El Gobierno ejercita la pr¨¢ctica de los hechos consumados
En el curso del debate sobre la ratificaci¨®n del acuerdo de pesca hispano-marroqu¨ª se produjeron las siguientes intervenciones:Manuel Mar¨ªn (PSOE). El grupo socialista no es contrario al acuerdo pesquero con Marruecos; creemos que debe y puede hacerse.
La marroquizaci¨®n de nuestra flota se har¨¢ con cr¨¦ditos a la exportaci¨®n concedidos por Espa?a.
Los pescadores deber¨¢n soportar solos los efectos negativos de la expansi¨®n marroqu¨ª. Y c¨®mo los barcos se marroquicen, ver¨¢n sometidas sus situaciones laborales a las decisiones de Marruecos, corriendo el riesgo de ser sustituidos por una mano de obra m¨¢s barata. En el acuerdo no se menciona una sola palabra relativa a los trabajadores, que son m¨¢s de 15.000.
El acuerdo incluye la menci¨®n de aguas de jurisdicci¨®n marroqu¨ª, refiri¨¦ndose a las aguas del Sahara, lo que contradice el propio acuerdo tripartito de Madrid y las declaraciones del Gobierno que aseguran que Espa?a no cedi¨® la soberan¨ªa del Sahara a Marruecos. El Gobierno est¨¢ reconociendo las tesis expansionistas de la monarqu¨ªa alauita. Creemos que el Gobierno no ha medido las implicaciones posibles de este expansionismo. ?Qu¨¦ pasar¨¢ con el acuerdo tripatito, que ahora se ve superado por el de cooperaci¨®n pesquera? El Gobierno est¨¢ practicando la t¨¢ctica de los hechos consumados, y nos dir¨¢ pronto que estos acuerdos dejaron de tener vigencia.
Los socialistas cre¨ªamos que con la democracia, la groseria y la falta de rigor de los planteamientos franquistas desaparecer¨ªan, pero vemos que todav¨ªa queda mucho por andar.
Los barcos hispanos que faenan, seg¨²n el acuerdo, en el banco marroqu¨ª llevar¨¢n bandera de este pa¨ªs, lo que significa que los van a convertir en objetivos militares, porque Marruecos declar¨® esta zona como ¨¢rea de guerra. Si un barco se hunde, el Gobierno espa?ol habr¨¢ salvado su responsabilidad. Los que ir¨¢n al fondo ser¨¢n los trabajadores.
Mu?oz Peirats (UCD). El acuerdo no es ¨®ptimo, pero es lo mejor que hemos podido conseguir. El Gobierno no puede asumir, por otra parte, los actos anteriores al 15 de junio, pero tampoco puede aceptar una ruptura en la pol¨ªtica internacional.
Si no se firma el acuerdo, otras potencias, que ofrezcan condiciones similares o mejores, pueden conseguirlo.
Los sectores conservero, de armadores y de arrastradores de pesca apoyan la pol¨ªtica del Gobierno, que es realista. S¨®lo ochocientos pescadores se ver¨¢n afectados. El Gobierno no reconoce, por otra parte, la soberan¨ªa de Marruecos sobre el territorio saharaui.
Manuel Marin (PSOE). ?El triunfalismo del r¨¦gimen de Franco convirti¨® la flota pesquera de nuestro pa¨ªs en la tercera del mundo, muy por encima de sus posibilidades sobre las facilidades crediticias, de la ley de Renovaci¨®n de la Flota de 1961.?
El 3 de diciembre de 1975 V¨ªctor Moro llega a la presidencia de la Agrupaci¨®n Nacional de Buques Congeladores (¨®rgano de actuaci¨®n de los armadores en el sindicato vertical) y ostenta a la vez la direcci¨®n general de Pescanova. El 12 de diciembre de 1975 otro diputado de UCD, Leopoldo Calvo Sotelo, es nombrado ministro de Comercio; siete d¨ªas m¨¢s tarde la Agrupaci¨®n de Buques Congeladores (que preside Moro) env¨ªa al Gobierno un telegrama quej¨¢ndose del ?abandono? del sector pesquero. Y el 12 de enero de 1976 el Gobierno nombra a V¨ªctor Moro director general de Pesca en sustituci¨®n del capit¨¢n de nav¨ªo Jaime Manuel Pini¨¦s. V¨ªctor Moro fue, por otra parte, vicepresidente de la sociedad Sodiga, de la que Leopoldo Calvo Sotelo era presidente.
A partir de aqu¨ª el acuerdo de pesca se convierte en una operaci¨®n al servicio de los grandes armadores con intereses en Marruecos. El objetivo es vender la flota a Marruecos, pero antes los grandes armadores, informados de los planes del Gobierno, la matriculan en Canarias. Ahora, con este acuerdo, podr¨¢n vender los barcos con cr¨¦ditos del Estado, lo que supone una fuga de capitales, a la vez que crean monopolios de comercializaci¨®n y pesca para los grandes y en especial para Pescanova, de la que Moro fue director general.
El ministro de Exteriores, Marcelino Oreja, hab¨ªa declarado que el acuerdo intentar¨¢ que no ?sean nunca particulares aspiraciones de individuos o de grupos las que se confieran abusivamente el car¨¢cter de intereses nacionales?. Sin comentarios. No sabemos si el ministro pensaba en Pescanova.
Jos¨¦ Luis Meil¨¢n (UCD). Las acusaciones del diputado socialista son graves y profundas, y si estuvieran avaladas por pruebas pondr¨ªan en entredicho la ratificaci¨®n del acuerdo. UCD no defiende s¨®lo los intereses del capital, sino tambi¨¦n los de los trabajadores; porque es un partido multiclasista.
Rechazo las acusaciones de que UCD prejuzga el futuro de Canarias y de que estamos convirtiendo a los trabajadores en objetivos militares.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.