EI Madrid ya no tiene enemigo
El Rey, que es madridista, llev¨® al Pr¨ªncipe, que es atl¨¦tico, al palco del Bernab¨¦u. La Reina, espectadora neutral, les acompa?¨®. El partido entre lo rivales madrile?os reuni¨®, como es habitual, a lo que en el museo de Chicote, quien tambi¨¦n es madridista, se llamaba, el todo Madrid. El partido entre los equipos madrile?os es siempre un acon. tecimiento social. En la tribuna del Bernab¨¦u adem¨¢s de los asiduos de la casa estaban esta vez los atl¨¦ticos de pro que quer¨ªan ver si su equipo resucitaba. El Madrid ya no tiene enemigo.
Sorprendi¨® a gran parte del p¨²blico que la familia real acudiera a presenciar el encuentro, pero no tiene la cosa demasiado de Particular porque el Rey era asiduo al palco del front¨®n Fiesta Alegre cuando Emiliano las met¨ªa casi todas y era frecuente verle en el Bernab¨¦u en los partidos de Copa de Europa.La tribuna del Bernab¨¦u era el lugar en que los antiguos procuradores en Cortes discrepaban. All¨ª ejerc¨ªan el contraste de pareceres y la concurrencia de criterios. Ahora si se juntan S¨¢nchez Bella y L¨®pez Bravo es s¨®lo para discrepar porque el primero tiene abono en el Bernab¨¦u y el segundo en el Calder¨®n. Y es que, contrariamente a lo que dice, es el f¨²tbol lo que m¨¢s divide a los espa?oles. Por ejemplo, el general Campano es madridista y el general Cano Portal es rojiblanco. Berlanga y Rafael Azcona, que siempre se han identificado a la hora de hacer guiones cinematogr¨¢ficos, resulta que se pelean en el f¨²tbol porque, el primero es valencianisla y el segundo es m¨¢s madridista que Bernab¨¦u.
El que mejor entiende el asunto es el director de la Real Academia de la Lengua, D¨¢maso Alonso. Como le pilla cerca de casa el Bernab¨¦u se excusa en esto para no ir al Calder¨®n y adem¨¢s va a la tribuna s¨®lo y as¨ª se ahorra las discusiones. D¨¢maso Alonso y Pem¨¢n no se habr¨ªan puesto de acuerdo en el Bernab¨¦u, porque est¨¢ claro que don Jos¨¦ Mar¨ªa se pas¨® con armas y bagages al Madrid con, aquellos versos que le dedic¨® a Di St¨¦fano. La colaboraci¨®n futbol¨ªstica del director de la Academia qued¨® constre?ida a su participaci¨®n en el equipo de los jesuitas de Chamart¨ªn, en donde era defensa izquierdo. A quien s¨ª defini¨® el f¨²tbol fue a Eduardo Chillida. De portero de la Real Sociedad, o sea, de estar bajo el larguero, ha pasado a querer colgar en el larguero del puente de Eduardo Dato su famosa ?Sirena varada?. Fue su lesi¨®n del Bernab¨¦u lo que le oblig¨® a retirarse del f¨²tbol y su choque, con los defensas centrales del Ayuntamiento madrile?o le obligar¨¢ a colocar su escultura en un s¨®tano.
El partido entre los llamados eternos rivales no tuvo esta vez grandes complicaciones. Fue superior el Madrid a lo largo de los noventa minutos. Cuando el Atl¨¦tico se hizo con el.mando al comienzo del segundo per¨ªodo fall¨® cuatro goles cantados. A¨²n tuvo una quinta ocasi¨®n a lo. Fernando VII y la fall¨®. El se?or S¨¢nchez Armi?o utiliz¨® el reglamento de una manera estricta casi siempre. Fue una pena que no viera todos los agarrones y todos los codazos. A lo mejor hubiera demostra do que Helenio Herrera estaba equivocado y que lo bueno no es jugar con diez, sino siete contra siete o as¨ª. Se dej¨® ver en un encuentro sin complicaciones.
Me record¨® un poco al arbitraje de otro S¨¢nchez hace algunas temporadas. Al Madrid ya no hay quien le pare. Gana aunque llame Miljanic por tel¨¦fono para desear suerte. Han cogido onda los extranjeros y los de casa han limpiado su mente. Todo funciona. El Madrid de este a?o es cosas seria. S¨®lo renquea Be?ito, que a veces hasta es peligroso para su marco. El d¨ªa que Juanito juegue al f¨²tbol, es, decir, se acuer de de que hay otros t¨ªos vestidos de blanco en el campo y que su puesto es la banda, volveremos a los festivales de otros tiempos.
Donde el festejo parece asegurado cada domingo es en Vallecas. H¨¦ctor N¨²?ez, que es un chico listo, le moj¨® la oreja a Marcel Domingo. Marcel, que se quejaba de que no pod¨ªa ser campe¨®n porque siempre estaba en equipos segundones, este a?o va a desaprovechar la ocasi¨®n de su vida, ya que va a ser Tuy dif¨ªcil que otra directiva ponga tantos millones en sus manos. A don Marcel le han metido este a?o siete goles en Madrid, y tres de ellos en Vallecas. Hace bien en estar callado ahora. Cargar a los dem¨¢s, las culpas de los fracasos est¨¢ muy visto.
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