El Atl¨¦tico, al borde de la extenuaci¨®n
Los equipos espa?oles parecen abonados a perder en el Olympia Stadium de esta ciudad belga. Lo mismo que el Real Madrid, eliminado en la pasada Copa de Europa, el equipo rojiblanco cay¨® por id¨¦ntico resultado, que en esta ocasi¨®n incluso pudo ser mayor aunque al contrario que entonces, los rojiblancos merecieron alg¨²n gol. De todas formas la diferencia fue justa, pues el Brujas, sin demostrar excesiva superioridad t¨¢ctica, tuvo muchas m¨¢s oportunidades de gol disparando en bastantes ocasiones desde larga distancia. El Atl¨¦tico jug¨® mejor que en los ¨²ltimos partidos, pero fall¨® dos ocasiones de oro: el penalti de Marcial y el bal¨®n alto de Rub¨¦n Cano a dos minutos del final, por lo que la eliminatoria se le ha puesto dificil¨ªsima. Ganar por tres a cero o cuatro-uno en el partido del d¨ªa 15 resultar¨¢ una misi¨®n casi imposible. Rizando el rizo de la dificultad, tras las experiencias de anteriores y dram¨¢ticas eliminatorias, el Atl¨¦tico deber¨¢ intentar al menos alcanzar la pr¨®rroga.Como se esperaba, el Brujas plante¨® el partido basado en su fort¨ªsimo centro del campo. El Atl¨¦tico le respondi¨® con buen estilo al principio, pues su juego fren¨® las acometidas rivales salvo leves fallos en las entregas. El problema fundamental fue que en el lado izquierdo Ruiz, preferido a Benegas a ¨²ltima hora, pese a su inexperiencia, marc¨® muy mal a Cools, y como Leal se erigi¨® en el gran ordenador durante los primeros minutos olvid¨¢ndose de la defensa, qued¨® por la izquierda atl¨¦tica un pasillo muy peligroso. De Leal se encargaba Bastinis, ya en zona defensiva belga, pero antes De Cubbert, al que superaba claramente. Courant y Van der Eycken, a los que segu¨ªan Alberto y Marcial, no ten¨ªan as¨ª problemas para cargar el juego por su lado derecho.
A los veinte minutos, despu¨¦s de varias ocasiones de peligro, Bastinjs remat¨® al poste. La presi¨®n belga fue a partir de ah¨ª cada vez mayor, aunque se redujera a esos tiros desde larga distancia. La defensa rojiblanca estaba segura y tanto Eusebio como Marcelino pod¨ªan con Lambert y Soerensen. El Brujas no ten¨ªa m¨¢s remedio que hacer eso. La l¨¢stima para el Atl¨¦tico fue que consigui¨® espaciar los peligros a medida que se acercaba el descanso, pero encaj¨® el primer gol a falta de dos minutos en un nuevo fallo.
En la segunda parte, aunque el cuadro rojiblanco pudo sorprender a su rival con el gol justamente anulado, el juego fue ya de contraataques claros por ambas partes. En el centro del campo rojiblanco el ¨²nico entonado era ya Marcial. Buena prueba de que Leal hab¨ªa desaparecido del campo la tuvo el segundo gol de De Cubbert, completamente solo en ese momento. De todas formas, el Atl¨¦tico no cej¨® nunca en buscar el gol necesario y aunque la entrada de Aguilar, pasando a Ayala al lateral izquierdo de la defensa no solucion¨® gran cosa, al menos dio la oportunidad del penalti a Cano con su pase. Con el fallo de Marcial, incre¨ªble en un jugador t¨¦cnico y fr¨ªo como ¨¦l, pues tir¨® ?a romper?, se esfum¨® otra de las oportunidades atl¨¦ticas para conseguir ese gol que hubiera sido precioso por su valor doble. Rub¨¦n Cano, a dos minutos del final, perdi¨® la decisiva.
Evidentemente, se podr¨ªa hablar de mala suerte rojiblanca, pero tampoco cabe olvidar la enorme cantidad de tiros a puerta por parte del Brujas y de todos sus hombres, incluidos los defensas. No es un equipo excepcional, pero practica un f¨²tbol muy apoyado, de orden, al primer toque y con gran facilidad para el disparo, algo que s¨¦ nos ha olvidado casi en Espa?a. Precisamente el Atl¨¦tico en la primera parte engarz¨® varios avances as¨ª, que hicieron olvidar al equipo premioso tan habitual ¨²ltimamente. El Atl¨¦tico tiene la eliminatoria muy dif¨ªcil, pero al menos no ha desentonado, como se tem¨ªa.
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