Recuperar la t¨¦cnica del puyazo

Este reglamento que se debate en la Escuela Superior de Polic¨ªa puede reavivar la fiesta y colocarla, de nuevo, en el primer plano de las preferencias de los espa?oles. Hay muchos aficionados que conservan su enorme afici¨®n, pero que no van a las plazas -nunca en los ¨²ltimos a?os- porque el espect¨¢culo que podr¨ªan ver no es m¨¢s que parecido, en ciertos aspectos remotamente, a aquel que les enriquec¨ªa esa afici¨®n.La clave est¨¢ en la suerte de varas. El primer tercio es, de una vez, el fog¨®n y el caldero donde se cuece todo, la lidia. Y hasta las mismas viandas es. Por eso ha sido aceptada la creaci¨®n de una comisi¨®n que lo estudiar¨¢ en su conjunto, con pruebas pr¨¢cticas, a lo vivo. Pero conviene sugerir, ahora que es tiempo, una atenci¨®n al toreo de capa, que tambi¨¦n est¨¢ en decadencia aguda, y cuyo renacimiento ser¨¢ tambi¨¦n consecuencia de la reforma de este tercio.

Cuando los reformadores del reglamento debat¨ªan la suerte de varas, uno de ellos, al o¨ªr que el picador deb¨ªa detener al toro con la vara, exclam¨® entre escandalizado y crepuscular: ??Detener? ?Pero usted cree que un picador puede detener al toro con la puya?? Y el caso es que s¨ª puede, y pod¨ªa el picador de muchos a?os atr¨¢s. Por supuesto, no frenar en seco la arrancada del toro, pero s¨ª cargar todo su peso sobre la puya cuando la fiera entraba en jurisdicci¨®n. En el envite venc¨ªa la fiera, claro, y llegaba al caballo, pero en ese mismo momento se produc¨ªa el quite, que tambi¨¦n es un tiempo fundamental en la suerte. Hab¨ªa, por tanto, m¨¢s n¨²mero de puyazos y m¨¢s n¨²mero de quites, con beneficio para la prueba de bravura, para el toreo de capa y para la plenitud del espect¨¢culo. Esta t¨¦cnica hay que recuperarla y suprimir la actual, en la que es el peto el que detiene la arrancada del toro y luego el picador pega desde arriba, a sus anchas, mientras el torero permanece de espectador, la afici¨®n se indigna, el p¨²blico habitual se aburre y al no habitual le dan s¨ªncopes.