La libertad de ense?anza y la Iglesia
Colegio de Doctores y Licenciados
En estos ¨²ltimos d¨ªas se est¨¢ llevando a cabo una campa?a en la prensa y en los centros escolares que va a culminar en la primera semana de diciembre en unos actos masivos en Madrid y otras capitales en defensa de la ?libertad de ense?anza?, supuestamente amenazada. Los autores de esta campa?a son la FERE y la Federaci¨®n Cat¨®lica de Padres de Familia y Padres de Alumnos. Su tesis es que el padre tiene derecho a elegir el modelo de educaci¨®n de su hijo; que siendo la mayor¨ªa de la poblaci¨®n cat¨®lica ha de reconocerse por el Estado la existencia de centros confesionalmente cat¨®licos y, como consecuencia, el Estado debe financiar dichos centros. La exposici¨®n de esta postura se hace en tonos exaltados, a manera de cruzada contra una amenaza inminente.
Semejante actitud sorprende ante la falta de beligerancia por la parte supuestamente atacante, ya que las alternativas democr¨¢ticas propuestas por partidos de izquierda y organismos de los ense?antes muestran una capacidad de di¨¢logo y un conocimiento de la realidad que superan esta atm¨®sfera de trinchera, poco acorde con un Clima democr¨¢tico. Aunque s¨ª es sintom¨¢tico que coincida con la discusi¨®n en las Cortes de los Presupuestos y, en consecuencia, de la parte destinada a la subvenci¨®n a la ense?anza privada.
Analizando estas posturas desde un punto de vista pedag¨®gico, habr¨ªa que cuestionar el derecho absoluto y autoritario de los padres sobre la educaci¨®n del ni?o. Nadie pone en duda que los padres son los primeros interesados en la salud, crecimiento y bienestar de los hijos, pero esto no significa que tengan unos derechos exclusivos sobre su desarrollo intelectual, ni que sus valores y pautas de conducta sean transmitidas al ni?o como dogma infalible. De todas maneras, es in¨²til intentar poner orejeras al ni?o, que a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n, de los compa?eros y de la calle toma contacto con el pluralismo social. Sin ir m¨¢s lejos, durante la etapa del franquismo, el sistema escolar autoritario y dogm¨¢tico militante ha producido una reacci¨®n contraria a los fines que se buscaban en una inmensa mayor¨ªa de los casos.
Otra de las afirmaciones que habr¨ªa que poner en cuesti¨®n es si la mayor¨ªa - de los padres son cat¨®licos o si quieren una educa ci¨®n confesional para sus hijos. Los resultados electorales del 15 de junio pasado parecen indicar que no es tan evidente, ya que un 44 % del electorado vot¨® a partidos que apoyan una escuela pluralista.
Pluralismo y escuela
Por otra parte, cuando menos es confuso identificar a toda la Iglesia con esta postura intransigente. Ni toda la jerarqu¨ªa ni un importante sector de creyentes se identificar¨ªa con planteamientos tan intolerantes o, por lo menos, no buscan deformar una pol¨¦mica que es real, pero que puede llegar a unas soluciones equilibradas.
Uno de los elementos centrales de esta pol¨¦mica es el pluralismo dentro de la escuela. Se tratar¨ªa de que, partiendo del hecho de que la escuela no es, ni puede ser neutra, al ni?o lo que m¨¢s le beneficia, junto con un conocimiento cient¨ªfico de la realidad, es que le permitan llegar a formar sus propias conclusiones, no impuestas de forma dogm¨¢tica, sino como resultado de una elecci¨®n real entre distintas. interpretaciones. De esta forma se educa no solamente para insertarse en la producci¨®n, sino para ser un buen ciudadano, capaz de respetar las opiniones de los dem¨¢s en un esp¨ªritu solidario.
Nuevo modelo
El marco escolar donde el pluralismo ser¨ªa una consecuencia, es un nuevo modelo de escuela, planificada' controlada y financiada p¨²blicamente y gestionada democr¨¢ticamente por profesores, padres y alumnos. Esta escuela p¨²blica, naturalmente, garantizar¨ªa una instrucci¨®n religiosa para todos los alumnos que por s¨ª mismos, o por voluntad de sus padres, lo deseen.
Esta escuela p¨²blica es el proyecto educativo que muchos sectores sociales del pa¨ªs apoyan, pero nunca a base de negar el derecho de existencia a otros modelos educativos. Adem¨¢s se plantea as¨ª la escuela como un elemento que ayuda a eliminar las discriminaciones sociales de origen que sufren los ni?os al entrar en el proceso educativo.
Hoy de lo que se trata, en el campo de la educaci¨®n, es acabar con los males heredados del franquismo. El pacto de la Moncloa en t¨¦rminos escolares, puede suponer el final de la falta de puestos escolares en EGB, de la escolarizaci¨®n deficiente y el inicio de un proceso de escolarizaci¨®n en preescolar. Asimismo el desarrollo de los acuerdos del pacto va a permitir abrir la escuela p¨²blica a la participaci¨®n y la gesti¨®n colectiva y el reconocimiento de unos derechos m¨ªnimos para el profesorado.
En tanto enterremos los ¨²ltimos vestigios del franquismo en la educaci¨®n, ser¨¢ necesario el esfuerzo de todos los intereses sociales, aunque en el fondo puedan ser contrapuestos. No sobra ning¨²n puesto escolar, subvencionado o no. El cierre de determinado tipo de centro es una amenaza real que puede dejar a ni?os y profesores en la calle. Es preciso que el Estado busque f¨®rmulas que permitan la reconversi¨®n de estos centros en entidades p¨²blicas, evitando as¨ª el despilfarro evidente que su cierre significar¨ªa.
Centros subvencionados
Los centros subvencionados siguen siendo necesarios, pero la subvenci¨®n no se puede dar a cambio de nada. La contrapartida tiene que ser el control democr¨¢tico de los recursos, la gesti¨®n democr¨¢tica del centro, la calidad de la ense?anza y la no discriminaci¨®n de profesorado y alumnos por razones ideol¨®gicas.
lkesulta de una grave irresponsabilidad incitar a un enfrentamiento forzado y poco objetivo entre la Iglesia y fuerzas de izquierda, cuando los problemas educativos hoy son de tanta gravedad y afectan a toda la sociedad espa?ola, creyente o no; grave error hist¨®rico ser¨ªa que tanto la Iglesia como las fuerzas de izquierda aceptasen esa provocaci¨®n que se lanza diariamente a la opini¨®n p¨²blica. Las soluciones a los m¨²ltiples problemas del sistema escolar hay que buscarlas en un clima sereno y realista, buscando el mayor consensus de opini¨®n. El cumplimiento de los acuerdos del pacto de la Moncloa significar¨ªa un paso importante en este sentido y crear¨ªa la base de un entendimiento racional entre las distintas fuerzas sociales y pol¨ªticas sobre el proyecto escolar que m¨¢s beneficiase a la sociedad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Ense?anza privada
- Ense?anza p¨²blica
- M¨¢ster
- Iglesia Cat¨®lica espa?ola
- Financiaci¨®n
- Materias educativas
- Estudios posgrado
- Violencia
- Centros educativos
- Educaci¨®n superior
- Sistema educativo
- Problemas sociales
- Empresas
- Iglesia cat¨®lica
- Econom¨ªa
- Pol¨ªtica
- Finanzas
- Cristianismo
- Educaci¨®n
- Sucesos
- Sociedad
- Religi¨®n