"La paz y la libertad son el compromiso insobornable de la Monarqu¨ªa
El rey don Juan Carlos se dirigi¨® a los espa?oles en Nochebuena, a trav¨¦s de RTVE, con un mensaje le¨ªdo en el tono ¨ªntimo y familiar que acostumbra a utilizar en estas ocasiones. Junto a ¨¦l aparecieron la reina do?a Sof¨ªa, el pr¨ªncipe Felipe y las infantas. Ofrecemos a continuaci¨®n el texto del mensaje real.
? Para desearos paz, libertad prosperidad, en mi nombre y en el de mi familia, me he permitido entrar por unos momentos en vuestros hogares. Y lo hago desde esta casa, que es la de todos vosotros, con la seguridad de que, en esa noble correspondencia de hospitalidad que distingue a los espa?oles, nos acoger¨¦is por unos instantes en las vuestras a la Reina, a mis hijos y a m¨ª, para desearos unas Pascuas muy felices.
Hemos estado juntos a lo largo del a?o por motivos plurales y comunes, y esta noche, solemne y entra?able, queremos estarlo tambi¨¦n, de una manera muy especial, a trav¨¦s de las c¨¢maras de Televisi¨®n Espa?ola.
Ojal¨¢ nuestro saludo pueda lle gar hasta los que viven en los ¨²lti mos confines de la patria y a quie nes, aun fuera de ella, tienen enEspa?a su pensamiento y su coraz¨®n:
- A los espa?oIes de tierra adentro, de la monta?a y de la meseta; de la ribera y de las islas.
- A los que trabajan en la mar.
- A los que sufren en la enfermedad.
- A las mujeres, que iluminan y empujan nuestros hogares.
- A los obreros y a los empresarios; a los intelectuales y a los artistas; a los hombres del campo y de la ciudad.
- A los que velan esta noche en cumplimiento de su deber.
- A cuantos integran las Fuerzas que, con su abnegada entrega, salvaguardan nuestra seguridad.
- A los j¨®venes y a los que ya ven lejana su juventud.
- En suma, a todos los espa?oles que tenemos la ilusi¨®n de convivir en la paz y el progreso de Espa?a.
En las fiestas de Navidad sentimos que se acortan las lejan¨ªas y las separaciones, y en la emoci¨®n com¨²n que se respira a lo largo de estos d¨ªas quisiera fundir mi saludo con el de todos vosotros.
No pretendo, sin embargo, que los sentimientos de la Navidad oculten, sino que iluminen, la propuesta de paz, de libertad y prosperidad, con que he comenzado estas palabras y que es, en el fondo, el compromiso insobornable, permanente, y decidido de la Monarqu¨ªa que encarno.
Para una Espa?a m¨¢s fuerte, m¨¢s libre, m¨¢s estable, m¨¢s hermosa, estamos convocados todos los espa?oles, cualquiera que sea nuestra condici¨®n y al ser proclamado Rey, as¨ª lo expres¨¦.
Por eso, cuando llegan fechas como ¨¦stas, echarnos siempre una ojeada al camino y procuramos repasar las cuentas de lo que hemos hecho y de lo que queremos hacer en el futuro.
No cabe duda de que lo andado en estos dos a?os ha sido mucho, con esfuerzo y sacrificio, pero tambi¨¦n con decisi¨®n, esperanza y optimismo.
La paz, la democracia y la prosperidad de las sociedades industriales desarrolladas, a las que pertenece Espa?a, no se construyen f¨¢cilmente, sino que son la consecuencia del trabajo y la voluntad de superaci¨®n de sus miembros.
Ambas cosas, voluntad y trabajo, nos han puesto a prueba a los espa?oles. Y yo quiero aprovechar este encuentro para agradecer todo el esfuerzo de cada uno de vosotros para una Espa?a mejor. El realizado por vuestras familias y el ejercido por las instituciones democr¨¢ticas.Un esfuerzo com¨²n que proseguimos cada d¨ªa, sin desfallecer, porque es preciso continuar avanzando hasta coronar la obra de consolidaci¨®n econ¨®mica, social y pol¨ªtica que nos hemos propuesto.Para cuantos han entregado en la consecuci¨®n de estos prop¨®sitos lo que ten¨ªan de m¨¢s valioso sus propias vidas, quiero tener esta noche un recuerdo muy sentido, en el que os pido que me acompa?¨¦is.He de recordaros tambi¨¦n que a¨²n nos queda mucho camino por andar, y que es preciso que lo recorramos."Unidad
? La prosperidad, la libertad y la paz no se consiguen sin estar unidos.
Unidos en la familia, que esta noche navide?a hace un cerco de amor en torno nuestro y en nosotros conf¨ªa. Los hijos en los padres y ¨¦stos en los hijos, en un di¨¢logo que, a veces, puede ser ¨¢spero, pero que es la raz¨®n profunda de la vida y de la historia.
La uni¨®n de unas clases con otras en unos objetivos b¨¢sicos, ajustando, sin violencia, sus intereses.
La uni¨®n de los estamentos sociales entre s¨ª y la de los ciudadanos con el Estado, a trav¨¦s de leyes pactadas con generosidad, sin ego¨ªsmo, en un clima de entendimiento.
Y, por ¨²ltimo, la uni¨®n a la que no me cansar¨¦ de exhortaros, en esa otra gran familia, enorme, bullente, vigorosa y universal, a la que pertenecemos todos como miembros, que es Espa?a.
Una unidad que se aparece m¨¢s evidente cuando se contempla desde la perspectiva integradora de la Monarqu¨ªa. Porque se ve entonces la fecundidad que nace de la variedad y la pluralidad de las regiones espa?olas, distintas pero no contrapuestas; dotadas de diferente personalidad, pero esencialmente conjuntadas en el mismo destino patrio.
Es en esta profunda creencia superadora donde se hace posible la evoluci¨®n hacia una mejor convivencia nacional.
Lo que nos une es m¨¢s medular y din¨¢mico que lo que nos separa y eso es lo que nos compromete en el futuro, sea cual sea nuestra distancia del pasado.
Nuestra tarea hoy es hacer, precisamente, un futuro que podamos compartir sin miedo, con esperanza y con raz¨®n y en el que tengan cabida todos los derechos, por peque?os que nos parezcan. En el que nos entreguemos de verdad a nuestro trabajo, como ¨²nica forma de superar las dificultades econ¨®micas que nos preocupan.
Un futuro de orden, que es requisito esencial de todos los progresos. Un futuro de seguridad en la paz, en la continuidad, en el, ejercicio -rec¨ªprocamente limitado- de la libertad.
No olvidemos nunca que nuestros derechos han de estar coordinados con la obligaci¨®n de respeta los derechos de los dem¨¢s.?Justicia y libertad
?Ninguna ocasi¨®n mejor que ¨¦sta de la Navidad para recordaros que no se posee moralmente nada m¨¢s que lo que se comparte y que el reto de nuestro tiempo es aprender a convivir en la justicia y en la libertad.
En la medida en que no hayamo alcanzado este fin debemos sentir nos insatisfechos y, por el contrario, victoriosos con los objetivo que ya hayamos conseguido.Yo creo, sinceramente, que son m¨¢s los logros que los fracasos y que ello da a esta Navidad espano la una clara dimensi¨®n de entendi miento.
Y al decir estas palabras, pienso en las generaciones que forman nuestros hijos y que est¨¢n junto a nosotros, en esta luz y en este amor de la Navidad. Ellos constituyen Espa?a que nos sigue de cerca y se sabe emplazada para los cambios del mundo de hoy. No debemos hurtarles su protagonismo, sino ofrecerles, con el pan y la sal de la paz, un puesto a nuestro lado aceptando sus discrepancias pero d¨¢ndoles, en seguridad y estabilidad, ese equipaje que necesitar¨¢n para, su larga tarea futura.
Nuestra Espa?a es la misma que la de nuestros hijos, y ellos y nosotros la deseamos justa, dialo gante y ancha.
"Si todos permanecemos unidos, habremos ganado el futuro", dije al asumir las responsabilidades de la Corona como Rey de todos los espa?oles.
As¨ª lo creo ahora, mientras pido la ayuda de Dios para todos, en la unidad y la paz que son las convicciories profundas de la Navidad. Con ellas os reitero mi saludo y el de mi familia.
De todo coraz¨®n, felices Pascuas y muchas gracias. ?
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