Los socialistas italianos buscan una nueva orientaci¨®n a su partido

El secretario del Partido Socialista italiano, Bettino Craxi, inaugur¨® ayer tarde en Tur¨ªn el XLI Congreso de su partido, con la lectura de un informe pol¨ªtico de ochenta p¨¢ginas ante setecientos delegados y 170 invitados, celosamente vigilados por m¨¢s de mil obreros socialistas. El terrorismo de las Brigadas Rojas y el secuestro de Moro, sobre el que se sigue sin tener noticias concretas, ha creado un clima de emergencia. A pocos, centenares de metros del Palacio de Deportes -sede del congreso- prosigue el proceso contra los quince brigadistas, que hicieron leer en la sala el comunicado n¨²mero doce en el que, sin nombrar para nada a Moro, sostienen que el proceso tiene que celebrarse, ?porque ellos no se defienden, sino acusan?.

Hace veintitr¨¦s a?os los socialistas hablan comenzado en Tur¨ªn la larga marcha hacia el Gobierno, y tras quince a?os de pragmatismo y ?pol¨ªtica de las cosas? del centro-izquierda, vuelven ahora a proponer una refundaci¨®n del partido. Su secretario, Craxi, apoyado por el viejo l¨ªder Pietro Nenni, de 88 a?os, que no ha podido acudir a Tur¨ªn, se ha aliado con Claudio Signorile, que representa al prestigioso l¨ªder del socialismo de izquierdas Ricardo Lombardi. Ambos cuentan con el 65% del partido, y piensan en un proyecto socialista de alternativa que alinee al socialismo italiano con el europeo, sobre todo el de Mitterrand. Por eso han incorporado al nuevo emblema del partido el s¨ªmbolo del clavel.Frente a esta tendencia de autonom¨ªa ideol¨®gica y pol¨ªtica, la corriente de Enrico Manca y Francesco de Martino, que cuenta con un 26%, defiende la necesidad de dialogar con los comunistas para elaborar un programa com¨²n a corto plazo que oponer a la Democracia Cristiana, distanci¨¢ndose siempre de la socialdemocracia.

El ex secretario Giacomo Mancini, que recoge un 7% del partido, propone mirar a lo inmediato y politizar al m¨¢ximo el partido con opciones claras, adecuadas a la dif¨ªcil fase hist¨®rica del pa¨ªs. La nueva izquierda de Achilli, con casi el 4% de votos, acusa a todos los dem¨¢s de renunciar a construir una verdadera alternativa a la Democracia Cristiana, debati¨¦ndose en el acostumbrado dilema de autonom¨ªa o unidad con los comunistas.

La meta so?ada por los socialistas es recuperar aquel 20% que ten¨ªan en el sistema en 1946 y que comenzaron a perder en 1948 a partir del Frente Popular con los comunistas. Hoy, los socialistas cuentan con el 10% del electorado italiano, pero del medio mill¨®n de afiliados que ten¨ªan, hoy no llegan a 450.000.

Si se impone la l¨ªnea de la autonom¨ªa de Craxi, que domina en las zonas m¨¢s industrializadas del pa¨ªs en el Norte y en Puglia en el Sur, es probable que el partido recupere el 14,5% que obtuvo cuando en 1958 lanz¨® su pol¨ªtica hacia el centro-izquierda. Craxi piensa hoy en un socialismo para los a?os ochenta que pueda sobrevivir al compromiso hist¨®rico en Italia y al eurocomunismo.

Para los j¨®venes de cuarenta a?os y los secretarios de treinta que hoy dominan en el partido, revisionismo significa en el pensamiento marxista ?revoluci¨®n permanente en el campo de la b¨²squeda y del pensamiento, alianza entre la raz¨®n y la imaginaci¨®n?. Sus enemigos internos les acusan de neocapitalismo.