Sexo, risay carnaval

Hace ya unos cuantos a?os, un corto titulado Bolero de amor hizo concebir grandes esperanzas en torno a la futura carrera de Francisco Betri¨² y, lo que es m¨¢s importante, nos hizo re¨ªr lo suyo. Pero Betri¨² defraud¨® con sus dos primeros largometrajes. Coraz¨®n solitario y Furia espa?ola eran dos intentos frustrados de desarrollar un mundo y un estilo personales, dentro de una tem¨¢tica nacional de vocaci¨®n populachera. Si con alg¨²n cine espa?ol puede relacionarse la corta carrera de Betri¨² es con las pel¨ªculas de Berianga y de Regueiro.Ahora, con su tercer largometraje, parece que Betri¨² ha dado al fin en la diana. Al menos, parcialmente. La viuda andaluza es una lib¨¦rrima adaptaci¨®n de La lozana andaluza, de Francisco Delicado, que Betri¨² sit¨²a en la Barcelona actual, en vez de en la Roma renacentista, y en la que la protagonista se pasea por las Ramblas y se hospeda en el Ritz. El mayor acierto de la pel¨ªcula son, sin duda alguna, las canciones de Luis Eduardo Aute, que contribuyen de manera decisiva a esta ceremonia sana, festiva y desenfadada, a esta gran gansada que es La viuda andaluza. La pel¨ªcula hace pensar, por momentos, en la reciente Bruja, m¨¢s que bruja, de Fern¨¢n G¨®mez, aunque en ¨¦sta el lado c¨®mico era menos acusado. Betri¨² logra esa efectividad en el ?gag? que posee nuestro hurnor gr¨¢fico y que tanto le falta a nuestro cine. La pel¨ªcula es un desmadre, a ratos felliniano, una bufonada zarzuelera que, de haberse estrenado en un buen local, habr¨ªa hecho una gran carrera comercial, pero que, por desgracia, ha sido tan mal estrenada como las dos anteriores de Betri¨² quien, a este paso, se va a convertir en un maldito malgr¨¦ soi.