Catalu?a no parece interesada por las elecciones
Las organizaciones sindicales de Catalu?a coinciden plenamente en un punto: las elecciones sindicales, convocadas -en principio y con infinitas matizaciones- para la semana del 1 al 6 de febrero, ser¨¢n mucho menos importantes de lo que ellas quisieran, con lo cual el panorama pre y postelectoral puede variar muy poco.
Para Jos¨¦ Luis L¨®pez Bulla, secretario general de la Comisi¨®n Obrera Nacional de Catalu?a (CONC), la previsi¨®n es que ?se vote tan s¨®lo en un 15 % de empresas, lo cual puede afectar a un porcentaje comparable de la poblaci¨®n activa de Catalu?a?. Por su parte, Luis Garc¨ªa, responsable de la coordinaci¨®n electoral en el seno de la UGT de Catalu?a, da el mismo porcentaje de un 15 % de trabajadores que podr¨¢n votar, por lo que respecta a la semana del 1 al 6 de febrero, pero cree que a este porcentaje hay que a?adir las muchas elecciones ya efectuadas y las que tendr¨¢n lugar despu¨¦s de dicha semana.Lo que est¨¢ claro es que el actual proceso electoral es confuso, impreciso, con total falta de datos y previsiones rigurosas, mientras que el empresario parece muy poco interesado -y en ello coincide con el Gobierno- en la consecuci¨®n de interlocutores sindicales v¨¢lidos y representativos. El papel ineficaz de las delegaciones de Trabajo ya ha sido comentado en estas p¨¢ginas.Tanto CCOO como UGT coinciden en declararse ya vencedoras desde ahora, mientras facilitan datos que aparentemente confirman su tesis, antag¨®nica e incompatible. Para aumentar el pintoresquismo, ambas sit¨²an en un tercer lugar -en ello por lo menos coinciden- a nada menos que la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo (CNT), central anarcosindicalista que parad¨®jicamente rechaza con toda energ¨ªa y claridad toda participaci¨®n en las elecciones. La paradoja se basa en que algunos militantes de CNT no obedecen a su central, present¨¢ndose por su cuenta y riesgo.
La discrepancia en los datos de UGT y CCOO se basa en que esta ¨²ltimas contabiliza todas las elecciones celebradas desde finales de septiembre hasta la fecha, mientras que UGT excluye los resultados anteriores al decreto de convocatoria, del pasado mes de diciembre.
No se trata, pues, de ninguna deshonestidad en la obtenci¨®n de datos de ninguna central, sino simplemente de un resultado diferente consecuencia de basarse en un criterio distinto. Pero, en ambos casos, UGT y CCOO quedan muy por encima del tercer situado, la CNT.
A esto ¨²ltimo, no obstante, hay que objetar que la ausencia casi total de datos respecto a USO es sospechosa, en el sentido que algunas cifras que le son favorables no hayan sido hechas p¨²blicas por la propia USO. Tal es el caso de ocho delegados obtenidos en L¨¦rida, seg¨²n supo EL PA?S por sus propias fuentes, y que no aparecen en ning¨²n c¨®mputo.
Como gran tel¨®n de fondo de la extrema confusi¨®n electoral hay que situar el proceso de negociaci¨®n colectiva actualmente en curso en Catalu?a. Ello impide que se lleven a cabo elecciones en numerosas empresas, incluidas algunas de gran n¨²mero de trabajadores. Todas ellas tienen ya delegados sindicales electos hacepocos meses, pero a quienes UGT no considera homologables, discrepando en ello de CCOO.
?El n¨²mero de elecciones de delegados llevado a cabo en Catalu?a entre septiembre y diciembre, es decir, antes del decreto, fue muy superior al habido en el resto de Espa?a?, manifest¨® la fuente ya citada de la UGT de Catalu?a. A ello a?ade: ?Algunas de aquellas elecciones fueron celebradas a mano alzada. Aquello fue un cachondeo. ?
L¨®pez Bulla (CCOO), por su parte, defiende a aquellos delegados, si bien no ve con preocupaci¨®n que deban celebrarse nuevas elecciones en aquellas empresas: ?Donde gan¨® CCOO y donde gan¨® UGT.? Pero precisa que su central intentar¨¢ homologar aquellas elecciones.
Ambas centrales coinciden en que ahora tiene poco sentido una campa?a de imagen p¨²blica de su respectiva central y, casi con las mismas palabras, afirman su voluntad de ce?irse particularmente a la problem¨¢tica espec¨ªfica de cada empresa, ?que en estos d¨ªas se centra, en muchos casos, m¨¢s en la negociaci¨®n colectiva que en las elecciones.?
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