La izquierda, y los sindicatos italianos reducen sus exigencias para solucionar la crisis
El primer ministro Giulio Andreotti ha concluido sus conversaciones exploratorias con la izquierda. Anteayer recibi¨® a los republicanos, socialdem¨®cratas y liberales, y ayer a independientes de izquierda, neofascistas y demoproletarios.
Aunque oficialmente las posiciones de los partidos siguen siendo las mismas, en la izquierda se est¨¢ observando cierta flexibilidad.Hace s¨®lo quince d¨ªas republicanos, socialistas, comunistas y, sobre todo, el movimiento sindical presionaban con una fuerza un¨¢nime; hoy se puede decir que la izquierda comienza a ceder. Los comunistas se han quedado solos en la tarea de exigir un Gobierno de emergencia, y no ocultan su irritaci¨®n, como lo han hecho ya ante el secretario del Partido Socialista, Bettino Craxi, quien acaba de declarar ?que el Gobierno de emergencia ha sido sepultado?.
Oficialmente, Craxi sigue pidiendo el Gobierno de emergencia, pero ante la rotunda negativa de la Democracia Cristiana, que hace pocos d¨ªas hablaba de ?ofensiva de persuasi¨®n?, parece haber tomado en cuenta esa decisi¨®n democristiana y ahora piensa, en realidad, en una mayor¨ªa, ?ampliada a los comunistas?, que signifique ?responsabilidad y control de las izquierdas?. Con raz¨®n, los comunistas le reprochan a Craxi que el margen de negociaci¨®n a Andreotti lo tienen que fijar todas las fuerzas democr¨¢ticas y no s¨®lo la Democracia Cristiana.
Los socialistas opinan que el presidente de la Rep¨²blica podr¨ªa, si Andreotti fracasa en su misi¨®n, encargar la formaci¨®n del Gobierno a un laico, quien podr¨ªa ampararse en una mayor¨ªa te¨®rica. La Democracia Cristiana, sin pasar a la oposici¨®n, podr¨ªa abstenerse y darle una especie de ?refrendo exterior?. Para tal Gobierno, que los comunistas ya han definido de ?decantaci¨®n-pol¨ªtica?, el candidato ser¨ªa el l¨ªder republicano Ugo la Malfa.
La Malfa, que juzga irrealizable este proyecto, insiste en que es necesario ante todo concertar un riguroso programa econ¨®mico, ?un pacto social?, y luego hablar de f¨®rmulas de gobierno. La propuesta de un pacto social podr¨ªa llegar incluso del comit¨¦ central del Partido Comunista, que se re¨²ne hoy, y cuya decisi¨®n depender¨¢ del curso de las negociaciones de Andreotti y, en definitiva, de la soluci¨®n de la crisis. Si los comunistas aceptan este ?Pacto social? o una simple pol¨ªtica de rentas, ser¨¢ f¨¢cil luego llegar a una f¨®rmula pol¨ªtica en la que participen de una mayor¨ªa. Si exigen a toda costa el Gobierno de emergencia, no se ve c¨®mo podr¨¢n soslayarse las elecciones anticipadas.
Los sindicatos, tambi¨¦n flexibles
Una entrevista concedida por el l¨ªder sindicalista comunista de la Confederaci¨®n General del Trabajo, Luciano Lama, al diario radical-socialista La Rep¨²bblica, apoya la l¨ªnea el¨¢stica del Partido Comunista. Lama ha aceptado el principio, por primera vez en la historia del sindicalismo italiano, de que con una pol¨ªtica de pleno empleo no se puede ?pedir continuamente la luna?, y que el salario depende de los dem¨¢s factores econ¨®micos, de la producci¨®n, de la situaci¨®n y de las empresas. Con un ?pacto social? se puede, adem¨¢s, reactivar las inversiones productivas y crear nuevos puestos de trabajo.Las ideas de Lama han provocado una tempestad, inmediata en el movimiento sindical y una pol¨¦mica que traer¨¢ mucha cola. Por el momento, se oponen ya a este ?pacto? o pol¨ªtica de rentas los sindicalistas metalmec¨¢nicos, la aristocracia de la clase obrera.
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