Los toreros valencianos ten¨ªan raz¨®n
Los toreros de la tierra salieron del coso de la calle de J¨¢tiva por su pie -el se?or Juli¨¢n, incluso a hombros- a pesar de que la empresa les hab¨ªa encerrado con seis murubes cinque?os, tremendos de trap¨ªo, broncos y con sentido, como para echarles no ya de la plaza, sino de Valencia y hasta de la provincia. Esta es la noticia. Los toreros valencianos, que hace unas semanas alborotaron el cotarro con sus presiones a los empresarios para que les pusieran en los carteles falleros, demostraron ayer que ten¨ªan raz¨®n.Su queja no er a por la presencia de las figuras, sino, en concreto por el,cartel del mi¨¦rcoles: ?Esos tres (Alcalde, Armillita, Palomar) no tienen categor¨ªa espec¨ªfica ni interesan a la afici¨®n valenciana, y para que vengan ellos, an:es estamos nosotros.? Efectivamente, los coletudos aludidos tuvieron en sus manos los cuadris de clase excepcional, verdadero manjar para engolosinarse con ¨¦l y engolosinar al p¨²blico, y lo dejaron a medias, mientras los valencianos se jalaron los murubes, aunque eran plato de poca molla y casi todo hueso duro de roer. Pero, adem¨¢s, hemos sabido que en la corrida de ayer se hizo en taquilla del orden de 300.000 pesetas m¨¢s que en la tarde anterior.
Plaza de Valencia
Segunda corrida fallera. Un toro sobrero (primero) de Gerardo Ortega y cinco de Jos¨¦ Murube, todos de gran cuajo, muy serios, cinque?os. Salvo quinto y sexto, nobles, correosos y con sentido. Ricardo de Fabra: Tres pinchazos y descabello (silencio). Estocada (oreja). Santiago L¨®pez: Media atravesada (primer aviso, con un minuto de retraso), doce descabellos (segundo aviso) y otro descabello m¨¢s (pitos). Metisaca, pinchazo, media (aviso) y descabello (vuelta). Juli¨¢n Garc¨ªa: Estocada y tres descabellos (oreja). Pinchazo hondo en la cruz (oreja y salida a hombros por la puerta grande).
De manera que lo dicho: la raz¨®n estaba de su parte. Y si alguien quiso hundirles con los cinque?os lega?osos, pitarrosos, bastorrones, doctores en lat¨ªn y m¨¢s serios que un guardia de asalto de los de antes de la guerra con las ganas se habr¨¢ quedado. Fue el se?or Juli¨¢n, de apellido Garc¨ªa, el que mejor resolvi¨® su problema. A su aire lo resolvi¨®, claro est¨¢, que no vamos a descubrir ahora qui¨¦n es el se?or Juli¨¢n. A chicuelinazos -pero con el toro de salida y el centro del ruedo, un respeto-, a rodillazos -pero ganando terreno hacia los medios, no vaya a creerse-, a reloniazos, pechugazos y pases de pecho en cadena, m¨¢s esa gama de la incontinencia tan caracter¨ªstica en ¨¦l, como son los aspavimientos, los desplantes a cuerpo limpio con remedo de boxeo y ese nada sutil cadereo en el que se recrea para irse de la cara del toro.
Un aficionado no puede soportar tales desmanes, es cierto, pero pongamos las cosas en su punto, porque recientemente vimos en Sevilla la reaparici¨®n de otro mago de la payasada, el cual puso la Maestranza boca abajo mediante parecidos disparates, m¨¢s con la diferencia de que ni se arrimaba tanto ni jam¨¢s se puso delante de un toro con el tama?o y la ralea de los murubes de Valencia.
Y no s¨®lo fue el se?or Juli¨¢n. Porque Ricardo de Fabra, a quien correspondi¨® un lote muy dificil, liquid¨® al sobrero lidiado en primer lugar -sustituto de una res que sali¨® turulata- con la brevedad que exig¨ªan las tarascadas que le tiraba a dar, y al cuarto le hizo faena. Nada de primores, por supuesto, pero genio y aguante s¨ª, y variedad en los pases, porque el toro se los aprend¨ªa todos, m¨¢s alguna que otra ayuda de las cuadrillas tambi¨¦n, pues era preciso salvar la piel y estaba claro que la fiera iba a por ella. Con todo ello surgi¨® la emoci¨®n a raudales y un cierto ambiente de lidia a la antigua usanza, seg¨²n correspond¨ªa a la catadura de la res, asimismo, a la antigua usanza. En este toro se produjeron, quiz¨¢, los mejores lances de la corrida, con dos buenos pares de Eliseo Capilla, ovacionad¨ªsimo, y un capotazo maestro de este pe¨®n, con el que cambi¨® el viaje de la fiera y la llev¨® embebida en los vuelos del percal desde el centro del ruedo hasta un burladero. Alejo Oltra, por su parte, clav¨® en el sexto el par de banderillas de la tarde.
Con menos ilusi¨®n, acaso, Santiago L¨®pez aburri¨® en una tarea pesad¨ªsima al segundo, y s¨®lo cuaj¨® cuatro buenos naturales en el quinto que, como el sexto, result¨® muy boyante. Los ¨²nicos toros boyantes de una corrida dura; una t¨ªa, que no la habr¨ªa m¨¢s a punto si alguien hubiera querido echar de Valencia a los toreros de la tierra. Pero no se dejaron, no. Enhorabuena.
Palomo Linares fue operado anoche
Palomo Linares fue operado, anoche en la cl¨ªnica Quir¨®n, de Barcelona, por el doctor Cabot, de unas molestias en la rodilla. La lesi¨®n de Linares data del a?o pasado, cuando tuvo que operarse de menisco un mes antes de su boda. Despu¨¦s de la operaci¨®n ha vuelto a sufrir molestias y ha sido necesario extraerle l¨ªquido de la rodilla, que se le inflamaba, por lo que ha recurrido a una nueva operaci¨®n.
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