En estudio una nueva ley de libertad religiosa
Eduardo Zulueta, director general de Asuntos Eclesi¨¢sticos, asumi¨® desde ayer funciones que eran propias del subsecretario del Ministerio de Justicia y desde ahora se halla en cargado no s¨®lo de las relaciones del Estado con la Iglesia Cat¨®lica, sino con las restantes confesiones que se profesan en Espa?a.
El se?or Zulueta comenzar¨¢ la pr¨®xima semana a tomar contacto con los l¨ªderes de las diferentes confesiones. El prop¨®sito de estas reuniones es el de arbitrar los medios necesarios para reformar radicalmente la ley de Libertad Religiosa, que en la actualidad ya resulta anacr¨®nica, seg¨²n se?al¨® ayer a EL PAIS el propio director general de Asuntos Eclesi¨¢sticos.Eduardo Zulueta explic¨® tambi¨¦n que esta cesi¨®n de funciones que ahora recibe es un primer paso hacia la reconsideraci¨®n del car¨¢cter que tiene la direcci¨®n general que ostenta, y cuyos objetivos se han cumplido ya en un 90%.
El se?or Zulueta no tiene a¨²n una idea clara de c¨®mo se reformar¨¢ la ley de Libertad Religiosa y desconoce si habr¨¢ otta legislaci¨®n completamente distinta o un nuevo acuerdo-marco. El director general reitera que los cambios s¨®lo ser¨¢n introducidos a ra¨ªz de las conversaciones que va a iniciar a partir de ma?ana. .
Una de las ¨²ltimas consecuencias de la actividad de la Direcci¨®n General de Instituciones Eclesi¨¢sticas fue el acuerdo con la Iglesia cat¨®lica para variar radicalmente el sistema de ayuda que el Estado le prestaba hasta ahora.
La idea de estos contactos ha sido recibida con inter¨¦s por las confesiones afectadas. Asimismo seg¨²n el ambiente que se ha detectado en los ¨²ltimos tiempos en la Iglesia cat¨®lica, las nuevas atribuciones que recibe la Direcci¨®n General de Asuntos Eclesi¨¢sticos aparecen como una consecuencia de la voluntad que Iglesia y Estado han mostrado para que acabara una relaci¨®n de dependencia que en ¨²ltimo t¨¦rmino ten¨ªa un condicionamiento econ¨®mico.
Al anular las relaciones econ¨®micas directas entre Iglesia y Estado se han comenzado a sentar las bases de una nueva comunicaci¨®n que en medios de uno y otro sector se considera positiva. Como se sabe, desde enero pr¨®ximo el Estado ya no har¨¢ llegar subvenci¨®n a la Iglesia cat¨®lica de acuerdo con criterios pol¨ªticos, sino que es la propia instituci¨®n eclesi¨¢stica la que administrar¨¢ a su albedr¨ªo una cantidad global.
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