Las cajas de seguridad, medio para burlar el levantamiento, del secreto bancario
De la actual avalancha de atracos, que algunos quieren confundir con la democracia y otros lo relacionan con el paro y subempleo heredado de la mala gesti¨®n econ¨®mica de bastantes a?os atr¨¢s, hay, sin embargo, quienes salen beneficiados: son los fabricantes de cajas fuertes y sistemas de seguridad, que desde el mes de octubre hasta hoy han visto incrementadas sus ventas de manera espectacular. Ninguno de los empresarios de este sector consultados por EL PA?S han facilitado cifras concretas sobre el n¨²mero de ingresos, pero todos han coincidido en que ?se est¨¢n agotando las existencias?.Los motivos de esta situaci¨®n habr¨ªa que buscarlos en dos hechos: el mencionado incremento de atracos a entidades bancarias y cajas de ahorro (durante 1977 se perpetraron 170 atracos -83 m¨¢s que el a?o anterior-, de ellos, 64 corresponden a bancos y 106 a cajas de ahorro y cajas rurales), con un bot¨ªn recaudado de 180,4 millones de pesetas, y fundamentalmente, el levantamiento del secreto bancario, que entr¨® en vigor el pasado 15 de noviembre.
Por esta causa, las sucursales bancarias ya no disponen de m¨¢s cajas fuertes en r¨¦gimen de alquiler para particulares. Est¨¢n todas cubiertas, ya que este tipo de cuentas est¨¢n exentas de la orden del Ministerio de Hacienda referente a la obligaci¨®n de los bancos de dara conocer el nombre y n¨²mero de carnet de identidad de las personas que guardan su dinero en la caja com¨²n de la entidad. Hasta el extremo de que las sucursales de reciente inauguraci¨®n est¨¢n pidiendo a sus clientes el doble del precio normal de alquiler, debido a la fuerte demanda. Algunos c¨¢lculos sobre las cajas bancarias de alquiler arrojan un aumento reciente de 120.000 millones de pesetas, cantidad a la que el fisco nunca podr¨¢ tener acceso. En los ¨²ltimos meses, se han alquilado alrededor de 40,000 cajas fuertes, con una capacidad (las m¨¢s reducidas) de tres millones de pesetas en billetes cada una.
Transformar ¨¦l dinero en oro
Otro sector que indirectamente tambi¨¦n se beneficia de la situaci¨®n, robos aparte, son los joyeros, que han multiplicado notablemente sus ventas. Los espa?oles que no se resignan a pagar sus impuestos est¨¢n transformando su dinero en oro y piedras preciosas, propiedades sobre las que tampoco tienen obligaci¨®n de declarar. Entre la adquisici¨®n de cajas fuertes por particulares y bancos en r¨¦gimen de alquiler, compra de joyas y discretos env¨ªos a Suiza por parte de los m¨¢s poderosos, la tan necesaria reforma fiscal va a ver mermados considerable mente los efectos que espera recabar para sanear la econom¨ªa del pa¨ªs.
De todas maneras, no puede decirse que se vaya hacia una descapitalizaci¨®n bancaria importante, a pesar de que en este pa¨ªs todav¨ªa hay quien se ufana ante sus amigos de tener la ?habilidad? de burlar la ley. Los bancos y cajas de ahorros, contaban, en los ¨²ltimos d¨ªas, con un dep¨®sito de siete billones y medio de pesetas. Pero hasta el ministro de Econom¨ªa, Enrique Fuentes, reprob¨® en el Pleno del Congreso del pasado 27 de enero, la actitud de quienes estaban adquiriendo a toda prisa unas conocidas arcas de fabricaci¨®n nacional. Calific¨® esta actitud de ?aberraci¨®n econ¨®mica? y Ram¨®n Tamames, diputado comunista, a?adi¨®, a EL PA?S que el comportamiento de estas personas, ?muchas de ellas pertenecientes a la derecha civilizada?, como revel¨® el director de una importante empresa de cajas fuertes, es ego¨ªsta e insolidario, postura t¨ªpica de quienes desean seguir manteniendo sus privilegios econ¨®micos contribuyendo lo menos posible en la supresi¨®n de la profunda crisis econ¨®mica que atraviesa la naci¨®n.
Necesidad de no evadir impuestos
La derecha nacional ha sido, como es l¨®gico, quien con m¨¢s reticencias se ha opuesto para la aprobaci¨®n del levantamiento del secreto bancario y la consiguiente obligaci¨®n de comunicar a Hacienda la identidad de los cuentacorrentistas, tesis defendidas con m¨¢s inter¨¦s por socialistas y comunistas.
Sin embargo, se ha logrado un consenso general entre todos los partidos parlamentarios sobre la necesidad del levantamiento del secreto bancario para que la reforma fiscal alcance la efectividad pretendida.
Pero esta efectividad depende, sobre todo, de la creaci¨®n de una conciencia nacional tendente a pagar fielmente sus impuestos, caso que puede, resultar dif¨ªcil en un pa¨ªs donde quien declaraba ante Hacienda con toda honradez era considerado por amigos y vecinos como ?un bicho raro?. Pero tambi¨¦n es cierto que cada vez est¨¢ perdiendo m¨¢s prestigio el dicho popular de hecha la ley, hecha la trampa, porque los ciudadanos de la nueva etapa democr¨¢tica van tomando poco a poco conciencia de que las leyes ya no las hacen ?los de siempre para favorecer a los de siempre?. Se trata de entender, como bien dijo un diputado socialista ante el Congreso, que ?si el contribuyente no paga sus impuestos, no habr¨¢ democracia ?. Y sin duda, los menos interesados en que se consolide la democracia en Espa?a son, precisamente, los de siempre.
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