Comunistas y socialistas rompieron la disciplina del voto
La indisciplina de voto en los electores comunistas y socialistas priv¨® el domingo a la oposici¨®n de izquierda francesa de traducir en mayor¨ªa parlamentaria el mayor n¨²mero de votos conseguidos en la primera vuelta de estas elecciones legislativas, el pasado d¨ªa 12.
Los resultados del domingo confirmaron los pron¨®sticos de la, mayor parte de. los analistas, quienes, a lo largo de la semana pasada, hablan dado como casi segura una victoria de la actual mayor¨ªa presidencial en la segunda vuelta de los comicios.Sin embargo, ni los c¨¢lculos m¨¢s pesimistas de los expertos electorales hab¨ªan previsto que esa derrota alcanzase las enormes proporciones que ha sancionado el voto del domingo: 91 esca?os de diferencia a favor de los partidos de la mayor¨ªa presidencial.
En ¨²ltima instancia, pues, la oposici¨®n s¨®lo ha ganado diecisiete esca?os respecto de las elecciones de 1973. cuando la din¨¢mica progresi¨®n electoral de la Uni¨®n de la Izquierda en los ¨²ltimos a?os, consagrada en las elecciones municipales del a?o pasado, hab¨ªa suscitado expectativas serias de avances m¨¢s espectaculares, e incluso de triunfo, entre la mitad del electorado franc¨¦s que apoya a los partidos de izquierda.
El hecho de que la derrota de la izquierda se haya saldado, finalmente, con una diferencia no prevista obedece, seg¨²n los observadores, a dos tipos de razones. En primer lugar, que los partidos de la mayor¨ªa han contado, en una votaci¨®n que en cada caso se iba a resolver por muy pocos sufragios, con el apoyo inestimable de una parte del electorado que no vot¨® el domingo anterior. En esta segunda vuelta de las elecciones, vot¨®, en efecto, un 85 % del electorado (m¨¢s de dos puntos que el d¨ªa 12), lo que constituye un caso sin precedentes en la historia de las elecciones legislativas de la V Rep¨²blica.
En segundo lugar, que la transferencia de votos dentro de los partidos de oposici¨®n se realiz¨® a¨²n peor de lo previsto. Porque no s¨®lo una parte del electorado socialista se abstuvo de votar a los candidatos comunistas que llegaron en cabeza de su circunscripci¨®n en la primera vuelta, sino que tambi¨¦n una parte importante de electores comunistas rehusaron votar por el candidato socialista o radical de izquierda mejor colocado.
Eso se tradujo en que candidatos socialistas que ten¨ªan pr¨¢cticamente asegurada su elecci¨®n -como el alcalde de Rennes, Edmond Herve, y el diputado Charles Josselin- fueran derrotados por candidatos de la mayor¨ªa.
Para muchos, sin embargo, estas razones no son sino la consecuencia de una causa mucho m¨¢s profunda, y es la falta de credibilidad del acuerdo firmado por los partidos de izquierda, a ¨²ltima hora y precipitadamente, al d¨ªa siguiente de la primera vuelta de las elecciones. La forma en que el acuerdo se realiz¨® no s¨®lo ofreci¨® armas de contraataque a la derecha, sino que fue incapaz de relanzar una din¨¢mica unitaria rota despu¨¦s de seis meses de continuos ataques comunistas contra sus compa?eros de coalici¨®n.
Cuando ese acuerdo se firm¨®, en efecto, el Partido Comunista hab¨ªa conseguido ya su objetivo: detener el, para ¨¦l, inquietante avance socialista y colocar en cabeza para la segunda vuelta a un n¨²mero sin precedente de candidatos comunistas (147).
De forma que -y ¨¦ste es otro de los resultados m¨¢s significativos de las elecciones- el avance total de la izquierda no se ha realizado, como estaba previsto, gracias a la progresi¨®n de los, socialistas, sino al contrario. De los diecisiete esca?os ganador por la oposici¨®n, doce van a parar a manos de comunistas.
Ocasi¨®n ¨²nica perdida
Aparte de las reacciones de satisfacci¨®n de unos y de los reproches mutuos de los otros, comentaristas independientes han sacado, en las horas siguientes de estas trascendentales elecciones, dos conclusiones importantes. En primer lugar, que el resultado de los comicios no es tanto una victoria de la actual mayor¨ªa -aunque Giscard aparezca como principal vencedor-, sino el desaprovechamiento por la izquierda de una ocasi¨®n que nunca le fue tan propicia en los ¨²ltimos treinta a?os.
En segundo lugar, que, a pesar de una diferencia parlamentaria de 91 esca?os, el pa¨ªs sigue partido en dos mitades y que una de ellas sentir¨¢ por estos resultados una decepci¨®n tambi¨¦n sin precedentes. ?Todo ha sido negativo en estas elecciones?, comentaba ayer un importante hombre de la prensa francesa.
De ah¨ª que la atenci¨®n de los observadores en d¨ªas que vienen est¨¢ centrada en dos puntos importantes, por un lado, hasta d¨®nde podr¨¢ llegar el presidente Giscard d'Estaing -para superar esa bipolarizaci¨®n- con una ?pol¨ªtica de apertura? de la mayor¨ªa, en la que sus hombres de la UDF (Uni¨®n por la Democracia Francesa) han vuelto a insistir nada m¨¢s conocerse los resultados definitivos. Pol¨ªtica de apertura que estar¨¢ condicionada por el hecho de que los gauilistas, con 145 esca?os, siguen siendo el primer partido de Francia en esca?os y la fuerza dominante de la actual mayor¨ªa presidencial.
De otro lado, cu¨¢l puede ser la alternativa de recambio de la izquierda ante una estrategia que dio buenos resultados durante seis a?os, pero que fue dinamitada injustificadamente en los ¨²ltimos seis a?os ?por simples discusiones cuantitativas ?, como recordaba ayer con amargura, un dirigente socialista.
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