de silencio bajo el que tan c¨®modamente han habitado los m¨¢ximos responsables de Prado del Rey.
Pero la tradici¨®n de secretismo t¨ªpica de RTVE se est¨¢ empezando a volver contra el propio organismo y, acaso, en forma escasamente elegante. Los trabajadores de RTVE que forman el ?Comit¨¦ Anticorrupci¨®n? tienen acceso a una documentaci¨®n -pese a ellos y la intenci¨®n ¨¦tica que los anima- sin duda incompleta. Este ?comit¨¦?, que, de tener un neto car¨¢cter representativo de los 7.500 trabajadores de RTVE, deber¨ªa encontrar su mejor aliado en el nuevo director general y en el reci¨¦n creado Consejo Rector, en realidad trabaja a niveles o de neoclandestinidad o, en el mejor de los casos, de molesta tolerancia por parte de la direcci¨®n de RTVE. Se le cuestiona representatividad y se le tacha de politizaci¨®n. Al menos, habr¨¢ que reconocerle el hecho de que ha logrado, por fin, dar una voz de alarma sobre lo que est¨¢ sucediendo en Prado del Rey. Hay un ?Comit¨¦ Anticorrupci¨®n? porque hay corrupci¨®n.
As¨ª las cosas, las cuentas de Radiotelevisi¨®n Espa?ola contin¨²an siendo un misterio hacend¨ªstico y hasta meramente contable, el papel que RTVE debe jugar en cuesti¨®n tan seria como el tr¨¢nsito de toda una naci¨®n desde la autocracia a la democracia se convierte en un mero pim-pam-pum de salarios y situaciones personales, de hablillas de pasillo -ciertas o no-, de cazas de brujas, esta vez a la inversa, y hasta de cuentos de alcoba. Todo aquello que ayude a RTVE a erigirse en un ¨®rgano difusor, altamente profesionalizado y verdaderamente aut¨®nomo y atento a los aut¨¦nticos niveles culturales de esta sociedad debe ser propiciado y defendido.
La prensa escrita -y desde luego EL PAIS- jam¨¢s tendr¨¢ inconveniente alguno en cantar su palinodia si un profesional de la radio o la televisi¨®n del Estado ha visto menoscabado su honor o sus derechos. Con la publicaci¨®n de la hoja informativa del ?Comit¨¦ Anticorrupci¨®n?, los peri¨®dicos no hemos comenzado una historieta de esc¨¢ndalo, sino informado de unas denuncias que ya se hab¨ªan hecho p¨²blicas en los pasillos de Prado del Rey. Es desde luego lamentable que prestigios personales se vean da?ados innecesariamente, pero los profesionales de RTVE se han visto obligados a recurrir a m¨¦todos ins¨®litos de investigaci¨®n para obtener una informaci¨®n necesaria a la que ellos y los espa?oles tenemos derecho y se nos viene ocultando: de qu¨¦ manera administra el Gobiemo el dinero de los ciudadanos. Por eso debiera ser la propia RTVE quien abriera en sus antenas y pantallas el debate y la informaci¨®n sobre lo que en su seno acaece. Porque no deja de ser parad¨®jico que tema de tama?a importancia econ¨®mica, pol¨ªtica y social se est¨¦ ventilando en la prensa escrita mientras guardan silencio quienes esgrimen encuestas de audiencia que llegan hasta los quince millones de espa?oles.
Ni siquiera se le pide a RTVEque ponga lasradiosy los televisores de rodillas para solicitar excusas y perdones de la sociedad entera. S¨®lo se sugieren normas de procedimiento tan elementales como que el Parlamento controle y sea responsable ¨²ltimo (con la tribuna de p¨²blico y prensa abierta) de la gesti¨®n de tan vasta cadena. Se sugiere que los profesionales de la radio y la televisi¨®n desempe?en un papel protagonista y responsable en la programaci¨®n de RTVE, por cuanto ellos son por vocaci¨®n y preparaci¨®n los llamados a administrar lo que sale por las antenas. Ya ser¨¢n la opini¨®n p¨²blica y los representantes del pueblo -y no los telefonazos de influencia- quienesjuzgar¨¢n su trabajo.
Por esos caminos pudiera alcanzarse una RTVE que aportara a este pa¨ªs lo que ahora no est¨¢ aportando: un soporte y un acicate para la sociedad democr¨¢tica, culta y tolerante que se pretende alcanzar. Si los altos dirigentes de RTVE, los partidos parlamentarios y hasta los propios profesionales del medio lo entienden as¨ª, estaremos en el camino deseado. Si del Gobierno para abajo, desde el pol¨ªtico de UCD que acceda al cargo de presidente del Consejo Rector de RTVE hasta los trabajadores del ?Comit¨¦ Anticorrupci¨®n?, no entienden que toda la sociedad espa?ola tiene entre manos un asunto de primer orden pol¨ªtico, nos podremos apasionar en la observaci¨®n de peleas intestinas y hasta personales. Pero habremos perdido el tiempo, el rumbo y la propia RTVE.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.