El Plan Sider¨²rgico definir¨¢ el paso de Altos Hornos del Mediterr¨¢neo al sector p¨²blico
Los mecanismos de financiaci¨®n, la f¨®rmula de desprivatizaci¨®n de la IV Sider¨²rgica Integral de Sagunto y los objetivos para el sector no integral son las cuestiones m¨¢s importantes que el Gobierno debe debatir antes del pr¨®ximo d¨ªa 1 de marzo en el plan de apoyo y reestruc turaci¨®n de la siderurgia espa?ola. En su reuni¨®n del pasado mi¨¦rcoles, la Comisi¨®n Delegada para Asuntos Econ¨®micos acept¨® en principio el proyecto presentado por el Ministerio de Industria, se?al¨¢ndose dos semanas de plazo para concluir su estudio y aprobaci¨®n.
Dentro de las diversas alternativas t¨¦cnicas que propone el documento elaborado en principio en Industria, parece que el Gobierno se inclina por soluciones moderadas, descartando la nacionalizaci¨®n total de las siderurgias integrales. La f¨®rmula que pudiera gozar de mayor consenso en estos momentos entre los integrantes del equipo econ¨®mico es muy similar a la francesa, aunque todav¨ªa no existe un criterio definido sobre c¨®mo instrumentar las aportaciones de fondos p¨²blicos al sector. Lo que nadie pone en discusi¨®n en estos momentos -ni en la Administraci¨®n ni entre los privados- es la necesidad de que el Estado apoye sustancialmente al sector, no s¨®lo en lo que respecta a sus inversiones, sino tambi¨¦n para sufragar sus d¨¦ficit de explotaci¨®n. En principio pa rec¨ªa tomar fuerza la idea de diversificar las aportaciones entre subvenciones a fondo perdido, con cargo al Presupuesto, y dotaciones de cr¨¦dito oficial, a bajo inter¨¦s y largo plazo. Sin embargo, cada vez se afianza m¨¢s el convencimiento de que, dada la previsible evoluci¨®n sider¨²rgica mundial, los fondos ahora aportados no podr¨¢n ser restituidos. Por todo ello, y a la vista de las importantes aportaciones t¨¦cnicamente necesarias -50.000 millones de pesetas s¨®lo en 1978-, el Gobierno considera, de una parte, instrumentar mecanismos de control sobre la actividad inversora y productiva de las empresas y, de otra, repartir los costes de la ayuda, haci¨¦ndolos recaer en la financiaci¨®n p¨²blica y privada, las propias empresas y sus trabajadores y los consumidores. Precisamente este aspecto es el que previsiblemente requerir¨¢ m¨¢s horas de estudio y discusi¨®n en los estamentos responsables de la Administraci¨®n, en los quince d¨ªas de plazo marcados Posteriormente las Cortes tendr¨¢n algo que decir sobre el tema.Uno de los problemas m¨¢s complejos de resolver en el plan es el futuro de la Cuarta Planta Sider¨²rgica Integral, de Sagunto, que desarrolla Altos Hornos del Mediterr¨¢neo, en la que participan Altos Hornos de Vizcaya (46,2%); US Steel (15%); los bancos Bilbao, Vizcaya, Central, Banesto, Hispano, Urquijo y Valencia (23,8%), y siete Cajas que act¨²an en esa regi¨®n, o Vizcaya (15%). La alternativa m¨¢s barajada fue, en principio, la nacionalizaci¨®n, variando el proyecto inicial de esquema productivo de la planta. Esta modificaci¨®n consiste en mantener el actual tren de laminaci¨®n en fr¨ªo, instalar otro en caliente y a?adirle una colada continua suprimiendo los proyectados hornos altos y el convertidor LD. De este modo, la capacidad de Sagunto quedar¨ªa situada en unos. dos millones de toneladas anuales, cuyos elementos primarios ser¨ªan suministrados a partes iguales por las instalaciones de la vieja factor¨ªa colindante a la Cuarta Planta y la de Ensidesa en Avil¨¦s. El coste del proyecto se sit¨²a en torno a los 40.000 millones de pesetas y su plazo de ejecuci¨®n ser¨ªa de cuatro a?os.
En cuanto a la desprivatizaci¨®n, parece que los expertos de la Administraci¨®n se inclinan en estos momentos por la incautaci¨®n de la empresa, manteniendo la titularidad de las acciones en manos de sus actuales propietarios. Esta alternativa plantea al parecer algunos problemas jur¨ªdicos, ya que habr¨ªa que recurrir a disposiciones de 1939 o declarar suspensi¨®n de pagos, con lo que podr¨ªan ejercitarse las cl¨¢usulas de estilo incluidas en todos los cr¨¦ditos internacionales suscritos por la empresa. Seg¨²n estas cl¨¢usulas, al mediar suspensi¨®n de pagos o cambio de titularidad en la empresa, los d¨¦bitos pueden hacerse exigibles inme diatamente -la deuda exterior de AHM era ya de 3.200 millones de pesetas a 31 de diciembre de 1976-, lo que acrecentar¨ªa los problemas.
Conjuntamente, el plan plantea la progresiva entrada del INI en la empresa, a partir de ampliaciones de capital de mil millones de pesetas en 1978, 1980 y 1981 y 2.000 millones en 1979, suscritas ¨ªntegramente por el Instituto. Al mismo tiempo se proceder¨ªa a un saneamiento de la sociedad, revisando objetivos, habida cuenta de que los actuales costes financieros constituyen el 10% de los gastos totales de explotaci¨®n. La plantilla de la empresa se mantendr¨ªa inalterable, con la ¨²nica medida de jubilar anticipadamente a seiscientos de los actuales trabajadores. Hoy AHM tiene m¨¢s de 5.500 trabajadores; 4.800 en la acer¨ªa vieja y setecientos en el tren de fr¨ªo de la Cuarta Planta.
Uno de los problemas principales que se plantean ante la alternativa que se adopte es el reconocimiento o no de las deudas contra¨ªdas por AHM hasta el momento. Una de las partidas principales de dicha deuda es la que corresponde a Altos Hornos de Vizcaya -7.800 millones de pesetas-. Recientemente, el Ministerio de Hacienda inici¨® una auditor¨ªa contable en AHM, con el benepl¨¢cito de la empresa, para analizar la exactitud o inexactitud de las valoraciones en los activos, ventas y dem¨¢s transferencias de bienes o fondos desde Altos Hornos de Vizcaya a su empresa participada de Sagunto.
Finalmente, el plan no establece -como se ha dicho- dr¨¢sticas reducciones de capacidad productiva y plantillas. El primero de los puntos s¨®lo se contempla en base al chatarraje de determinadas instalaciones obsoletas. El segundo deriva de un ajuste correspondiente a la actual utilizaci¨®n de la capacidad de las empresas, lo que traducido a datos concretos plantea una reducci¨®n global del 4,4% en la poblaci¨®n laboral de las tres empresas -45.000 trabajadores en la actualidad- contemplada en fases anuales para el caso de Ensidesa.
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