Navarra: la batalla empieza ahora

Como en todas las negociaciones, en el caso del Consejo de Parlamentarios de Navarra nadie ha salido perdiendo, aunque tampoco haya habido triunfador. Ni los representantes de UCD, opuestos desde el principio a la inclusi¨®n de Navarra en Euskadi, ya que lo aprobado no supone necesariamente la futura incorporaci¨®n, ni los representantes del PSOE y del PNV, ya que despu¨¦s de lo negociado se ven obligados, como primera medida, a ganar las elecciones municipales en Navarra.En todo caso, el ¨²nico que ha salido ganando es el Gobierno, que, si bien contrario inicialmente a una soluci¨®n plebiscitaria, ha ganado el tiempo suficiente para evitar las movilizaciones populares del pr¨®ximo d¨ªa 4 y ha puesto punto final a la larga gestaci¨®n de la preautonom¨ªa del Pa¨ªs Vasco, despu¨¦s de tres meses y medio del largas negociaciones.

A estas alturas, aunque el propio Gobierno lo haya negado, como es natural, a trav¨¦s del ministro para las Regiones, nadie pone en duda que los seis parlamentarios de UCD por Navarra actuaron bajo la presi¨®n del partido gubernamental, porque las dos largas sesiones que consumieron los nueve parlamentarios navarros en el Congreso de Diputados, los d¨ªas 29 y 30 de diciembre, fueron la tapadera de la verdadera negociaci¨®n que se celebraba por fuera y que era una negociaci¨®n directa entre partidos; fundamentalmente entre UCD y PSOE, con el PNV por medio.

Lo que s¨ª se puede decir sin ninguna posibilidad de error es que, en todo caso, los que estuvieron a punto de romper las negociaciones no fueron, como se public¨® en d¨ªas pasados, los de UCD, sino los parlamentarios del PSOE y los del PNV que representaban a la Asamblea de Parlamentarios vascos. Por una raz¨®n muy sencilla y que comparten todos los partidos pol¨ªticos vascos: dada la estructura municipal de Navarra (con 190 pueblos, sobre 230, con menos de mil habitantes), con un refer¨¦ndum simple la soluci¨®n casi segura ser¨ªa la del no. En cambio con la inclusi¨®n de una cl¨¢usula adicional al proyecto de Constituci¨®n, en su art¨ªculo 129 -que hace referencia a que tendr¨¢n que ser los dos tercios de alcaldes los que decidan la incorporaci¨®n de Navarra al Pa¨ªs Vasco- para que no rija este apartado y sea un plebiscito quien decida, las fuerzas aparecen m¨¢s niveladas. En un r¨¢pido sondeo entre partidos pol¨ªticos vascos ninguno se ha atrevido a vaticinar un posible resultado para el refer¨¦ndum,

La discusi¨®n con esta contrapropuesta del PSOE y del PNV fue la que consumi¨® la segunda jornada (nueve horas) de negociaciones en el Congreso entre los parlamentarios navarros. Y el tiempo, en esta ocasi¨®n, jug¨® a favor de los dos partidos citados, ya que se malicia que el Gobierno -que se hallaba reunido en Consejo- hab¨ªa dado una hora tope a los parlamentarios de UCD para que aceptasen la propuesta si antes no hab¨ªan podido arrancar otra cosa.

Dado que la incorporaci¨®n de Navarra a Euskadi la tiene que decidir un organismo que designar¨¢n en su d¨ªa el Gobierno y la Diputaci¨®n Foral de Navarra -seg¨²n la ley Paccionada, de 1841-, al PSOE y al PNV se les coloca en la obligaci¨®n de ganar las municipales para asegurar que ese organismo foral decida la incorporaci¨®n que luego ratificar¨ªan todos los navarros mayores de edad.