Crece la tensi¨®n pol¨ªtica en Nicaragua

El clima de tensi¨®n que vive Nicaragua aument¨® ayer s¨²bitamente tras la muerte del general Reynaldo P¨¦rez Vega, el m¨¢s directo colaborador de Anastasio Somoza, despu¨¦s de los miembros de su familia. P¨¦rez Vega, segundo jefe de la Guardia Nacional y jefe del Estado Mayor de Somoza, fue ?ajusticiado? por guerrilleros del Frente Sandinista de Liberaci¨®n, seg¨²n un comunicado difundido por los propios guerrilleros.La intenci¨®n inicial de los sandinistas era secuestrar al alto personaje de la Administraci¨®n somocista. El general P¨¦rez se resisti¨® y fue entonces cuando los integrantes del comando ?Camilo Ortega? decidieron, seg¨²n la versi¨®n sandinista, matarle.

El cuerpo del colaborador de Somoza apareci¨® tendido boca abajo en una cama de la casa de una amiga suya, a quien la polic¨ªa ha detenido. El cad¨¢ver estaba envuelto en una bandera roja y negra, colores que usa el Frente Sandinista, y presentaba varios impactos de bala en la cabeza.

La polic¨ªa tard¨® varias horas en mover los restos del general P¨¦rez del lugar donde apareci¨® asesinado, debido a los temores de que los sandinistas hubieran dejado alg¨²n artefacto explosivo bajo el cuerpo.

Esta es la segunda acci¨®n directa que los guerrilleros sandinistas realizan contra personalidades del Gobierno nicarag¨¹ense. A finales de diciembre del a?o pasado, otro comando mantuvo secuestrados durante varias horas a los asistentes a una recepci¨®n diplom¨¢tica.

Las consecuencias de la muerte del general Reynaldo P¨¦rez son imprevisibles. La Guardia Nacional, de la que era segundo comandante, es un cuerpo mimado por Anastasio Somoza, que recibe de los 7.000 hombres que la componen absoluta protecci¨®n. A la Guardia Nacional se atribuyen la gran mayor¨ªa de los secuestros, torturas y asesinatos de opositores al r¨¦gimen somocista.

Los observadores estiman que los mandos de la Guardia Nacional exigir¨¢n a Somoza absoluta libertad para encontrar y castigar a los autores de la muerte de su segundo jefe, lo que puede desatar una ola de represi¨®n sin precedentes.

Lo evidente es que la acci¨®n sandinista a?ade un tinte a¨²n m¨¢s oscuro a la ya dram¨¢tica situaci¨®n nicarag¨¹ense, que vive desde hace meses en un clima de preguerra civil. Supone, igualmente, la evidencia de que el frente sandinista ha decidido utilizar nuevos m¨¦todos de lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza. Su aparici¨®n en pleno centro de Managua, en una operaci¨®n como la del secuestro y asesinato del general Reynaldo P¨¦rez, demuestra que los sandinistas poseen infraestructura y apoyos para dirigir sus acciones hacia personalidades muy ligadas al r¨¦gimen de Somoza.