Los propietarios de Intelhorce, dispuestos a vender la sociedad
El grupo catal¨¢n vinculado al Banco de Madrid, propietario de la empresa textil malague?a Intelhorce, ha comunicado al gobernador civil de M¨¢laga, Enrique Riberola, su decisi¨®n de enajenar la sociedad. Esta comunicaci¨®n se hace con objeto de que el gobernador haga llegar la noticia al comit¨¦ de empresa.
A la hora de encontrar posibles compradores, los trabajadores se?alan ¨²nicamente al Instituto Nacional de Industria a trav¨¦s de la Sociedad para el Desarrollo Industrial de Andaluc¨ªa (Sodian). El precio de la operaci¨®n no figuraba en la comunicaci¨®n recibida por el gobernador civil, si bien el grupo Castell afirmaba que ?tendr¨ªa que ser determinado por un perito?. La posible opci¨®n del INI vendr¨ªa dada por el hecho de que el grupo Castell a¨²n le debe a este organismo una buena cantidad de millones, parte del cr¨¦dito de quinientos a devolver en veinte a?os y sin intereses que el INI hizo a los actuales propietarios cuando les vendi¨® la empresa, hace ahora cinco a?os.
Una vieja historia
La noticia de que el grupo Castell est¨¢ dispuesto a vender la factor¨ªa malague?a -en la que trabajan unas 3.000 personas- pone de nuevo en la actualidad las condiciones en que fue vendida por el INI en 1972, siendo presidente de dicho organismo -a punto de cesar- Claudio Boada. En este a?o Intelhorce era ya una empresa ?interesante? desde el punto de vista de sus resultados econ¨®micos. Los empresarios privados del sector textil sintieron inter¨¦s por la compra y el 29 de diciembre de 1972 se consum¨® la operaci¨®n. Los nuevos due?os de la f¨¢brica textil pasaron a ser el Banco Catal¨¢n de Desarrollo, Hilaturas Gossy-Plum, Ter Industrial y Sociedad Algodonera del Sur. Todas estas empresas estaban relacionadas con el grupo del Banco de Madrid, que preside Jaume Castell, y en el que poco despu¨¦s se integr¨® Claudio Boada como vicepresidente, as¨ª como colaboradores suyos en la direcci¨®n del INI.El valor real de la f¨¢brica entonces fue fijado por t¨¦cnicos en la materia en m¨¢s de 4.000 millones de pesetas. Sin embargo, la venta se hizo en s¨®lo 852 millones. Con esta cantidad se compraba la empresa con todo lo que se encerraba en ella -maquinarias y existencias en telas y algod¨®n-, cinco chalets situados en la urbanizaci¨®n Las Palmeras, una residencia en el paseo de Reding y unos terrenos adyacentes a la factor¨ªa. En cuanto a la existencia que hab¨ªa en la f¨¢brica en el momento de su venta, hay que destacar tela por un alto valor y unos cuatro millones de kilos de algod¨®n, valorados en cuatrocientos millones de pesetas aproximadamente. Posteriormente, en los primeros d¨ªas de enero de 1973, el Consejo de Ministros aprob¨® una subida del precio del algod¨®n, con lo cual aument¨® a¨²n m¨¢s el valor de lo almacenado en Intelhorce. Por si todo ello fuera poco, el INI concedi¨® a los nuevos propietarios un pr¨¦stamo de quinientos millones de pesetas a devolver sin inter¨¦s en veinte a?os.
El desmantelamiento
Con la venta de Intelhorce a la empresa catalana comenz¨® el desmantelamiento de la f¨¢brica, aunque fuentes de la empresa no lo quisieran reconocer nunca. Un dato apoya lo anterior: Intelhorce lleg¨® a tener 3.400 trabajadores. En agosto de 1975 ya s¨®lo ten¨ªa 3.195, y en el mismo mes de 1976 la cifra hab¨ªa bajado a 3.031. En la actualidad s¨®lo quedan 2.850 puestos de trabajo.En el a?o 1975 empieza el traslado a Barcelona de distintos servicios y secciones de la factor¨ªa.
Como consecuencia del desmantelamiento de la factor¨ªa, de la no renovaci¨®n del utillaje y, en definitiva, de la crisis del sector textil, los resultados empezaron a ser negativos. Todo parece indicar, y as¨ª se cree en M¨¢laga, que es justamente lo que se persigue con objeto de demostrar que la f¨¢brica no tiene viabilidad.
Intelhorce se cre¨® en 1951 con mayor¨ªa del INI a la vista de que ning¨²n grupo privado se decidi¨® a esta inversi¨®n en M¨¢laga.
La posici¨®n del INI y de los responsables del Ministerio de Industria es en estos momentos de negativa en redondo a la operaci¨®n de compra que propone el grupo catal¨¢n propietario de la sociedad. El problema reside en qu¨¦ situaci¨®n se plantear¨ªa si el desmantelamiento prosigue y el grupo Castell decide cerrar la factor¨ªa. Los casi 3.000 puestos de trabajo que garantiza en estos momentos parecen irrenunciables para M¨¢laga, que es en estos momentos una de las provincias m¨¢s afectadas por el paro.
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