Demasiados goles para tan poco juego
El Madrid gan¨® por 5-0 a la Real Sociedad, pero su amplia victoria no correspondi¨® a un buen juego general que lo justificara. Una acci¨®n individual de San Jos¨¦ provoc¨® el primer gol, y otra de Stielike, el segunoo. Ambos fueron conseguidos en momentos clave y ah¨ª radic¨® el ¨²nico acierto del l¨ªder. Despu¨¦s, ante un equipo donostiarra que careci¨® de mordiente siempre y que descuid¨® los excelentes marcajes anteriores -los que no hab¨ªa sabido eludir un Madrid sin centro de campo organizador- redonde¨® un 5-0 exagerado a todas luces, y tambi¨¦n por aciertos individuales. El partido, por nivel de juego, fue otra vez malo y en bastantes momentos de una lentitud desesperante. As¨ª lo quiso imponer la Real, conform¨¢ndose con un posible empate o tratando de sorprender al contragolpe.A pesar del resultado final, por Chamart¨ªn volvi¨® a pasar el fantasma del mal juego ya habitual esta temporada, y tambi¨¦n el de la posible sorpresa. La Real Sociedad no mereci¨® perder por goleada, aunque ella misma se busc¨®, en parte, tan fuerte derrota. Acus¨¦ la baja de Satr¨²stegui, su m¨¢ximo goleador, pero, adem¨¢s, dio la impresi¨®n de no querer forzar nunca las acciones, De todas formas, mostr¨® buenas maneras y con sus marcajes f¨¦rreos al principio del encuentro volvi¨® a dejar en evidencia al l¨ªder.
El problema del Madrid persiste casi sin variaci¨®n. El domingo el p¨²blico se meti¨® nuevamente con Juanito al principio, cuando tanto ¨¦l como Santillana y Jensen eran tres almas en pena solitarias en un ataque sin ning¨²n apoyo. El centro del campo blanco contin¨²a siendo inexistente -Del Bosque ya es el deseado-. Las parejas fueron en esta ocasi¨®n Alonso-Wolf, Pirri-Iriarte y Stielike-Zamora. S¨®lo la fuerza del alem¨¢n impuso su ley aislada, pero sin otro remedio, pues el apelotonamiento de los tres hombres en la zona central fue lamentable. Pirri dio la sensaci¨®n de que ya no se podr¨¢ acoplar a estas alturas al centrocampismo y a Wolf da pena verlo en la segunda vuelta, vagando por el c¨¦sped, para cumplir s¨®lo con un gran pase -el que dio origen al cuarto gol- en todo el partido.
La Real, con un juego lento, de aut¨¦ntico ?pressing?, no dej¨® maniobrar al contrario por el centro, y ¨¦ste tampoco supo abrir eljuego a las alas. Como Olaizola y Murillo II marcaron muy bien al principio a Juanito y Jensen, respectivamente, as¨ª como Kortabarr¨ªa a Santillana, lo l¨®gico hubiese sido que los dos defensas laterales subieran m¨¢s al ataque, apoy¨¢ndolo, y que los centrocampistas se escalonaran de la misma forma. Sin embargo, s¨®lo San Jos¨¦ lo hizo una vez con ¨¦xito, y tuvo que ser Sol -ante el m¨¢s flojo Muruz¨¢bal- el que se mostrara m¨¢s activo, pero sin su habitual acierto final -Camacho, naturalmente, es el otro gran deseado-. Seg¨²n todo ello fue injusto que se censurara, una vez m¨¢s, a Juanito, un jugador aprovechable, pero que contin¨²a al borde de la desmoralizaci¨®n. Menos mal que en la segunda parte dej¨® huella de su clase dando los pases de los tres ¨²ltimos goles.
Lo curioso fue que el Madrid marc¨® su primer gol cuando el p¨²blico volv¨ªa a ver a un simulacro de l¨ªder. En el minuto diecis¨¦is, un centro de Iriarte desde la derecha no lo bloc¨® Miguel Angel -muy flojo de manos esta vez- y tras un remate de Id¨ªgoras, marz¨® Muruz¨¢bal al recoger el rebote. Posiblemente estuviese en fuera de juego, pero el hecho real era que la Real, con su quehacer lento, pero de mucho m¨¢s orden posicional, se acercaba a puerta con facilidad. Un minuto despu¨¦s, un pase adelantado a Iriarte -al que Pirri no pod¨ªa sujetar- lo envi¨® fuera el interior por muy poco, ante la salida desesperada de Miguel Angel. Sin embargo, como el f¨²tbol es as¨ª, a continuaci¨®n vino el gol salvador del Madrid. Despu¨¦s, Juanito y el propio Muruz¨¢bal tuvieron dos ocasiones m¨¢s, que dejaban las espadas en alto cara al segundo tiempo. Se tem¨ªa el poder fisico realista y los malos segundos tiempos blancos.
No obstante, el Madrid, un tanto sorprendentemente, y quiz¨¢ espoleado por el 0- 1 favorable al Barcelona en el descanso, acab¨® goleando. Pas¨® unos momentos malos al principio -otra ocasi¨®n perdida por Muruz¨¢bal, demasiado torpe-, pero encontr¨® entonces al ?salvador? Stielike para abrirle el camino del amplio triunfo. Tras el segundo gol, igual pod¨ªan haber venido tres que m¨¢s, aunque en esos momentos la Real ya no exist¨ªa. El Madrid se zaf¨® otra vez del susto de rigor, pero s¨®lo convenci¨® a medias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.