La astronom¨ªa del Presupuesto
?Bueno, primero hablemos de Pit¨¢goras?, se han dicho los diputados, ?y luego arreglaremos las otras cuentas de los sucesos de M¨¢laga y Tenerife?. Y de un modo cortesano el erotismo contra el orden p¨²blico ha cedido el paso a la contabilidad. La leve tensi¨®n preliminar, la expectativa de la navaja, se ha visto en seguida ahogada por una catarata de cifras. Las pasiones pol¨ªtico-literarias vendr¨¢n inmediatamente despu¨¦s de los n¨²meros. Para empezar, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez ha vaciado sobre el hemiciclo el cuerno de la abundancia, lo que se dice el Presupuesto General del Estado; aqu¨ª est¨¢ todo, se?ores, hasta la ¨²ltima perra, y con una dicci¨®n caliente, con un cierto patetismo gutural, ha explicado la filosof¨ªa de ese fascinante mont¨®n de dinero.La sesi¨®n parlamentaria se ha convertido entonces en pura astronom¨ªa, en un debate en las galaxias. Cantidades m¨ªsticas, partidas esot¨¦ricas, guarismos de c¨¢bala, unidades metafisicas, miles, millones, bill¨®nes, es decir, una aritm¨¦tica pitag¨®rica convertida en simple materia de fe, el n¨²mero puro sintonizado con la m¨²sica de las esferas ha comenzado a llover sobre el Congreso. De pronto el Presupuesto General del Estado para 1978, que es la fuente de toda la pol¨ªtica, ha hecho su aparici¨®n en el hemiciclo como un monstruo cicl¨®peo salido de las aguas de la mitolog¨ªa franquista. Este King-Kong monetario ha sido previamente despiojado por la ponencia, ha sido someramente peinado por la comisi¨®n y ahora est¨¢ aqu¨ª frente a los diputados de la izquierda que van armados s¨®lo con tirachinas.
Por parte de la Oposici¨®n el resumen de la aventura ha consistido en luchar contra lo inexorable. Puesto que nada hab¨ªa que hacer, la izquierda se ha dedicado a realizarse a s¨ª misma moralmente meditando bondades ante la gruta del tesoro del Estado. El Presupuesto General forma una mara?a petrificada de n¨²meros, y en su interior han cristalizado muchos residuos del pasado autocr¨¢tico. Sus se?or¨ªas han tenido s¨®lo tres meses de tiempo para descifrar la alucinante charada.
Al exponer sus criterios gen¨¦ricos y al defender sus enmiendas, la Oposici¨®n pon¨ªa el discurso en un tono bemol como el que ten¨ªan los antiguos mortales frente al hado. Contra el presupuesto exhibido en el hemiciclo en forma de destino han hablado Tamames, M¨²gica, Camacho, Enrique Bar¨®n y otros. Algunos diputados encrespaban un poco m¨¢s el diapas¨®n, pero el ronroneo intr¨ªnseco ha sido el de asumir con buen talante lo inevitable. Si estamos en tiempos predemocr¨¢ticos, preconstitucionales, preauton¨®micos, pues se acepta el presupuesto y ya est¨¢. Y que sea ¨¦sta la ¨²ltima vez. Los diputados de UCD, los defensores del drag¨®n, no han tenido mayores problemas. Todo ven¨ªa confeccionado y no hab¨ªa m¨¢s que cortar por el pespunte.
Y as¨ª han ido cayendo las enmiendas una a una. A la hora de votar en contra, P¨¦rez Llorca izaba tres dedos a modo de tr¨¦bol, avisando a los suyos, y la electr¨®nica reflejaba matem¨¢ticamente el voto de obediencia; si hab¨ªa que votar a favor, entonces levantaba el pulgar, como en los d¨ªas en que Ner¨®n estaba de buenas, y el panel respond¨ªa con un milagro de la t¨¦cnica. Una sesi¨®n relajada, cada se?or¨ªa pulsando el bot¨®n correspondiente y el ministro Clavero corriendo hacia su butaca para cumplir con la obligaci¨®n. Fern¨¢ndez Ord¨®?ez cae bien a la parroquia y ha sido aplaudido al tratar de explicar racionalmente, con lenguaje moderno, el azar de esta loter¨ªa. Mientras en el hemiciclo llov¨ªan. las quejas y las cifras, en el pasillo M¨²gica y Mart¨ªn Villa andaban del brazo preparando tal vez el itinerario de la procesi¨®n de ma?ana, la procesi¨®n de M¨¢laga, que va por dentro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Opini¨®n
- Cortes Constituyentes
- Polic¨ªa antidisturbios
- Plenos parlamentarios
- Cargas policiales
- Presupuestos Generales Estado
- Tramitaci¨®n parlamentaria
- Congreso Diputados
- Finanzas Estado
- Acci¨®n policial
- Orden p¨²blico
- Seguridad ciudadana
- Actividad legislativa
- Polic¨ªa
- Parlamento
- Fuerzas seguridad
- Finanzas p¨²blicas
- Pol¨ªtica
- Finanzas
- Justicia
- Espa?a