Miles de refugiados marchan hacia Beirut
El ej¨¦rcito israel¨ª controla ya la costa Este, m¨¢s abajo del r¨ªo Litani, y se aproxima a Saida por el Oeste. Las fuerzas sirias han retrocedido siete kil¨®metros al norte del Litani y los palestinos abandonaron casi totalmente la regi¨®n costera de Tiro. Los primeros sesenta cascos azules de la ONU llegaron ayer a Beirut, pero los paracaidistas jud¨ªos siguen avanzando m¨¢s all¨¢ del ?cintur¨®n de seguridad?. Israel y Siria parecen haber llegado a un acuerdo para repartirse el L¨ªbano en dos zonas de influencia y preservar, al mismo tiempo, la independencia formal del pa¨ªs.La carretera de Beirut hacia el Sur est¨¢ despejada. Pero en direcci¨®n de Beirut, es una interminable caravana de coches, camiones, tractores y carros tirados por bueyes y mulos cansinos, que se mov¨ªa lentamente en busca de la relativa ?calma? de la capital. Entre la luz cegadora del mediod¨ªa, no hab¨ªa m¨¢s que un mont¨®n informe de ni?os, maletas, gallinas, colchones y sacos de naranjas. M¨¢s de 150.000 personas han llegado as¨ª a Beirut en los ¨²ltimos cinco d¨ªas.
En el Bramiye, cerca de Saida (antigua Sid¨®n), la caravana de refugiados comenz¨® a acelerarse. Los coches corr¨ªan hacia Beirut a veinte o treinta kil¨®metros por hora. A lo lejos, la metralla de las katiuschas palestinas y el estallido sordo de los proyectiles israel¨ªes del 175. Saida sin embargo, estaba en calma y hasta animada, con los bares abiertos. Pero ante las gasolineras se ve¨ªan largas colas de camiones y coches, algunos cargados de guerrilleros palestinos, con sus bombas de mano en bandolera. Los ¨²ltimos habitantes de la ciudad se aprestaban a abandonarla.
El ¨¦xodo contin¨²a por ahora. A la salida de Saida, la polic¨ªa militar siria detiene a los fugitivos y les obliga a regresar. Los sirios no quieren dejar tierra vac¨ªa a los jud¨ªos. Entre el domingo y ayer, m¨¢s de 60.00.0 hombres, mujeres y ni?os han ocupado la carretera. Con ellos tambi¨¦n han vuelto muchos fedayines, con sus camiones y ca?ones antitanques. Los jud¨ªos se han establecido a quince kil¨®metros al norte del Litani, y los cascos azules tendr¨¢n que entend¨¦rselas con ellos, lo que no ser¨¢ f¨¢cil.
Tiendas para 3.000 personas
En Beirut, se oyen disparos aislados y alg¨²n bombardeo lejano. Cerca de la ciudad deportiva, el Gobierno ha instalado tiendas, para 3.000 personas m¨¢s. Multitudes de familias desesperadas -y armadas- invaden los hoteles y los edificios ?vac¨ªos?. Los propietarios no se atreven a salir de sus casas. Los soldados sirios, lejos del frente, son los encargados de poner el orden. El Gobierno de Jerusal¨¦n dijo ayer que es necesario reforzar la posici¨®n de los conservadores y de los ?chitas? del Sur. Parece claro que pese a los cascos azules, Israel no abandonar¨¢ el terreno en este pa¨ªs. El propio general Gour, jefe de operaciones israel¨ª en la regi¨®n, acaba de proponer a los sirios un ?acuerdo militar?, seguramente respaldado por Washington y Mosc¨², que Damasco probablemente aceptar¨¢.
El problema de los 200.000 nuevos refugiados del Sur puede resultar. con todo, el m¨¢s grave, junto con el del basti¨®n de los palestinos en Sabra y el de los 50.000 hind¨²es que hace una semana han llegado a la ciudad en busca de trabajo. ?Hasta qu¨¦ punto podr¨¢ Siria controlar Beirut y el norte cristiano del L¨ªbano? La familia del se?or Assad, el presidente sirio, tiene aqu¨ª un banco, una revista Fursan, y otros muchos negocios. Har¨¢, seguramente, un gran esfuerzo. Mientras tanto, es posible que Israel desv¨ªe las aguas del Litani para impedir que vuelvan los palestinos.
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