Convocatorias para que el pueblo vasco se manifieste contra la violencia

El Consejo General vasco ha invitado al pueblo a que exprese p¨²blicamente su deseo de construir el futuro en paz con motivo de los actos de duelo que tendr¨¢n lugar hoy en Basauri y Portugalete en memoria de los dos trabajadores muertos el viernes a consecuencia de la explosi¨®n de una bomba en la central nuclear de Lem¨®niz.

Al mismo tiempo, UGT y Comisiones Obreras han hecho una convocatoria para que los trabajadores analicen el lunes en sus respectivas empresas las consecuencias que acarrea el uso de la violencia en el Pa¨ªs Vasco, y acudan al funeral que se celebrar¨¢ ese d¨ªa, a las diez y media de la ma?ana, en el Pabell¨®n de los Deportes de Bilbao. Invitan tambi¨¦n a que concurran al acto religioso a los empleados de banca, comercio y personal de servicios. Estas centrales, junto con el Sindicato Unitario y ocho partidos, entre ellos PNV y PSOE, han convocado para el martes un funeral en San Sebasti¨¢n.Ninguna de las acciones anteriores de ETA hab¨ªa originado en los medios pol¨ªticos vascos un rechazo tan en¨¦rgico y un¨¢nime. Incluso un partido de la izquierda abertzale (HASI), que habla rehuido con anterioridad cualquier pronunciamiento p¨²blico sobre la actividad armada de ETA o sus consecuencias, en esta ocasi¨®n ha hecho p¨²blico un comunicado en el que manifiesta su solidaridad con los compa?eros y familiares.

En esta oportunidad, las condenas no se han quedado s¨®lo en palabras. El Partido Socialista de Elaskadi (PSOE) entiende que ?la situaci¨®n creada por la violencia en el Pa¨ªs Vasco ha llegado a un extremo intolerable, que exige acciones masivas de todos los ciudadanos?.

El PNV declara tambi¨¦n, que una sociedad que est¨¢ construyendo su propia convivencia pac¨ªfica ?no puede tolerar por m¨¢s tiempo que grupos minoritarios y marginados perturben su desarrollo democr¨¢tico?.

UCD se une a este coro de condenas con una declaraci¨®n en la que hace un llamamiento a los partidos a que organicen una manifestaci¨®n por la paz. Consciente de la inutilidad de las palabras, desea despertar en el pueblo la conciencia de que la pacificaci¨®n del Pa¨ªs Vasco exige el concurso activo de todos.

La propia Comisi¨®n por una Costa Vasca no Nuclear ha hecho p¨²blica su consternaci¨®n por lo ocurrido. ? Este no ha sido -dice la nota- el procedimiento que hemos venido utilizando hace m¨¢s de cuatro. a?os. Queremos tambi¨¦n hacer constar que los trabajadores no deben pagar con su vida los errores de la Administraci¨®n y la obstinaci¨®n de Iberduero.?

La condena del atentado no impide, sin embargo, que los partidos de izquierda que se hab¨ªa posicionado contra la central nuclear de Lem¨®niz mantengan a este respecto sus puntos de vista.

El Consejo General vasco resalta tambi¨¦n que este nuevo episodio de violencia se haya producido poco despu¨¦s de haberse tomado las medidas necesarias para abrir un amplio debate sobre Lem¨®niz. Tambi¨¦n la empresa Iberduero destaca que se haya contestado con bombas a su nueva pol¨ªtica de informaci¨®n.

Entre los testimonios de condolencia recibidos figura el telegrama remitido por el rey Juan Carlos a los familiares de las v¨ªctimas a trav¨¦s del Gobierno Civil de Vizcaya. Por su parte, Iberduero y las empresa que trabajan por contrata en Lem¨®niz han declarado el lunes d¨ªa de luto en todo el recinto de la central.

Sobre las circunstancias en que se produjo el atentado, medios policiales consideran que la carga explosiva pudo oscilar entre los tres y seis kilos de goma-2, si bien no se ha podido determinar con exactitud el material explosivo. Los da?os constituyen todav¨ªa una inc¨®gnita, aunque se barajan cifras de varios cientos de millones. T¨¦cnicos de Iberduero han iniciado los trabajos para comprobar si la explosi¨®n caus¨® da?os en la propia vasija nuclear.

Por ¨²ltimo, hay que se?alar que como consecuencia del atentado de Lem¨®niz se practicaban ayer rigurosos controles en las carreteras de Vizcaya y Guip¨²zcoa. Al tiempo que numerosos miembros de los comit¨¦s antinucleares eran llamados a declarar.