Siglo XXI
El Club Siglo Veintitantos es como la Universidad a distancia de la derecha, donde nuestra oligarqu¨ªa toma clases de marxismo diferido y socialismo de pana. Algunos condes y marqueses deciden darse de baja despu¨¦s de una conferencia de rock duro, ¨¢cido fuerte o marxismo sinnnnn alcohol. Otros deciden no presentarse a examen, dejarlo para septiembre o matricularse en AP, que tambi¨¦n tiene muchas salidas.As¨ª las cosas, el se?or Guerrero Burgos, que est¨¢ dispuesto a imponer una democracia f¨¦rrea a su Gold Gotha, nos explica que aquello no es el beaterio de Santa Mar¨ªa Egipc¨ªaca y que las marquesas arrecog¨ªas se van a sentar por un orden, y no diseminadas, como las prefer¨ªa cierto conferenciante ilustre:
-Se hace preciso un m¨ªnimo protocolo en el Siglo XXI.
Vale. A ver el rollo. Lo primero -dicen las instrucciones de Guerrero Burgos-, el sof¨¢ vertical a la derecha del conferenciante mirando ¨¦ste a la sala al se?or presidente, se?ores vicepresidentes del Club y persona que haga la presentaci¨®n en su caso.
Yo creo que aqu¨ª el amigo Guerrero Burgos se la hecho un poco de l¨ªo con el mobiliario y la sintaxis y el protocolo y todo, y va a tener que llamar a don Fernando L¨¢zaro Carreter para que le coloque bien el sof¨¢ vertical, o sea sint¨¢cticamente, porque si no la oligocracia va a estar muy inc¨®moda y no va a ver nada. Aparte de que si no pones claro el protocolo y llevas a los duques derechos como velas, a lo mejor se te sienta un grapo en el sof¨¢ vertical, y eso s¨ª que no.
Lo segundo: el sof¨¢ existente a la izquierda del conferenciante a los se?ores embajadores acreditados en Madrid. Escudri?ando el documento con una br¨²jula he deducido que este sof¨¢ se reserva a la diplomacia, as¨ª que ya lo saben, no vaya a cogerlo do?a Pilar Jaime, que siempre llega la primera, o Marcelino Camacho, que luego le deja un olor de herramientas y de manos, como si hubiera estado all¨ª Miguel Hern¨¢ndez. O Ramonc¨ªn hurg¨¢ndose la nariz.
Y tercero, la primera fila de butacas a ambos lados (se reserva) a los se?ores ministros, ex ministros y tenientes generales de los Ej¨¦rcitos espa?oles. En caso, digo yo, de que todas estas ilustres personalidades vayan a la conferencia, porque si no van, qu¨¦. En cuanto al protocolo de las cenas, tendr¨¢n puestos reservados en la presidencia de la mesa el presidente del Club, el conferenciante, los vicepresidentes, el secretario general, el tesorero y el interventor, los se?ores ministros y ex ministros de Espa?a, los embajadores, etc¨¦tera. ?Pues qui¨¦n se sentaba hasta ahora a esa mesa? ?El lumpemproletariat de Vallecas, los parias de La Vaguada, los gitanos de La Celsa y la China, los chabolistas del Huevo, los abrecoches que hay a la puerta del Eurobuilding, los chapistas parados de la Perkins, qui¨¦n rayos?
Tengo escrito, a prop¨®sito de Mart¨ªnez Esteruelas, que la obviedad es el g¨¦nero literario de los no literatos. El se?or Guerrero Burgos o sus amanuenses han escrito un monumento a la obviedad, embellecido y florido de cierta confusi¨®n gramatical e informada por un esp¨ªritu de clase, de casta, por una nostalgia ¨¢ulica que es todo el perfume del Club.
Y esta memorable acta del protocolo aperturista de la derecha enmoquetada se cierra as¨ª: ?Por supuesto que las respectivas esposas tendr¨¢n la consideraci¨®n de sus maridos?. En¨¦rgica advertencia en estos tiempos en que vamos a la disoluci¨®n del matrimonio, la crisis de la familia, la despenalizaci¨®n del adulterio, el desprestigio del garrote vil y el auge de la libertad sexual, las tricomonas (me lo ha confirmado el gran doctor Luis Fern¨¢ndez-L¨®pez), el aborto y el auto-stop. No se consentir¨¢, pues, en las cenas y conferencias del Club Siglo XXI, que los respectivos maridos no presten la debida consideraci¨®n a sus respectivas esposas y las traten de tarascas, abandonadotas, lagartonas o descuidadas. Est¨¢n ustedes avisados.
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