Peridis publica su libro de Animalillos pol¨ªticos con pr¨®logos de los personajes caricaturizados
Los animalillos pol¨ªticos de Peridis no nacen porque est¨¦n en la actualidad o porque ocupen cargos relevantes. Hay alg¨²n ministro al que el dibujante no le puede sacar punta porque simplemente no la tiene. Entonces es cuando Peridis hace una tira como la que acompa?a este texto y se pone luego a dibujarlo que le apasiona de lo que hay en las noticias de cada d¨ªa. Su libro ha nacido de una pasi¨®n pol¨ªtica que tambi¨¦n es humana. ?El personaje -dice Peridis- tiene que tener una imagen p¨²blica y un rostro conocido. En el ambiente tiene que haber una disyuntiva poder- oposici¨®n. Si no existe, la caricatura, el chiste pol¨ªtico es imposible, A nivel nacional era pr¨¢cticamente as¨ª durante la ¨¦poca de la dictadura.?En uno de los pr¨®logos del libro Peridis recibe una llamada de atenci¨®n del profesor Tierno Galv¨¢n, que atribuye a la pertenencia pol¨ªtica del dibujante (es del PSOE, de acuerdo con don Enrique) una cierta causticidad a favor de intereses de partido. ?Es una pol¨¦mica en la que no me gustar¨ªa entrar porque yo he luchado en la misma l¨ªnea que el profesor, ni contra ¨¦l ni contra ninguno de mis personajes tengo nada. Lamento que tengamos que terminar siendo chivos expiatorios de divisiones que no hemos fomentado nosotros.?
Peridis, arquitecto de 36 a?os, cuyos ojos parecen a veces los de algunos de sus propios animalillos, es un hombre ?cachondo, bien humorado, no resentido, no traumatizado, vitalista, optimista, afectivo?, que va por el mundo repartiendo galletas que se trae de Aguilar de Campoo, su tierra natal. ?A mis personajes pol¨ªticos, desde Fraga a Taranc¨®n, pasando por Santiago Carrillo y Felipe Gonz¨¢lez, los he tratado con la misma simpat¨ªa con que trato cotidianamente a mis semejantes. Yo no me acerco a ellos con el bistur¨ª cr¨ªtico del intelectual, sino que los veo desde la perspectiva del ciudadano medio, que refleja en sus dibujos sus propias obsesiones y su reflexi¨®n de la realidad. De ah¨ª ha salido lo que Felipe Gonz¨¢lez llama sicoan¨¢lisis de los personajes, que no es ¨²nicamente el de ellos, sino el m¨ªo propio.?
Peridis no cree que en su humor haya causticidad. ?Vivimos en Espa?a una situaci¨®n mejor que la que padec¨ªamos antes. Y en esta ¨¦poca tenemos que ser sensatos, como dice el profesor Tierno Galv¨¢n. Cuido mucho por eso el tratamiento que doy a los temas y utilizo unas pinceladas que en la presente realidad no pueden ser sarc¨¢sticas. Nosotros, los humoristas, tenemos tambi¨¦n nuestra responsabilidad en la construcci¨®n de una convivencia democr¨¢tica y en libertad.?
Para reflejar la actualidad pol¨ªtica diaria Peridis se niega a utilizar lo que ¨¦l llama ?una filosof¨ªa alternativa?. Necesita ?un instrumento ligero, lo m¨¢s claro y los m¨¢s econ¨®mico posible desde el punto de vista de la expresi¨®n. Por eso los di¨¢logos son casi inexistentes y las insinuaciones abundan. Por eso tambi¨¦n el dibujo resulta cada vez m¨¢s escueto ?.
La presunta ideolog¨ªa de Peridis tampoco ha sido un inconveniente para su obra cotidiana. ?Mi definici¨®n como dibujante es la misma que la que hago de m¨ª como ciudadano normal. Defiendo la fraternidad, la libertad, la igualdad y el respeto a los derechos humanos. Creo en un humanismo socialista que mientras, siga siendo una utop¨ªa nos har¨¢ a todos cr¨ªticos no s¨®lo de aquel partido que no sea de nuestra preferencia sino del que pueda ser el nuestro en cuanto ¨¦ste se halle en el Poder.?
Ahora Peridis es un ciudadano satisfecho de pertenecer a ?la generaci¨®n de humoristas que no fueron de La Codorniz, a la que ¨¦l definir¨ªa como la de 1984, recordando el t¨ªtulo de la novela futurista de George Orwell, y a la que atribuye equivalencias con el grupo literario del veintisiete. ?Una generaci¨®n que ahora vive con un poco de aire de libertad, que no ha atravesado la s¨®rdida censura que nos puso a todos los espa?oles un guardia con una porra en la cabeza.?
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