Estreno de una obra de Roberto Gerhard
Ha tenido lugar en Valencia, en concierto ofrecido por la Orquesta Municipal bajo la direcci¨®n de Jos¨¦ F¨¦rriz, y teniendo por solista al pianista Perfecto Garc¨ªa Chornet, el estreno en nuestro pa¨ªs del Concierto para piano e instrumentos de arco del catal¨¢n Roberto Gerhard. La personalidad de Gerhard, injustamente desconocida entre nosotros y de gran relevancia m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras, especialmente entre los anglosajones, como continuador de la escuela de Viena, siendo el ¨²nico espa?ol disc¨ªpulo directo de Arnold Schoenberg en las corrientes del dodecafonismo.
Nacido en 1896, en Valls (Tarragona), desde los diecisiete a?os se dedica por completo a la m¨²sica, estudiando piano con Granados y Marshall y m¨¢s tarde composici¨®n con Pedrell hasta 1923, en que marcha a Viena a estudiar con Schoenberg, siguiendo los cursos que ¨¦ste imparte en esta ciudad y en Berl¨ªn hasta 1928. Tras este per¨ªodo regresa a Barcelona, donde contrae matrimonio con Leopoldina Feichtegger, de nacionalidad austr¨ªaca. Durante los primeros a?os se ve obligado a compaginar la m¨²sica con trabajos de traducciones, para una editorial. Por entonces, Joan Mir¨® realiza los decorados para un ballet suyo.M¨¢s tarde realiza transcripciones de obras del padre Soler y de la ¨®pera La Merope, de Domingo Terradellas, y colabora en varias revistas. De 1937 a 1838 fue miembro del Consejo de la M¨²sica, creado por el Departamento de Cultura de la Generalitat, hasta que a finales del 38 los acontecimientos de la guerra civil le conducen al exilio, marchando hacia Par¨ªs y eligiendo como destino m¨¢s tarde Inglaterra, instal¨¢ndose en Cambridge, donde residir¨¢ hasta su muerte, acaecida en 1970. Su labor en favor de la m¨²sica fue recompensada por la reina de Inglaterra con una de las m¨¢s altas distinciones inglesas: el grado de Comendador de la Orden del Imperio Brit¨¢nico, en 1967, siendo investido al a?o siguiente como doctor honoris causa por la Universidad de Cambridge.
La obra que se acaba de estrenar fue compuesta en Cambridge en 1951. Musicalmente pertenece al sistema dodecaf¨®nico y es de gran belleza. El tratamiento que da al material sonoro, que organiza basado en la sistem¨¢tica dodecaf¨®nica, demuestra que posee una fina sensibilidad musical, sabiendo muy bien lo que quiere y se esfuerza a fin de establecer con el oyente la comunicaci¨®n, que es en realidad lo que nos ha de dar la m¨²sica. Desde esta ¨®ptica maneja el dodecafonismo con una t¨¦cnica muy personal, muy sagaz y muy puesta al servicio de las esferas ambientales espa?olas que quiere insuflar en los tres tiempos de que consta el concierto: el primero de ellos, Tiento (allegro), improvisaci¨®n a base de variaciones muy arraigado en nuestro pa¨ªs (recordemos a Cabez¨®n y Cabanilles). Para nosotros este es el tiempo m¨¢s logrado. En ¨¦l nos conduce a o¨ªr en el arranque del tiempo un inciso musical que se repite en algunas ocasiones y que ya sit¨²a al oyente dentro de la atm¨®sfera que Gerhard quiere conseguir. Ello se repite con algunas reiteraciones en la parte solista, lo que contribuye a restar agresividad al tratamiento del material atonal con el que trabaja y proporciona un puente de entra?able comunicaci¨®n con el oyente. En el segundo tiempo, Diferencias (adagio), basado tambi¨¦n sobre los mismos supuestos de trabajo t¨¦cnico que el anterior. Clarifica lo sonoro y consigue dar una transparencia y una elegancia que recuerdan a la transparencia y elegancia francesa. En el transcurso del tercer tiempo, Folia (molto mosso), consigue que el ambiente de la folia espa?ola est¨¦ aqu¨ª presente con su desembarazo y alegr¨ªa. En este tiempo tampoco abandona el compositor la unidad de estilo presente en todo el concierto.
La interpretaci¨®n de Garc¨ªa Chornet fue inspirad¨ªsima, demostrando su profundo conocimiento y las grandes cualidades que posee para interpretar la m¨²sica contempor¨¢nea y su inquietud por dar a conocer la m¨²sica del siglo XX. La lectura realizada en ning¨²n momento fue epid¨¦rmica, y la sonoridad que consigui¨® del piano y los distintos planos t¨ªmbricos con que sirvi¨® la obra eran muy adecuados en cada momento, seg¨²n lo que demandaba el concierto.
Completaba el concierto El aprendiz de brujo, de Dukas, y la Tercera sinfon¨ªa de Beethoven, que tuvieron una versi¨®n digna.
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